¡Por fin la ONU se reúne para tratar el tema de los
cristianos perseguidos alrededor del mundo! Es como si hasta la fecha no
hubiesen sabido del asunto. Como vivimos en la época de las grandes
conspiraciones me voy a subir a ese carro por unos instantes. ¿Qué oscuro
interés tendrán ahora los poderes fácticos para interesarse en estos momentos
por tamaño problema? ¿Es que se ha llegado a tal punto de degradación moral que
les ha salpicado sus bonitos y caros trajes y eso es intolerable? El primer
mártir del cristianismo fue Jesús, el cual aviso a sus discípulos que ellos no
gozarían de mejor suerte.
Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo. (1 Pedro 2:4-5)
El apóstol Pedro, en su primera carta pastoral, persigue un
triple objetivo: dar ánimo en medio de las pruebas, perseverancia en medio de
las pruebas y el propósito en medio de las pruebas para todos aquellos
cristianos que habitaban en lo que hoy se conoce como Asia Menor. Pedro está
escribiendo a cristianos que por su fe en Cristo sufren de exclusión social a
todos los niveles, desde el simple rechazo hasta el exilio, de parte de judíos
fanáticos y gentiles hostiles. Soportaban calumnias, violencias, odio,
sospechas, pérdida de bienes y ruina material. Pedro quiere aconsejarlos y
consolarlos con el fin de fortalecer su fe e inspirarles valor.[1]
En un artículo reciente sobre la iglesia sufriente, Faith Works, enumeró los grados de
persecución que alguien puede enfrentar por practicar la fe religiosa:
1. Desaprobación
2. Ridículo
3. Presión para
adaptarse
4. Pérdida de
oportunidades de instrucción
5. Sanciones
económicas
6. Rechazo
7. Separación
de la comunidad
8. Pérdida de
empleos
9. Pérdida de
propiedades
10. Maltrato
físico
11. Violencia de
turbas
12. Hostigamiento
de funcionarios
13. Secuestro
14. Trabajo
forzado
15. Prisión
16. Tortura
física
Por todo ello el mensaje del apóstol es crucial para
nosotros hoy, más que nunca. El secreto de nuestra fortaleza en medio de las
pruebas es JESUCRISTO. En Su ejemplo hayamos los elementos necesarios que nos
alientan a perseverar sabiendo que hay propósito en medio de las pruebas. Dios
pone a prueba a Sus hijos con un propósito eterno que comenzamos a vislumbrar
ahora pero que contemplaremos en todo su esplendor en la eternidad. Dios tiene
la meta de hacernos fuertes para que seamos como Dwayne Johnson “The Rock” pero
en el terreno espiritual. Puras rocas que reciban los golpes, que los sufran,
que les duelan pero que imiten a Cristo en los momentos más fatídicos elevando
esta oración:
Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. (Mateo 26:39)
Como expresó Billy Graham: “Las cumbres son para divisar e
inspirarnos, pero el fruto crece en los valles”.[3] Por
lo tanto, no es de extrañar que los que no conocen a Cristo, porque viven
alejados de Él, prefieran ser perseguidores y no piedras vivas como el Maestro.
Acércate a Jesús, querido lector, para que vivas por la eternidad. Si sigues
alejado de Él te estarás condenando a ti mismo. Lee la Biblia y ella te guiará
por el camino de la salvación. Después podrás elegir ser…
…perseguidor o piedra viva.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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