sábado, 25 de junio de 2016

La Pócima de la Eterna Juventud

Las compañías que viven de la estética nos quieren vender la moto de la “eterna juventud” por medio de sus productos milagrosos. Desde fragancias, productos hidratantes, exfoliantes, champús y geles de baño que nos aseguran, según la publicidad seductora que nos presentan, que es posible disimular, y hasta quitar el 80% de las imperfecciones de la piel. La eterna juventud no es flor de este planeta, y por consiguiente, no existe la cura para el remedio entre los recursos que aquí obtenemos.

En internet proliferan los mensajes de las maravillas de tal o cual producto natural dándoles una importancia extrema. No digo que sean malos productos, lo que intento argumentar es que no dan la talla a la que los han elevado. Un ejemplo, el limón. Cierto que es una maravilla de la creación de Dios pero en este mundo caído en el que vivimos ya no tiene el mismo efecto en nuestros cuerpos que también han sufrido a causa de habernos separado de la voluntad de Dios.

Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán. (Proverbios 3:1-2)

La Biblia plantea una salida sabia para alargar la vida: obedecer los mandamientos de Dios. De esta forma obtendremos larga vida y sobre todo, lo que es más importante, paz. ¡Vivir en paz! Realmente es lo que todos buscamos, la paz. Esta se obtiene por medio de no olvidar y obedecer a Dios en lo que pide de nosotros.

El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Marcos 1:15)

¡Arrepiéntete de tus pecados y cree en el evangelio! Jesús vino a ofrecerte la paz entre tú y Dios. Él no te ofrece potingues ni fórmulas inservibles. Él te da la vida eterna, es decir, la vida interminable y en paz. Nada de este mundo te salvará porque solamente Jesucristo en la cruz pudo ganar para ti el que puedas ser eternamente salvo.

Que no te maquillen.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 18 de junio de 2016

No Soy Feliz

Los estándares solicitados por nuestra sociedad reflejan que no soy feliz ni de lejos. Muchos, la mayoría, tratan de parecerse al modelo establecido por la moda, la cultura y los medios informativos. Vivimos una época donde las mayorías dictan qué hacer, qué decir, cómo comportarse, qué creer, qué es lo bueno, qué es lo malo, quién soy yo, quién es el otro, y un largo etcétera. Si para ser felices debemos “dar la talla” a esas exigencias sociales concluimos que nadie es feliz. Como canta Loquillo con sus Trogloditas: “Yo para ser feliz quiero un camión”. Si no tengo el camión no soy feliz. Parece de Perogrullo pero esa es la moto que nos venden.

Realmente no somos libres y la felicidad tiene mucho que ver con libertad. La estandarización no es libertad, es yugo. Es imposible ser todo aquello que los demás piden de ti y de mí. Es más, propongo que es una enfermedad social la presión que ejercen sobre nosotros para estandarizarnos. No me clasifico como conspiranoico, aunque las evidencias de una trama bien urdida son evidentes y vengan desde el propio infierno. Igualmente concluyo: la libertad da la felicidad. ¡Cuidado! No hablo del libertinaje que conduce al caos, hablo de la verdadera libertad.

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. (Juan 8:34-36)

Jesús se acercó a nosotros para hacernos saber que la verdadera esclavitud que padecemos es causada directamente por el pecado. Se tiende a creer que la libertad es haberse librado de Dios para este mundo laico. Están equivocados los que así piensan porque la separación de Dios es la primera causa que nos trae esclavitud. Si Jesús no nos liberta se da lugar a ser esclavos de nuestra sociedad y sus reglas inalcanzables.

El esclavo, el que vive en pecado, no perdurará. El que es hijo de Dios vivirá para siempre. Esa es la promesa que Jesús nos ofrece: esclavitud o libertad. La libertad va más allá de cumplir con lo que esperan de mí gente encumbrada y poderosa o mis iguales, socialmente hablando. Jesucristo nos ve a todos iguales, necesitados de verdadera libertad. La verdadera libertad viene de ser hijo, hijo de Dios, y no esclavo de mis deseos o los de otros.  

Querido lector, ven al encuentro de Jesús. El mundo en que vivimos produce felicidad con cuentagotas a modo de espejismo en el desierto. Jesús murió en una cruz pagando el precio de tu libertad. Ya no tienes por qué seguir angustiado con cumplir las expectativas de propios y ajenos. Pide perdón a Dios por tus pecados, pon la fe en Jesús y serás eternamente salvo. Sé valiente y no vivas según la corriente, rima absurda pero un gran consejo.

La libertad es Jesucristo.

¡Que Dios te bendiga!

sábado, 11 de junio de 2016

En Positivo

…pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura. (1 Corintios 1:23)

Ver la cruz en positivo es algo que realmente le cuesta la vida a muchos que ante su sola mención, la maldicen. No me extraña, porque la imagen o el recuerdo de la cruz les enfrenta a la realidad del pecado y su necesidad de perdón. La mejor forma forma de ver la cruz es en positivo. En positivo debido a que la cruz es la mano amorosa de Dios tendida regalándonos la solución al desastre que se nos avecina: la separación eterna de Dios.

