sábado, 26 de septiembre de 2020

El Protagonista

Este mes de septiembre nos hemos parado a celebrar la Biblia. El Gran Libro de Dios al hombre, a ti y a mí. Como otros ya han sugerido, la Biblia es la Carta de Amor de Dios para nosotros. Hemos visto que Jesús es el Fundamento para el justo, el Lugar para Descansar del creyente y la Hoja de Ruta que guía al hijo de Dios. Como colofón final a este mes de la Biblia, seguiremos exaltando a Jesucristo. Es decir, vamos a darle el lugar altísimo que se merece porque Él es el Gran Protagonista de la Biblia. ¡Él!


Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. (Juan 5:39)


Jesús propone a los que le escuchan y ponen en tela de juicio Su autoridad y Su divinidad a estudiar profundamente la Escrituras. En ellas se encontrarán con la siguiente verdad: ¡Jesús es el Protagonista! Sostenían que las Escrituras, por sí mismas, eran el canal para alcanzar la vida eterna. Estaban errados y confundidos, pues la vida eterna que las Escrituras prometían, apuntaba a Jesucristo como el Dador de esa vida eterna. Solo era cuestión de ser honestos y humildes para llegar a esa misma conclusión por medio de un estudio concienzudo de las Escrituras. Honestidad y humildad también que se requiere, querido lector, para acercarse hoy a la Biblia y, por ende, a Jesús.

En pocas palabras Jesús les reta, primero, a indagar en las fuentes bíblicas y, segundo, les avanza el resultado de su estudio: ¡Jesús es el Protagonista! ¡JESÚS ES LA VIDA ETERNA! Desde Génesis a Malaquías comprobarían que, debido al pecado de sus padres, Adán y Eva, Dios tomó cartas en el asunto y les prometió un Salvador, un Mesías, un Señor, un Rey que cuando llegase Su tiempo nacería humilde y llevaría nuestros pecados sacrificialmente para perdonarlos, poniéndose en lugar nuestro y recibiendo el castigo de Dios por nuestras ofensas. Toda la evidencia no dejaba dudas que ese Salvador era Jesucristo. La cruz donde fue sacrificado Jesús puso de manifiesto la justicia, el amor y la misericordia de Dios por nosotros y cumplieron con todas las profecías sobre Su Persona. Todos quieren la vida eterna, pero no todos reconocen que el único medio para obtenerla es Jesucristo. Por eso son necesarios la fe en Jesucristo, el arrepentimiento de los pecados y el ser Sus discípulos. Tal viaje solo comienza cuando te tomas en serio la Biblia y la estudias profundamente.

¡Ellas hablan de Jesucristo!

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 19 de septiembre de 2020

Fundamentos Destruidos

Seguimos celebrando el mes de la Biblia. El rumbo tomado nos ha encaminado a ver que la Palabra de Dios es nuestra hoja de ruta en la tierra y el lugar para descansar. Es más, Jesucristo es esa Hoja de Ruta y el Lugar para Descansar porque Él se encarnó para que viésemos a la Palabra en acción. Dios nos habló por medio de Cristo y desde la primera palabra en el libro del Génesis, hasta la última en el libro de Apocalipsis, se nos indica que Jesús es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. Ahora bien, no todos se dejan guiar por Jesús y no todos descansan en Él. El porqué de esa forma de vida se debe a unos fundamentos destruidos.

Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo? (Salmo 11:3)

 

La actualidad en nuestra sociedad no deja lugar a dudas sobre la destrucción de los fundamentos que la sustentan. Se puede hacer una revisión para saber si éstos se aplican debidamente. Lo que nunca se ha de hacer es llegar al callejón sin salida de la auto destrucción. Auto destrucción es el camino que está tomando la mayoría de una sociedad que ha decidido “liberarse” de los fundamentos que le dan solidez. Por supuesto, la Biblia es ese fundamento por antonomasia. El salmista David se imagina un mundo donde la Palabra de Dios (¡Dios mismo!) es desterrada. Su conclusión, a modo de pregunta, es muy reveladora. Su preocupación es por el justo, es decir, por aquellos que viven bajo el fundamento de las Escrituras (¡Dios mismo!). Es normal, porque solo Dios puede convencer al injusto, al que tiene los fundamentos destruidos, al que ha destruido a Dios de su vida, de volver a Él. Una vez más podemos constatar que la Biblia fue inspirada para los cristianos y no para los ateos, agnósticos u otras tendencias.


Si Jesucristo es la Hoja de Ruta para el creyente y el Lugar donde Descansar, por supuesto, ¡Jesucristo es el Fundamento del cristiano! Él es el Suelo que pisamos, la Roca que nos sustenta, el Pan que comemos, el Camino que transitamos, la Vida Eterna que anhelamos. ¡JESUCRISTO ES EL TODO! Querido lector, tú que aún no fundamentas la vida en Él, te pregunto: ¿A qué esperas para hacerlo? ¿Aún no te has dado cuenta lo alejado que vives de Jesús? Es más, ¿aún sigues confiando en la política, en la filosofía, en la sicología? ¿Aún crees que te pueden salvar? ¿O es que crees que eres tu propio dios? Cristo (¡Dios mismo!) vino a pagar por tus muchos pecados en la cruz para llevarte a restablecer los fundamentos que has destrozado al vivir a tu manera y no a la que Dios tenía prefijada para ti. Él, por amor, ocupó tu lugar. Ahora el balón está en tu campo. Has creer en Jesucristo como Dios, Salvador y Señor arrepintiéndote de tus pecados para restablecer los Fundamentos sólidos que necesitas. De lo contrario, el infierno te espera por haber destruido los fundamentos.

