“Échame a mí la culpa de lo que
pase”. Tomo la idea prestada para la anterior frase de una conocida canción de
los años setenta. El cantante pedía que se le atribuyese solamente a él toda la
culpa, aunque él había amado y sufrido la traición. Sin tener ni un ápice de
culpa, su deseo para el que lo había traicionado era que le fuese bien, hasta
cuando cruzase a la otra vida. Aquí
tienes la canción por si quieres recordar… o conocer.
Permitidme que cambie la frase
por “Échale a Dios la culpa de lo que pase”. Es que siempre está de moda atribuir
a Dios todos nuestros males: Dios tiene la culpa de la hambruna del tercer
mundo, Dios tiene la culpa de las guerras, Dios tiene la culpa de las enfermedades
que padecemos, Dios tiene la culpa de las catástrofes naturales, Dios tiene la
culpa del paro, Dios tiene la culpa de las injusticias sociales, Dios tiene la
culpa de los accidentes de tráfico, Dios tiene la culpa de que no nos vaya
mejor, Dios tiene la culpa por no cubrir todas nuestras expectativas… le
endosamos toda la culpa a Dios para amortiguar nuestras conciencias.
Ahora bien, si Dios es el
responsable de todo lo malo, ¿quién es responsable de todo lo bueno? ¡Nosotros,
por supuesto! Nosotros somos los buenos de la película, nosotros somos los que
avanzamos con la ciencia, nosotros somos los que curamos las enfermedades,
nosotros somos los que velamos por los pobres, nosotros somos los que hacemos
leyes justas, nosotros somos los que repartimos las riquezas por igual, nosotros
somos los que arreglamos los problemas sociales, nosotros somos los preocupados
por los demás… nosotros siempre hacemos lo correcto y Dios, si no nos beneficia,
siempre hace lo incorrecto ¡Échale a Dios la culpa de lo que pase! La Biblia, que
es la Palabra de Dios, nos habla de otra realidad diametralmente opuesta.
Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden
de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de
variación. (Santiago 1:17)
Resumiendo: TODO LO BUENO VIENE
DE DIOS.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No
hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se
hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. (Romanos
3:10-12)
Resumiendo: TODO LO MALO VIENE
DEL HOMBRE.
¡Qué contrastes más evidentes
existen entre Dios y el hombre! Dios desciende por medio de Jesucristo y
nosotros no lo buscamos; Dios no cambia y nosotros nos desviamos hasta la
inutilidad; Dios obra con justicia y nosotros con injusticia ¡todo el tiempo!
Es tiempo de buscar a Dios. El
Dios que se nos revela por medio de la creación y que nos ha dejado Su Palabra
escrita en nuestras conciencias y sobre papel, para que no tengamos
justificación el día que estemos delante de Su Trono, rindiendo cuentas por
nuestras vidas. Jesús lo dejó todo listo para que pudiésemos ser perdonados
delante de Dios al morir en una cruz por ti y por mí. Él pagó por nuestro
rescate y ahora nos toca reconocer nuestro pecado de vivir al margen de Su ley,
arrepentirnos y volver a casa sabiendo que somos Sus hijos. Si actuamos de
forma contraria no esperemos que el amor de Dios contradiga Su justicia, librándonos del merecido castigo.
Échate a ti la culpa de lo que
pase.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
No se supone que Dios nos creó? No se supone q somos creacion de El? Entonces si el mal viene del hombre, indirectamente el mal proviene de Dios al provenir de El. Si no nos hubiera creado no habria maldad. Piensa. Es un dios muy complicado para ser TODOPODEROSO
ResponderEliminarjdavid, gracias por dejar tus comentarios. A mí me son muy útiles y me me animan a seguir compartiendo mi fe en Jesús. He respondido, más bien, intentado responder, tus preguntas o dudas en esta entrada del blog:
Eliminarhttp://eternamentesalvo.blogspot.com.es/2016/06/libre-albedrio.html
Espero sinceramente que sea de ayuda para tu vida.
Como siempre ¡QUE DIOS TE BENDIGA!