La peor forma de ver la cruz es en negativo. Mirar la cruz en negativo es sacar pecho y decirle al mismo Dios “Yo no te necesito. Me valgo solo”. Ver la cruz en negativo es soberbia del corazón y la mente que se niega a ver la evidencia de su necesidad que son la pobreza espiritual y física. Pobreza espiritual porque estamos insensibilizados para reconocer el trato amoroso de Dios, y pobreza física ya que no hay nada que podamos hacer para que Dios nos perdone.

Yo predico a Cristo crucificado. Sé que soy políticamente incorrecto, me ven como a un loco, desfasado… y qué sé más… ponme tú los calificativos, si te apetece… Para muchos, Jesús es tropiezo que les hace dudar de sus tradiciones, pero deciden esquivarlo como me esquivan a mí por un paso de cebra. Ven el obstáculo y ni siquiera frenan. Para otros tantos, Jesús es locura y como a los locos no se les puede hacer caso han encontrado el argumento perfecto para no prestarle atención.


La oportunidad de salvación es para todos. Dios aún tiene Su mano tendida para que te reconcilies con Él. Arrepiéntete hoy de tus pecados y cree en Jesús. La cruz será el símbolo positivo en tu vida que debe ser: Dios en Jesucristo obrando a favor tuyo.



¡Preciosa cruz!


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 4 de junio de 2016

Libre Albedrío

Me encanta contestar a las preguntas que me dejan los lectores. En este caso quiero dar paso a jdavid intentando dar respuestas a sus sinceras preguntas que podéis cotejar en Dios Tiene La Culpa. Aquí tenéis sus preguntas a modo de afirmaciones:

¿No se supone que Dios nos creó? ¿No se supone que somos creación de Él? Entonces si el mal viene del hombre, indirectamente el mal proviene de Dios al provenir de Él. Si no nos hubiera creado no habría maldad. Piensa. Es un dios muy complicado para ser TODOPODEROSO.

¿No se supone que Dios nos creó?

La Biblia así lo afirma:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (Génesis 1:1)

Otra cuestión es que se crea en lo que nos muestran las Escrituras o nos dejemos llevar por las modas cambiantes de la falsa ciencia.

¿No se supone que somos creación de Él?

La Biblia nuevamente lo afirma:

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:27)

¡Somos creación de Dios! Dios “se ensució” las manos para modelarnos. Toda la creación fue el resultado del pensamiento de Dios. Tú y yo no solo somos el resultado del pensamiento de Dios, sino también de la acción física de Dios. ¡Maravilloso!



Entonces si el mal viene del hombre…

La Biblia lo narra de esta forma:

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. (Génesis 3:6)

Dios impuso reglas para el buen funcionamiento de Su relación con el hombre, y este, uso su libre albedrío sin coacción ninguna, es decir, voluntariamente, para elegir pecar, o lo que es lo mismo, desobedecer las reglas del juego impuestas por Dios, el Soberano.


…indirectamente el mal proviene de Dios al provenir de Él

La Biblia afirma categóricamente lo contrario:

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie. (Santiago 1:13)

Si el mal proviniese de Dios, aunque fuese indirectamente, como aseveras, todo sería una vil patraña. PERO DIOS ES SANTO, por consiguiente, actúa como la Biblia nos muestra: Dios no puede ser tentado pues nada puede tentarle para pecar, y Dios no tienta a nadie porque sabe de nuestras debilidades.


Si no nos hubiera creado no habría maldad

Mira lo que dice la Biblia:

Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. (Santiago 1:14)

La argumentación final y típica es achacar a Dios lo malo que vemos en nuestro mundo (Su mundo) y ponernos las medallas de lo bueno. La maldad se genera en el corazón de cada uno de nosotros porque tenemos un fuerte deseo (concupiscencia) hacia lo malo (maldad). Lo asombroso de Dios es que nos creó a pesar de saber que nos rebelaríamos contra Él.


Piensa

Nuevamente la Biblia:

Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Dios permanecerá. (Proverbios 19:21)

Querido lector jdavid, trato de pensar como Dios me muestra en Su Palabra. Para mí esta sociedad tiene muy poco que ofrecerme. Soy un convencido de estas verdades bíblicas porque tengo fe en Jesucristo y hay más que suficientes evidencias históricas, escriturales y científicas como para perderse con fábulas meramente humanas. Jesús te amó tanto que dio Su vida para restaurarte tan solo si crees y te arrepientes de todos tus pecados. ¿Piensas o te dejas llevar por la corriente?

Es un dios muy complicado para ser TODOPODEROSO

La Biblia nos manifiesta el problema real:

¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él? (Job 21:15)

Sé que has perdido momentáneamente tu fe en Jesús porque en este artículo que escribiste muestras que tienes conocimientos bíblicos y te decantabas por manifestar tu creencia en Él. ¡Enhorabuena por ello! Ahora constato por tus afirmaciones que piensas y actúas diferente. Tú piensas que no merece ya la pena servir a Dios y, aún menos, orar, porque piensas que es desaprovechar el tiempo. Te entiendo ya que yo he pasado por circunstancias que han hecho tambalear mi fe. Te ofrezco mi apoyo y ayuda sincera si quieres consejo. Gracias por tus comentarios jdavid.

Vuelve a Dios.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!