La imagen de Jesús andando entre nosotros por las calles,
por los caminos, por las riberas de los ríos y por la orilla del mar de Galilea
me fascina. Es una imagen que nos habla de un Dios cercano y amigable. Jesús es
el Dios cercano que camina entre nosotros… y con nosotros. Por eso se llama
EMMANUEL, Dios con nosotros. La Biblia describe como Jesús buscó, de entre las
personas que se cruzaban con Él en su vivir diario, algunas para que caminaran
a Su lado, recibiendo Sus enseñanzas.
Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de
hombres. (Mateo 4:19)
Jesús llama a los hombres a que le sigan de forma directa,
porque necesitan redefinir su labor. Jesús
no quiere cambiar tu oficio. Él quiere darle un nuevo sentido. Un sentido
eterno. Él desea que tu esfuerzo valga la pena dejando tus antiguas redes,
cambiándolas por otras nuevas y de esta forma tener una nueva perspectiva. Jesús
busca empresarios, científicos, maestros, médicos, amas de casa, contables,
músicos, barrenderos, vendedores, pescadores, secretarias, sicólogos… para que empresarios,
científicos, maestros, médicos, amas de casa, contables, músicos, barrenderos,
vendedores, pescadores, secretarias, sicólogos tengan una perspectiva eterna de
su labor.
Todo
cambia cuando sabes que lo que haces tiene un propósito eterno. Descubres que
lo del muerto al hoyo y el vivo al bollo es una patraña infernal. La vida tiene
un nuevo significado y lo que antes era una dura carga se torna en bendición,
para ti y los que te rodean. No es lo mismo trabajar para tu jefe que para
Jesús, el Rey de reyes y el Señor de los señores. Jesús no cambia tu profesión,
tus facultades y capacidades, Él cambia tu escala de valores y redefine el
alcance de tu desempeño en la tierra.
Jesús
dio Su vida por ti y por mí en una cruz en pago por nuestros pecados y de esa
forma hacer accesible la entrada al Cielo. Tan solo obedece Su llamado de
seguirle reconociendo de esta manera que le necesitas, dará nueva perspectiva a
tu vida y llegarás a amarle tanto que será todo un placer servirle por medio de
aquello que tienes, tu vida.
Jesús
te da lo eterno.
¡QUE
DIOS TE BENDIGA!