Dios es criticado‒
¡increíble, pero real!‒por
muchos porque desde sus puntos de vista parciales de los hechos ocurridos en el
Antiguo Testamento. Piensan: “Dios es cruel ya que mandó exterminar a muchas naciones
que se cruzaron con Su pueblo, Israel”. Hace poco recibí un comentario en
respuesta al mío sobre esta supuesta injusticia de Dios. Lo cito a
continuación: “Claro que para mantener un
mínimo de coherencia y honestidad intelectual habría que ir un poco más allá,
por ejemplo al origen del cristianismo que es una continuidad directa del
judaísmo, Jesús era un Rabí que jamás negó, sino que por el contrario se basó y
jamás criticó o desautorizó las enseñanzas de la tradición Judía y allí tenemos
bien claras y explícitas de las ABERRACIONES genocidas y criminales con que
abundan las escrituras. Ni hablar del psicopático concepto del infierno o
ciertas afirmaciones del propio Jesús en cuanto a asesinar a sus enemigos =>
Lucas 19:27...”.
“ABERRACIONES
genocidas”. Sé que las personas que directamente (indirectamente también)
luchan en contra de la idea de que Dios exista no aceptarán la siguiente
verdad, pero no por su aceptación dejará de ser menos verdad. Dios elige a un
pueblo por Su soberana voluntad, Israel. Como cualquier padre mentalmente sano
cuida de sus hijos, Dios igualmente lo hace así. Aunque a Dios no le importa
nuestra opinión sobre Su forma de actuar, porque es cambiante y ¡es Dios!, nos dice de
forma clara y sencilla el por qué de Su proceder: “Así ha dicho el Señor Dios de Israel: Yo saqué
a Israel de Egipto, y os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los
reinos que os afligieron” (1 Samuel 10:18). Las respuestas obvias y
sencillas no satisfacen a las mentes que, debido a su intelectualismo, han
desechado lo elemental: Dios ama a Su pueblo, por tanto, cuida de él cuando otros lo lastiman.
La prueba
más tangible del amor de Dios es que “aquel Verbo (Jesucristo) fue hecho carne, y habitó entre
nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de
gracia y de verdad” (Juan 1:14). Dios se hizo hombre por amor al
hombre sufriendo el martirio en una cruz para satisfacer la deuda de nuestros
pecados delante de Dios Padre, y de esta forma tener la oportunidad de ser
defendidos por el precio de la sangre de Jesucristo, como Abogado, ante el
Padre airado por nuestras ABERRACIONES genocidas (pecados). Por favor, querido
lector, lee de nuevo la frase anterior porque quizá no se entienda en la
primera lectura.
Después de la resurrección de Jesús de entre los muertos los
creyentes podemos preguntarnos y afirmar, con el apóstol Pablo: ¿Qué, pues, diremos
a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31).
Si te arrepientes de tus pecados y pones tu fe en Cristo Dios te defenderá como
lo hizo con Israel. La lucha no será a muerte contra personas sino contra tus
pecados, para limpiar tu mente y corazón, y contra el mismo diablo que quiere
hacerte creer que Jesucristo es pura mentira.
Jesús se dio por ti.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario