Quiero imaginar que la tradición de iluminar la navidad muy
en el fondo se inspira en textos bíblicos como “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la
luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz
de la vida” (Juan 8:12). También puede que se base (muy en el fondo)
en “Aquella luz
verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9),
texto que nos ha acompañado estas navidades. Los escritores de la Biblia
identificaron a Jesús como la Luz verdadera, es más, Jesús mismo usa la
metáfora de la Luz, entre otras, para explicar Su obra y ministerio entre
nosotros. Jesús vino a rescatar a las personas de las tinieblas alumbrándolos
para que tengan la Luz de la vida, es decir, que tenga a Cristo, aquella Luz
verdadera.
Mientras que las luces que alumbran la navidad son sombras
de aquella Luz verdadera, Cristo, lo cierto es que intentan, y lo consiguen,
que la gran mayoría viva unas navidades superficiales, donde Jesús es relegado
al ostracismo más denigrante. Jesús no se asombra de esto porque ya lo predijo
cuando anduvo entre nosotros: “…Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la
tierra? (Lucas 18:8). Esta reflexión es el final de la parábola de
la viuda y el juez injusto. Nos enseña a orar sin desmayar porque si un juez
injusto oye, por su insistencia, a una viuda (ejemplo de exclusión social) ¡cuánto
más Dios nos escuchará a nosotros! Millones de personas a lo largo y ancho de
este mundo se dejan deslumbrar por las ensombrecedoras luces de la navidad y
desechan a la Luz verdadera, Jesús. Queda poca fe.
La Navidad, verdadera, apunta a cuatro cuestiones
importantes: Por medio de Jesucristo Dios ideó la salvación, Dios vino a
llevarla a cabo, Dios volvió al cielo y Dios regresará a la tierra. Los tres
primeros puntos se han cumplido ya: El hombre pecó contra Dios iniciándose el
plan de salvación, Jesús vino para traer el mensaje salvífico de Dios muriendo
en una cruz en pago por nuestros pecados al Padre y Jesús volvió al cielo junto
a Su Padre legando a los cristianos la misión de ser luz del mundo. El cuarto
punto aún no se ha cumplido, pero se cumplirá. Habiéndose cumplido los puntos
anteriores, ¿qué te hace dudar que el último no se cumpla? Ahora unas luces
artificiales apagan la Luz de Jesús del entendimiento de los hombres pero hay
esperanza si dejas de mirarlas y miras a Jesús, esa Luz verdadera. Arrepiéntete
de tus pecados y confía en Jesús para dejar de estar en la falsa luz de esta
sociedad.
¿Te deslumbran las tinieblas?
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
Hermoso tema Pedro. A veces las luces que nos ofrece el mundo, no nos hacen ver la Luz de Dios. Un abrazo hermano, y que Dios siga inspirándote en estos mensajes de vida eterna. Moises
ResponderEliminarGracias, querido Moisés.
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