Jesús es el Fundamento.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 12 de septiembre de 2020

El Lugar Para Descansar

Seguimos celebrando la Biblia, la Palabra de Dios, en este mes. Celebrar la Palabra de Dios es celebrar a Jesucristo, la Palabra hecha carne. Como se dijo el sábado pasado, la Biblia es una lámpara y lumbrera que guía nuestro periplo por esta vida. Igualmente, podemos decir que Jesucristo es esa lámpara y lumbrera en nuestra travesía. Muchos viven sin una guía segura y estable. Van dando tumbos, zozobrando en los mares de la inconsciencia, la desesperanza y el pecado. No saben que hay un lugar para descansar y arriar las velas. No perciben que ese lugar está al alcance de su puerto.


Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateo 11:28)

 

Las Escrituras, por medio de Jesús, nos afirman que la vida desgasta hasta la extenuación. Por eso ofrece un lugar para descansar: JESUCRISTO. A todos los que se fatigan por el esfuerzo realizado o a todos los que están cargados de ansiedad de espíritu, Cristo les promete descanso. La mayoría de las personas experimentan cansancio, no solo físico sino también emocional, frente a trabajos que están fuera de sus vocaciones o aspiraciones. Es entonces cuando llega el verdadero cansancio y ansiedad. Llegamos a cuestionar nuestra identidad, propósito y valía en situaciones de cansancio y ansiedad. Buscamos la felicidad, pero se nos escapa de las manos como el agua.


Bueno es conocer que existe el lugar para descansar. Mejor aún es reconocer que ese ÚNICO lugar es Jesucristo. Pero ese conocimiento no basta. Hay que agregar, en medio del cansancio y la desesperanza, una acción más de la voluntad, ya de por sí desgastada. Jesús demanda a los trabajados y cargados imperativamente que vayan a Su encuentro para que les dé el descanso deseado: VENID A MÍ. Aquel que llevó la carga de nuestras vergüenzas, ansiedades y pecados hasta la cruz; Aquel que trabajó hasta la más infinita ansiedad tiene el poder de hacernos descansar plenamente. En la cruz pagó el precio para que pudiésemos descansar y al resucitar garantizó que solo Él es el lugar para descansar. Querido lector, cree en Jesucristo y te arrepentirás de tus pecados. Síguele y hallarás descanso aún en las tormentas de la vida.

Jesucristo, la Palabra, es el descanso.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 5 de septiembre de 2020

Hoja de Ruta

Este mes se celebra en distintas partes del globo el mes de la Biblia. La Biblia, cuyas estadísticas sobrepasan de largo a cualquier obra literaria, merece ser celebrada. Una obra como El Quijote, en un honroso segundo lugar, ha sido impregnada por la Biblia. ¿Por qué la Biblia es el libro más vendido, más traducido, más amado, más odiado de la Historia? Porque, sencillamente y extraordinariamente, es la Palabra de Dios en negro sobre blanco. En ella encontramos nuestros orígenes, nuestra caída, historia, poesía, doctrina y sobre todo y ante todo a JESUCRISTO. De cabo a rabo sus páginas desprenden el grato olor de Su máximo protagonista, el SEÑOR JESÚS. Ahora bien, la Biblia fue escrita para los creyentes, es decir para aquellos que con fe viven de acuerdo a las enseñanzas de Cristo. Solo ellos entienden las palabras que emanan de las Escrituras en profundidad. En resumidas cuentas, la Biblia es la hoja de ruta para los cristianos.


Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. (Salmo 119:105)

 

Una hoja de ruta nos muestra por donde ir para llegar a buen puerto. Si en algún momento nos desviamos, fracasaremos. Si nos valemos de un buen GPS solo nuestra torpeza al seguir sus instrucciones nos llevará a otro destino. No es de extrañar que el salmista describa a la Biblia como una lámpara o una lumbrera que conduce nuestro caminar para que alcancemos el fin de todos los creyentes, la obediencia a Dios. Si deseas saber qué hacer en cualquier situación, la Biblia te lo muestra. Las Escrituras son el Consejo directo de Dios para conducir al creyente a la imagen de Su Hijo Jesucristo.


Querido lector, ¿cuál es la hoja de ruta que guía tu vida? Quizá sea lo que has oído de otros, la televisión, la política, tus estudios, tus razonamientos, tus temores, tus anhelos… Este es un buen momento para meditarlo. Jesucristo, te dije que es el principal personaje de la Biblia, es esa lámpara o lumbrera en el camino del cristiano. El apóstol Juan hace esta descripción sobre Jesús: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios (Juan 1:1). El Verbo es eterno, vive con Dios y es Dios. La palabra griega de la que se traduce la Biblia “Verbo” al español es logos, es decir, PALABRA. Juan nos dice que la Palabra es Jesucristo, por lo tanto, la Biblia es un libro vivo. Al contrario que toda la literatura, que por muy grandiosa que sea, está muerta, porque no causa la vida que Jesucristo te puede dar. La Palabra se hizo carne en Jesús al visitarnos en esta tierra. La Palabra nos alumbró para obedecer la voluntad de Dios. La Palabra sufrió la muerte en la Cruz en pago por nuestros horrendos pecados. La Palabra resucitó de la muerte porque ni ella podía contenerla. Querido lector, Dios quiera que te vuelvas de las tinieblas que te rodean a la Palabra, a la Lumbrera: JESUCRISTO. Ponte a bien con Él por medio de creer con fe (confianza en Su autoridad y señorío). Arrepiéntete sinceramente de tus pecados por vivir alejado de la Luz y Él, por medio del Espíritu Santo, vendrá a vivir dentro de ti para alumbrar tu camino y recordarte las verdades vertidas en la Biblia. Haz de Jesús la Hoja de Ruta de tu vida. Otras rutas te llevarán al infierno.

Celebremos a Jesús, La Palabra.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!