¡Cuando no te gusta algo te
sobran las excusas! Esta frase nos muestra que ante ciertas evidencias podemos
llegar a ser muy ingeniosos y armar toda una serie de argumentos en contra, con
tal de no tener que rendir, no ayudar, o simplemente, no creer. Las creencias
son tan dispares como a veces disparatadas. Al igual que de gustos vino un
barco lleno y se fue vacío, las excusas vinieron en otro barco, y se fue
igualmente vacío.
Los niños tienen, quizá, la mayor
fama de poner excusas siempre. ¡Mamá no me gusta la comida que has hecho hoy!
¡No tengo tiempo de hacer los deberes! ¡Hoy no iré al cole. Me duele el dedo
pequeño del pie derecho! ¡Se me olvidó sacar la basura! Y otras excusas que los
padres experimentados oyen día tras día de la boca de sus hijos, actores de
primera fila en eso de excusarse.
El problema es cuando la
evidencia es tan grande que las excusas son, a todas luces, un simple
escapismo. Nos escapamos de tener que contestar abiertamente alguna cuestión. Nos
escapamos por no reconocer que desconocemos un tema en concreto. Los hombres
casados somos unos expertos en poner excusas de por qué no hemos tirado aún la
basura, después de tres días de ruegos y peticiones por parte de nuestras
desesperadas esposas.
Excusas, excusas, y más excusas…
Porque las cosas invisibles de Él (Dios), su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. (Romanos 1:20)
Hay tanta evidencia dejada por Dios
de Sí mismo en la naturaleza que hasta el más grande ateo, no tiene argumentos
sólidos y fiables para excusarse, como consecuencia de lo que sus ojos y
sentidos perciben. Así que este texto bíblico nos está mostrando que la razón
hace que entendamos al Dios Creador del Universo.
Cada elemento que hay sobre mi
escritorio me habla de que hubo alguien que lo inventó o reprodujo. Si sigo
mirando hacia otros lugares de mi cueva (oficina casera) sigo reconociendo
objetos que han sido elaborados e ideados por otras personas. Un libro, una
impresora, un CD, diferentes lápices y bolígrafos… A mi izquierda tengo dos
notitas escritas por mi amada esposa con frases románticas, una con forma de corazón
y otra con forma de hoja que han sido recortadas por ella con todo su esmero
para mí.
El pensamiento natural de todos
nosotros, lo primero que pensamos cuando vemos algo que tiene orden y utilidad, es que ha sido inventado por alguien. Lo mismo pasa con la naturaleza, la
percibimos y en lo íntimo sabemos que hubo Alguien que “inventó” lo que ven
nuestros ojos, tocan nuestras manos, huele nuestro olfato…
Somos seres morales. No estamos
compuestos solamente por reacciones químicas, somos algo más. Tenemos sentimientos,
aspiraciones, sentido del bien y del mal, tenemos capacidad de elección. ¿De
dónde nos viene este aspecto sustancial de cada vida humana? Si otorgamos hasta
el más ínfimo invento a un inventor, ¿por qué nos empeñamos en no reconocer al
que nos inventó? Si no vemos ni un atisbo de azar en un lápiz, ¿por qué vemos azar
en nosotros si somos infinitamente más complejos que un lápiz? No hay excusas
porque todo habla de un Dios Creador.
Otra cuestión bien distinta es
que queramos ceder ante las evidencias y aceptar de buen grado la dirección del
Dios que se nos revela por medio de Su Creación. Lo paradójico es que a Dios no
le importa tanto tu respuesta, sino lo que más le importa es revelarse a ti. El
orden natural es que Dios primero se revela al hombre y después el hombre
responde a Dios. La respuesta del hombre podrá ser positiva: creer, o negativa:
no creer. Pero la verdad de la inexcusabilidad del hombre frente a los hechos
creativos de Dios, que lo revelan a nosotros, es aplastante.
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que Él existe y que recompensa a quienes lo buscan. (Hebreos 11:6)
La fe es certeza y
convicción de lo que se espera y de lo que no se ve (Hebreos 11:1). Es una
respuesta natural tener fe en aquello de lo cual tenemos certeza y convicción. La
certeza que puedes tener es que Dios se ha revelado por medio de Su Creación hablándote
en palabras que puedes entender perfectamente, por eso no tienes excusa. Puedes
estar convencido de que el Dios que está detrás de la naturaleza existe por lo
que ves y palpas a tu alrededor.
