En todas partes vemos muestras de
bondad y maldad. ¿Quién se atrevería a negar la bondad de los que en estos días
han sido más que solidarios en Santiago a causa del tren accidentado? Sería una
insensatez evidente negar el hecho . ¿Quién, en su sano juicio, se atrevería a
negar la maldad que en estos días representa la clase política corrupta en este
país? Quien no lo reconozca sufre de ceguera moral. Es innegable que el ser
humano está preparado para las mayores hazañas de bondad y también para las más
calamitosas actividades de maldad. Por lo tanto, hay dos contrastes bien
definidos en cada persona: el bien y el mal.
Tan cierto es que no alcanzamos,
la mayoría, un estado de maldad estratosférica, como tampoco llegamos a unos
estándares de bondad muy elevados. En cierta ocasión Jesús dijo, refiriéndose a
las relaciones interpersonales esta frase de todos conocida: "Así que, todas las cosas que queráis
que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos;
porque esto es la ley y los profetas" (Mateo 7:12). Jesús está dando
una clase de cívica básica: "Si quieres que te traten bien, tú debes de
tratar bien. Si quieres que te traten mal, tú debes de tratar mal".
"Elemental, querido Watson", diría el avispado Holmes. Es tan de
cajón que puede parecer absurdo el decirlo. Pero mi Señor Jesús es
infinitamente sabio y el ser humano necesita aprender esta verdad elemental
para ponerla en práctica.
Voy a elaborar una lista de
buenas acciones para hacer durante el día.
ü Hacer
las tareas que me pide mi esposa en casa alegremente.
ü Ceder
el paso en cada situación del tráfico con amabilidad.
ü Ayudar
al padre de familia que pide en la puerta del supermercado con entusiasmo.
ü Sonreír
a los vecinos en el ascensor con toda sinceridad.
ü Escuchar
a todos los que me hablen atentamente.
ü ...
Quizá te hayas dado cuenta, querido lector. El problema no
es hacer la tarea, sino la actitud con la cual la llevamos a cabo. Se pueden
hacer muchas cosas buenas pero quedan en nada si no surgen de los sentimientos
más sinceros. Aquí no funciona ser buenos para salir en la foto. Los que están
a tu alrededor se darán cuenta de las motivaciones más tarde o más temprano,
sean buenas o malas, y por ley natural te pagarán con la misma moneda.
El bien y el mal, como hemos visto, contiene el plano
horizontal que es el que se da con nuestros semejantes. Hay otro plano que es
el vertical. Este plano tiene que ver contigo y tu relación con Dios. Si con
tus semejantes debes portarme como te gustaría que lo hicieran ellos contigo, ¿qué
parámetros debes seguir para tener una relación sana con Dios? Al igual que
Jesús enseñó sobre el plano horizontal de las relaciones humanas, nos enseñó,
asimismo, sobre el plano horizontal. Jesús dijo:
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6)
Según lo que Jesús enseña la meta
es ir al Padre. Esto pasa ineludiblemente por reconocer cuatro verdades.
ü Jesús
es el Camino.
ü Jesús
es la Verdad.
ü Jesús
es la Vida.
ü No
puedes ir al Padre, sino es por Jesús.
Siento decirte que si no reconoces
eso nunca podrás ir al Cielo y mucho menos ni siquiera acercarte al Padre. No
lo digo yo, lo dice Jesús. Si para obtener una respuesta positiva de las
personas de tu ambiente social has de portarte amablemente con ellas siguiendo
las palabras de Jesús sabiamente, ¡cuánto más seguir Sus palabras para
relacionarnos correctamente con Dios!
He escuchado por televisión que
el Papa Francisco está pidiendo a los jóvenes brasileños que se dirijan a
Cristo. ¡Ya era hora de darle el protagonismo al autor de la salvación!
Dirigirse a Cristo, según la Biblia, es obedecer a Cristo. ¿Cómo obedeces a
Cristo?
ü Reconociendo
que eres un pecador
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. (Romanos 3:23)
ü Creyendo
en Cristo
Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. (Hechos 16:31)
ü Arrepintiéndote
de tus pecados
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. (Mateo 3:2)
Puedes hablar directamente con
Dios y mostrarle tu reconocimiento y arrepentimiento sinceros y serás hecho
hijo de Dios. Jesús pagó tus pecados en una cruz para que pudieses relacionarte
con el Padre cara a cara. La cruz está formada por dos maderas una horizontal,
que nos habla de las relaciones humanas, es decir unos con otros y otra madera
vertical que apunta a una relación de la Tierra al Cielo, entre tú y Dios. Si
es saludable relacionarnos con los demás de forma equilibrada, ¿te imaginas lo
provechosa que es una relación real con Dios? Esta relación es eterna.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23)
El pecado te lleva a la muerte
pero el regalo de Dios es vida eterna en Jesús. Creer o no creer, está es la
gran cuestión. Si no crees la muerte eterna te espera, es decir, se acaba toda
esperanza de vida tras la muerte física. Si crees, vida eterna.
Para una correcta vida emocional
de relaciones equilibradas no debes olvidar el plano horizontal. Para una
correcta vida espiritual de relación con Dios no debes olvidar el plano
vertical.
La Cruz es el símbolo relacional
por excelencia.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!