sábado, 28 de julio de 2018

Tómate un Tiempo


Todos hablan de todo y dan la imagen que hablan de todo porque saben de todo. Eso se hace más evidente cuando opinan sobre el Cristianismo. Cuánto han dedicado en tomarse un tiempo de investigación seria brilla por su ausencia en muchos casos. Se copian y pegan textos con frases dichas por otros, se comparten las conclusiones de alguien de reconocido prestigio, se sigue al pensamiento mayoritario pero en pocas ocasiones hay dedicación personal a un estudio profundo de las verdades del Cristianismo… como tampoco de los demás postulados pseudocientíficos como la evolución darwiniana. Así que van acumulando un batiburrillo de saberes inconclusos y de esa forman basan (sin base) sus conceptos de lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, lo justo y lo injusto… para eludir la responsabilidad ante el mismo Dios de una respuesta coherente.

Afirmaban ser sabios pero se convirtieron en completos necios. (Romanos 1:22)

La persona que rechaza a Dios se autoproclama Dios. Dicha persona entra en una espiral de autocomplacencia que llega a límites insospechados, aun para él mismo. Al fin y al cabo Dios es alguien que desea aguarme la fiesta, piensa en su locura de falta de conocimiento. En contraposición se nos informa de lo siguiente: Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. (1 Corintios 1:25). Dios es, siempre, más que nosotros en todos los sentidos, por tanto, hay que tomarse un tiempo para aclarar las dudas porque años de mala preparación han ido dejando capas de incredulidad y soberbia. Ser honesto y ponerse manos a la obra es el punto a vencer. Después se podrá elegir con coherencia y conocimiento de causa. Lee Strobel, autor del libro El caso de Cristo, es un ejemplo de investigación seria y toma de decisiones al respecto. Haz lo mismo.

En un mundo donde la fe es cambiada por pseudociencia, amor por hedonismo, moral por relativismo y Dios por Satanás las bases se han tergiversado hasta tal punto que la fe es para incultos, la moral para intolerantes y Dios para beatos. Jesús, el protagonista de los desaires humanos, sigue en pie de guerra mostrándonos su amor por medio de Su sacrificio en la cruz por causa de nuestros pecados. Su mensaje es esperanzador: HAY PERDÓN Y RESTAURACIÓN PARA EL QUE QUIERA. Tómate el tiempo, querido lector, y estudia.

Antes de opinar, reflexiona.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 21 de julio de 2018

Apariencias Engañosas


Observando la bella imagen de la izquierda los seres humanos aparecemos como invisibles. Es como si no existiésemos. Si no fuera por las luces que se aprecian desde la distancia nuestro paso por el planeta Tierra sería imperceptible. Siendo honestos, la lejanía desorienta bastante, siendo este nuestro caso. A media que aumentas el enfoque la realidad se presenta muy distinta. Lo que se mostraba como un vergel cambia dramáticamente para transformarse en un vertedero. Así es con muchas personas. Desde la lejanía pintan bien pero de cerca dejan mucho que desear. No podemos evadir, en este caso, el tópico que resume lo dicho hasta el momento: Las apariencias engañan.

Es magnífico ver la imagen de nuestro hogar desde el cielo, al igual que observar los valores de la humanidad desde la filosofía, la ciencia o la historia. Bien diferente es acercarse a cada persona advirtiendo sus carencias. Lo que nos parecía bueno ya no lo es tanto. “Todos somos normales hasta que nos conocen” es el título de un libro de John Ortberg. En él se pregunta: ¿Quién es normal? Realmente, nadie es normal y eso se refleja más tarde o más temprano en las relaciones. Cuando no nos conocen, hay sonrisas y cuando nos van conociendo, hay lágrimas.

Aunque el SEÑOR es grande, se ocupa de los humildes, pero se mantiene distante de los orgullosos. (Salmos 138:6)

Con Dios la cuestión de la óptica es diametralmente opuesta a la nuestra. Él permanece en las antípodas de nuestro parecer o razonar. Él vive alejado de los que se la dan de mucho y habita cercano a los humildes. Los que han desterrado a Dios de la ecuación, viviendo endiosados con ellos mismos y actuando libertinamente han logrado lo que anhelan: Dios se ha alejado de ellos. Por un tiempo las apariencias engañan pero llegado el momento, pagarán su estilo de vida desafiante ante el mismo Dios que rechazaron. Muchas veces esto ocurre a este lado de la vida. Otras tantas veces, después de la muerte. A cada cerdo le llega su San Martín, sin ánimo de faltar.

Los humildes en la Palabra de Dios son aquellos que le buscan porque han experimentado que el pecado de ser orgullosos les estaba llevando al infierno. La gran noticia para ellos es que Dios puede ser hallado. La muestra indudable es la cruz que padeció Jesucristo, Dios hecho hombre, para reconciliarnos con el Padre. Es una prueba de humildad reconocer que eres un pecador, arrepentirte por tu pecado y creer en Cristo, es decir, poner tu confianza (fe) en Él como Único medio para salvarte de la soberbia que te lleva a la perdición eterna. Es humildad no dejarse influenciar, en medio de tanta sin razón política, moral y social que tragamos día a día, para poner las miras en Jesús, Emanuel, Dios con nosotros.