La
última revelación de Dios al ser humano es por medio del evangelio. El evangelio
es la más grande expresión de amor de Dios por el ser humano. El evangelio es
muy sencillo de explicar y entender:
Dios creó un mundo
perfecto donde tenía una amistad profunda con el hombre. La Biblia narra como
Dios se paseaba con el hombre por el Huerto del Edén, diariamente. El ser
humano se reveló contra Dios desobedeciéndolo, y pecó. De esta forma rompió su
amistad con el Creador. El pecado es un delito y como tal debe ser pagado. Al
igual que la justicia demanda que la infracción sea satisfecha, la Justicia de
Dios también demanda que Su Justicia sea satisfecha. Él infractor está obligado
a pagar su delito. El delito fue haber desobedecido las leyes divinas.
Quizá pensemos que
somos buenos porque no hemos matado, o no hemos robado, o cualquier otra cosa.
Pero ser bueno depende de con quién nos comparamos. Si nos comparamos con un
asesino a lo mejor salimos ganando, si nos comparamos con un ladrón quizá
salgamos bien parados. Si nos comparamos con Cristo todos salimos perdiendo
pues Él fue el único que nunca pecó infringiendo las reglas de Dios.
Si eres como Cristo,
es decir perfecto, no te preocupes: vas al Cielo y entrarás por la puerta
grande. Pero si no eres como Cristo y más bien eres como el común de los
mortales, estás en serios problemas: no entrarás en el Cielo.
Cristo vino a
solucionarnos el problema. Él bajó del Cielo, se hizo de carne y hueso y pagó
el precio de nuestros pecados, muriendo en una cruz y resucitando al tercer
día. Imagínate por unos instantes que estás acusado por haber cometido un gran
delito. Eres culpable y debes ir a la cárcel. El juez está a punto de
sentenciarte justamente pero en ese momento aparece alguien que ha decidido
sustituirte y pagar el delito por ti. Eso es lo que hizo Cristo pagando a Dios
Padre por tus pecados contra Él.
¿Qué debes hacer
ante tal muestra del amor de Jesús por ti? Cree en Jesucristo como tu Salvador
y Señor. Arrepiéntete de los pecados que te han mantenido alejado de Dios
durante toda tu vida y Dios te perdonará, recibiéndote en Su familia, como hijo.
La Creación y Cristo son las
evidencias. No te excuses.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
Hola, soy tu amigo, el de siempre, el que te va a hacer posible que tengas amigos hasta en el infierno, jejeje...
ResponderEliminarEs evidente que hay un Creador. Lo que no está nada claro es el parecido entre el Creador y el que relata la biblia,quien "vió (Dios) que todo lo que había creado era bueno" y luego la creación se corrompe. ¿No era buena? Tal vez lo era hasta que dejó de serlo, y para remediarlo, manda el diluvio y se carga infinidad de animales inocentes. Pero salva a ocho (pensando "con ocho basta"), cuya descendencia se está encargando de destruír de verdad la creación... Todo muy inteligente y bien planteado. ¿De verdad crees que el dios de la biblia es el Creador? YO, NO.
La segunda parte también es severa: "El ser humano se reveló contra Dios desobedeciéndolo, y pecó. De esta forma rompió su amistad con el Creador". Todo porque la tal Eva se comió una manzana!! Pero si tu libro dice que si los padres comen las uvas verdes, los hijos no tendrán la dentera. Entonces... alguien miente.
ResponderEliminarSi no es suficiente, vamos con la tercera parte: El juez justo permite y consiente un sacrificio humano. Un sacrificio macabro, sangriento y horrendo por el bien de la humanidad que ha pecado, pero que no ha pecado porque la que pecó fué la tal Eva... Esto de los sacrificios humanos viene de antiguo, cuando le pide a Abram que sacrifique a su hijo (otro paripé), cuando permite y consiente el sacrificio de la hija de Jefté por su propio padre (si esto no es mala leche, que venga Dios y lo vea)... ¿De verdad crees en esta clase de dios? YO, NO.
Y por último, dices que "La Creación y Cristo son las evidencias"... La Creación sí es la evidencia de un Creador, pero Cristo, ¿de qué es evidencia?
ResponderEliminarY eso de "Dios te perdonará, recibiéndote en Su familia, como hijo". ¿Cuál es la "familia" de Dios, ¿tu iglesia? Jejejeje, perdona que me ría, no lo tomes como una descortesía, ... Te adelanto que si la tal familia es tu iglesia YO NO QUIERO PERTENECER A ELLA.