En más de una ocasión me he
quedado a cuadros ante lo que parecía de una forma y resultó ser diferente.
Creo que nos pasa en todos los órdenes de la vida. Un buen día descubrimos que
nos han dado gato por liebre y se nos queda cara de tontos. El hipopótamo es
uno de esos animalitos que despierta ternura. Se los ve retozar en el agua,
gráciles y atléticos (nadan muy bien). Puede llegar a pesar hasta tres
toneladas. Pero aunque despierte ternura, el hipopótamo no es nada tierno, todo
lo contrario, está considerado como uno de los animales más feroces de África,
y su historial de asesinato de humanos lo confirma. Las apariencias engañan.
Hoy, más que nunca, no te puedes fiar de la apariencias. Puedes sufrir estafas,
robo, engaño y hasta te puede ir la vida en ello. Imagínate paseando por África
y te dejas seducir por el señor o la señora hipopótamo. ¡ZAS! Un mortal menos
sobre la tierra. Es que, como dije antes, te quedas a cuadros. Un día, eso sólo
me pasa a mí, saludé a una mujer que aparentemente estaba embarazada. Yo
constaté en aquel momento que por lo voluminoso de su tripita todo hacía pensar
en un buen embarazó. Después de saludarnos, le dije: "Estás embarazada".
Ella me miró como...no sé cómo... y me informó de que era algo físico, no un
embarazó. ¡Qué vergüenza, madre mía! Nunca más volví a hacer esas preguntas.
Calladito estoy más guapo. Por lo menos eso me decía mi madre.
Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte. (Proverbios 14:12)
Eso dijo el sabio rey Salomón. Y qué
razón tenía el buen hombre. Toda la vida caminando en una misma dirección para
que al final del camino te des cuenta de que todo era humo. Hay un camino que
parece derecho pero es torcido. Hay un camino que parece lícito pero es
ilícito. Hay un camino que parece bueno pero es malo. Hay un camino que parece
feliz pero es amargo. Hay una vida que parece normal pero es anormal. Y todo
esto desde la perspectiva del hombre, pues al hombre le parece que hay camino
bueno, y luego resulta que es malo. No solo ese camino es malo, sino que andar
por él lleva irremisiblemente a la muerte. Eso dice la Biblia, la Palabra de
Dios escrita.
La muerte es la separación eterna
de Dios para aquel que ha elegido andar por su camino aparentemente derecho. Hasta
puedes andar por el camino de la bondad y estar en el camino de muerte. Si solo
con ser buenos tenemos acceso al Cielo, ¿para qué tuvo Cristo que morir si la
entrada la podemos ganar? ¿Con respecto a qué o a quién mides tu nivel de lo
que es "ser bueno"? Si no comparamos mutuamente uno de los dos ganará
y otro perderá en la comparación. Ahora bien, si nos comparamos con Cristo,
disculpa, quedamos fuera de combate por K. O. absoluto. No te quepa duda. El estándar
de bondad es Jesús y por eso la entrada al Cielo es una empresa imposible por
nuestros medios. A Dios no le engañan las apariencias de autosuficiencia o
religiosidad.
Jesús vino a ofrecerse como el
Camino verdaderamente derecho que te reconcilie con Su Padre. ¿Cómo lo hizo?
Muriendo en una cruz como sustituto nuestro y de esta forma pagar los costes de
nuestros pecados a Dios Padre. Por esa razón vivimos en un camino equivocado
pues no nos han dado a elegir. Ahora tienes la posibilidad de elección: O
sigues por el camino que te lleva a la muerte o aceptas el sacrificio de Jesús
comenzando a vivir según Sus parámetros. Solo hay un camino al Cielo y el otro
, aunque aparente llevarte a él, te lleva a la muerte.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6)
Jesús no es un Dios y un Hombre
de medias tintas, de todo depende, o de ñoñerías. Él es contundente como solo
el que está en lo cierto es. ¡ÉL ES EL CAMINO AL PADRE. NO HAY OTRO! Lo triste,
para ti, es que después de conocer está verdad sigas con tus castillos en el
aire. Son castillos, pero sabemos que solo en apariencia. ¿Qué tienes que
hacer?
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. (Miqueas 6:8)
Para hacer justicia
tienes que creer en Jesús y lo que vino a hacer para salvarte. Para amar
misericordia tienes que reconocer el amor misericordioso que Cristo ha
demostrado por en la muriendo en la cruz por tus pecados en contra de la
voluntad de Dios. ¡Dios te ama! Pero aborrece tu pecado. Tienes que humillarte arrepintiéndote
ante Dios Padre y de esta manera pedirle perdón por tus pecados contra Él pues
has vivido una vida completamente alejada de Sus propósitos para ti.
El mensaje del
evangelio, el mensaje que Jesús proclamó, es el mismo que estás leyendo en
estas sencillas palabras. Aquí no hay trampa ni cartón ya que yo no hablo de
mi, pues sería un fiasco. Hablo de Jesús y Él no es ningún fiasco. Jesús no
está hecho de la misma materia que nosotros. Él es perfecto y ninguna palabra
que ha salido de su boca es inútil. Él no haría nada por aparentar, no te
prometería vida eterna si no fuese a cumplir. Vivir preocupado por lo aparente
es olvidar lo trascendente. Un día todo esto quedará atrás y tendrás que dar
cuentas a Dios, lo creas o no. No hará falta que digas una palabra cuando estés
frente a Él. Es más no te saldrá ninguna. ¿Qué excusas le vas a dar al Ser que
te conoce mejor que tú mismo? ¿Qué le dirás al que te ha creado con Sus manos?
Sé que estoy en
buenas manos, en las mejores manos de todo el Cielo y el Universo. Un
maravilloso día vi que mi camino era torcido, creí en Cristo, y me arrepentí de
mis pecados. Desde ese mismo instante fui un hijo de Dios y te puedo asegurar
que no cambio ni por la división de un átomo mi decisión de seguir a Jesús.
Hay apariencias que
matan.
¡QUE DIOS TE
BENDIGA!
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