Ante la avalancha de tantas noticias que intentan inculcar
en las mentes y corazones de los ciudadanos de todo el mundo el pensamiento
único que dicta la agenda de la ideología de género, veo muy claro que nos
quieren llevar a una ESQUIZOFRENIA BIOLÓGICA. Creerse, como un esquizofrénico,
que sé es algo que no sé es, siempre se ha considerado locura y como tal,
necesita de ayuda médica y farmacológica. Vivir en un cuerpo de mujer y sentirse
hombre, o viceversa, es del estado de esquizofrenia biológica que estoy
hablando. Hay otros estados de pensamiento que agreden a la verdad biológica,
como sentirse con diferentes orientaciones sexuales contrarias a la realidad
biológica−nos
faltan muchos dedos de pies y manos para contar todos los subgéneros inventados
con el fin de contentar a todos−. Paseando por internet he encontrado la
siguiente explicación de esquizofrenia:
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta algunas funciones cerebrales tales como el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta. En cuanto a sus síntomas se engloba dentro de los trastornos psicóticos, aquellos en los que las pacientes pierden el contacto con la realidad[1].
Realmente estamos ante un trastorno de la personalidad
grave, ya que el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta de las
personas se ven afectadas hasta tal punto que pierden el contacto con su propia
realidad. Si este concepto lo aplicamos a la ideología de género podemos
concluir que la ESQUIZOFRENIA BIOLÓGICA puede incluirse en el libro de las
enfermedades mentales que tanto gusta de escribir a los psiquiatras. Creerse Napoleón
siempre ha sido locura, excepto si lo eres. ¿Por qué creerse o sentirse hombre
o mujer rechazando las evidencias de lo contrario iba a ser menos? El problema
radica en que vivimos en una sociedad enferma de esquizofrenia.
Afirmaban ser sabios pero se convirtieron en completos necios. (Romanos 1:22)
La Biblia no explica la esquizofrenia moral en la que vivimos
con muchas palabras. No son necesarias tantas. Las personas que se creen
inteligentes al abrazar tales ideologías de género evidencian que la necedad
los acompaña. No solo viven sin reconocerse a sí mismos sino que rechazan el
aceptarse tal y como Dios las creó. Esto es rebelión en toda regla contra Dios,
y el pecado es eso mismo, rebelión. El antídoto es Jesucristo. Solo Él puede
librar a las personas de las ataduras que se han creado ellas mismas y las han
arrastrado a su esquizofrenia biológica. La cruz que padeció Cristo por
nuestros pecados hizo posible que nuestras mentes y corazones fuesen
transformadas con la luz de la VERDAD. Dar este mensaje hoy día es como clamar
donde nadie escucha pero no lo hace menos importante: Arrepiéntete de tus
pecados y cree en Jesús.
Necesitas de coherencia.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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