sábado, 10 de marzo de 2012

Mi Cumpleaños


Hoy es el día de mi cumpleaños. Gracias a Dios por todos los años que llevo vividos. 
Sin Él mi vida no tendría sentido. Quiero aprovechar este día para contaros que tengo mi fe puesta en el Dios que la Biblia muestra. Espero que este testimonio abra los ojos de tu corazón y te haga entender que Dios también te ama a ti y te espera con los brazos abiertos para salvarte.

Nací en una familia con escasísimos recursos económicos, de hecho, un tío nuestro nos cuidó y alimentó a mi mamá, a mis tres hermanos y a mí durante muchos años. Gracias a Dios por la bendición de haber tenido un tito como él. Hoy está en el Cielo disfrutando del Señor.

¿Mi papá? Se pasaba el día borracho. Con esto quiero dar a entender que no se contaba con él para nada. Decir que no fue fácil esta situación para mi familia es obvio. Peleas, griterío, falta de respeto, desvelos y un largo etcétera que arrugaron la tez de mi mamá y a los cuatro hermanos nos dejaron de una u otra forma marcados.

Pero pese a las carencias afectivas por parte de mi papá hacia nosotros por culpa de alcohol y los continuos conflictos que esto traía, hoy puedo decir con certeza absoluta que DIOS VELÓ Y CUIDÓ DE MÍ. 

¿Cómo lo hizo?

Mi prima y mi primo fueron para mí la tabla de salvación que Dios proveyó para salir de ese ambiente. Realmente fueron y siguen siendo mis hermanos mayores, a pesar de que mi prima ya está en el Cielo. Ellos eran cristianos y desde la más temprana edad recuerdo que me llevaban a la Iglesia. Ellos fueron mis ángeles protectores y los que primero me encaminaron a las preciosas manos de Jesús. Infinitas gracias a Dios por ellos.

Fui creciendo en medio del ambiente de la Iglesia Evangélica. Pero aunque me movía en un medio cristiano y siempre iba a la Iglesia, participaba activamente en sus actividades y parte de mi familia era cristiana, no por eso yo lo era de corazón. Vivía una doble vida: en la Iglesia era un santo y en mi casa otra cosa muy distinta.

Un domingo por la mañana, en la escuela dominical de la Iglesia, el maestro nos retó con la siguiente pregunta: ¿Qué os falta para seguir realmente a Dios? Esta pregunta retumbó en mi mente durante esa semana. Cuando pude hablar con él le comenté que lo que me faltaba era un compromiso real. Yo conocía del Señor, sabía todas las historias bíblicas que se enseñan de manera destacada en la niñez en una Iglesia Evangélica. Lo que me pasaba era que estaba lleno de religiosidad y eso no trasforma a las personas. La religiosidad no hace verdaderos cristianos. CRISTO ES EL QUE HACE VERDADEROS CRISTIANOS. El conocimiento no contribuyó en esos momentos a reflejar lo que un seguidor de Cristo tiene que traslucir. Aunque parte da la familia era cristiana eso no me otorgaba un sitio en el Cielo. Aunque mi país de nacimiento se llamara cristiano eso tampoco me hacía a mi cristiano.

Tuve que decidir por mi mismo si quería o no seguir a Cristo, es decir, obedecer Su Palabra revelada en la Biblia o simplemente vivir la vida alejado de Jesús. Dios quiere que cada persona vaya a Él de motu propio. Esto es una maravillosa verdad: DIOS NOS TRATA COMO INDIVIDUOS. Sabe de nosotros más que nosotros mismos.

Poco tiempo después conocí a un cristiano que llevaba escaso tiempo en los caminos del Señor. Me impresionó su alegría; su gozo era exultante. Hablaba a todos del amor que Dios había tenido con él y lo agradecido que estaba por ello. Salió de un mundo corrompido por las drogas y una vida vacía. Yo me pregunté: ¿Cómo es posible que él, con lo poco que lleva conociendo a Jesús, tenga este tipo de alegría y yo que estoy en la Iglesia desde la infancia parezco mustio?

Esa misma tarde, caminando hacia mi casa, me sentía triste. Me puse a hablar con Dios, le dije: "Señor, me siento como un trapo sucio, haz de mí como Tú quieras. Te pido perdón por mis pecados y quiero que Tú me salves." Sentí un gozo inexplicable, como nunca había sentido. Sé que mi boca tenía una gran sonrisa porque mi mamá, al verme, me preguntó porqué sonreía de esa forma. Le dije que me había entregado al Señor. Al domingo siguiente fui a mi maestro de escuela dominical en la Iglesia y le hice saber mi decisión de tomar en serio a Jesús.

Ya ha llovido bastante desde entonces pero estoy cada día más agradecido a Dios por Él mismo, por haberme salvado de la muerte eterna, por poder servir en la Iglesia y por mi lindísima esposa, el regalo especial de Dios para mí. Ella entre muchos regalos especiales me hizo este:

Esta es la tarta que mi esposa me hizo el año pasado para mi cumpleaños. Una genialidad riquísima.

Que Dios te bendiga, querido lector, te ilumine el corazón y puedas ver que Dios te ama tanto que ha provisto lo necesario para que te encuentres con Él. Dios quiera que mi humilde testimonio te ayude a acercarte más al que es el único Dios verdadero: JESUCRISTO.

Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. Hebreos 4:7.

¡QUE DIOS TE BENDIGA! 

4 comentarios:

  1. Anónimo10.3.12

    FELIZ CUMPLEAÑOS PEDRO! ASÍ VALE LA PENA FESTEJAR, VERDAD?

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  2. Felicitarte por tu cumpleaños y por esta proclamación pública de fé. Un verdadero testimonio para todos. Que Dios t bendiga.
    m. Carmen

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  3. Felicitarte por tu cumpleaños y por esta proclamación pública de fé. Un verdadero testimonio para todos. Que Dios t bendiga.
    m. Carmen

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    1. Gracias por la felicitación y por leer la entrada en el blog. Jesús es una Persona muy real en mi vida pues es mi mejor Amigo. Él también quiere ser tu mejor amigo, Mª Carmen. ¡Que Dios te bendiga!

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