¿Vives en la distancia?

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 14 de julio de 2018

Sed Humanos


Mostró indignación por el hecho de importunarle en su tiempo de descanso semanal. El fin de semana no es tiempo para responder a cuestiones que corresponden al trabajo de la semana, dijo de forma contundente. Cierto, todos tenemos derecho a momentos de asueto y solaz, sin tener que preocuparnos por atender a la rutina del trabajo. A Dios gracias, la ley ha provisto del descanso de fin de semana, entre otros, ya que han corrido tiempos más desconsiderados con el proletariado. En la actualidad nos podemos permitir sentir el incordio de ser requeridos en medio del apacible descanso.

Su indignación no quedó ahí. – ¡Sed más humanos!, nos gritó a todos los presentes. Después de analizar la escena puedo decir que ser humanos es el problema. Es que no podemos dejar de serlo. Es imposible, humanamente, ser más humanos. A no ser que el mensaje que quería soltar fuese “atended a mis necesidades por encima de las vuestras”, muy típico del ser humano. La humanidad que contemplamos es una humanidad en desgracia. Hemos perdido el estándar para el cual fuimos creados, la gloria de Dios. Hubo un momento en nuestra historia que rezumábamos por los cuatros costados, como la luz del sol, esa gloriosa imagen que Dios tiene. Eso se perdió por causa del pecado.
 
Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo. (Juan 5:17)

Dios no descansa. Si descansara un solo instante todo se haría trizas. El trabajo de Dios eres tú, soy yo. Jesús sufrió nuestra humanidad a unos extremos que hacen quedar en nada las quejas de aquellos que, por ser estorbados en su tiempo de ocio, reclaman justicia. Al contemplar a Jesucristo clavado en una cruz hallamos la gran obra que desde tiempos inmemoriales ha estado elaborando Dios. La meta para la humanidad es devolvernos esa imagen que nos hacía relucir con la gloriosa imagen de Dios a tutti pleni. Este trabajo divino no conoce descanso ni repara en gastos. Esta ocupación no resulta un lastre para Dios. Quizá nos moleste una interrupción vacacional, pero a Dios no le molesta nuestras incursiones. Su vocación somos tú y yo. Él tiene el chiringuito abierto las 24 horas 365 días al año. Cree en Jesucristo y arrepiéntete de tus pecados. Llegarás a alcanzar la humanidad que deseas.

Errare humanum est.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 7 de julio de 2018

La Jungla

Estos últimos meses de convulsa política me estoy preparando con el fin de conocer bien la alternativa política que se ciñe mejor a mi fe cristiana, es decir, a los patrones bíblicos. Quiero estar muy preparado para encarar las próximas elecciones de la mejor forma posible ante la jungla política en la que España se encuentra. Para atravesar tal jungla enmarañada de corrupción, intereses partidistas y personales que nada tiene que ver con el amor a las personas que se gobiernan, no necesito una espada afilada para ir cortando la maleza, sino la Palabra de Dios.

Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. (Lucas 20:25)

Los sacerdotes y escribas, muy tunos ellos, pusieron a prueba a Jesús por medio de espías con el tema de pagar impuestos. Ecuánimemente Jesús respetó al César y a Dios: cada uno debía ser respetado en sus requerimientos. Los que solo dan al Estado sus tributos, dejando a Dios de lado o los que solo rinden obediencia a Dios, dejando de lado al Estado, hacen mal. Jesús demanda algo superior a lo que la sociedad política y religiosa practicaba, a saber: que cada uno se la apañe como bien pueda. Jesús demanda que atendamos nuestras necesidades administrativas y nuestras necesidades espirituales de forma equilibrada. Los que separan lo material de lo espiritual se equivocan terriblemente. ¡Así nos va!

Quiero ser un buen ciudadano y cristiano. Por esas razones he de atender sabiamente lo que Dios me exige y lo que la ley me demanda. Dios siempre es Justo, la ley humana no siempre enarbola la justicia. ¿Qué hacer frente a la injusticia gubernamental? Pedir a Dios que haga justicia y predicar el evangelio de Jesucristo, las buenas noticias de salvación que enseñan que llegará el día que el pecado humano no hará más estragos y que la justicia de Dios se impondrá. Jesús vino a poner orden y equilibrio entre la humanidad y Dios, por medio de pagar al Padre un impuesto por nuestros delitos en la cruz. Es importante dar a la sociedad lo que necesita, si son nuestros impuestos (sean estos justos o injustos) démoslos, sin olvidar que Dios demanda que le demos lo que es Suyo: nosotros mismos, que es más que dinero.

Da sabiamente.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!