El mensaje de esperanza de Dios es ninguneado hasta el
despreciado por muchos. Ese mensaje es las buenas noticias del Evangelio que
nos confirma que podemos volver a relacionarnos con Dios por medio de
Jesucristo porque nuestra deuda ha sido saldada por Él en la cruz. Veo a unos
creyendo que por “ser buenos” un dios complaciente los salvará; otros se
esconden en la confianza de que la humanidad progresará hasta alcanzar un
estado de gracia óptimo; unos cuantos se amparan en sus ritos religiosos para
“ganarse el cielo”; otros simplemente no creen en la necesidad de salvarse. En
definitiva, todos estos grupos son su propio dios debido a que ellos ponen las
reglas para relacionarse con la deidad.
Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. (Romanos 1:21)
En el Evangelio la mano del hombre no se ve por ningún sitio,
excepto para “armar el lío”. De ese lío surgió que Jesucristo padeciese por
nosotros en la cruz. El pecado nos condenó a morir, o lo que es lo mismo, a vivir
eternamente separados del cobijo de Dios. Si al mirar la creación de Dios no lo
honras, no le muestras gratitud, te obcecas en seguir tus pensamientos antes
que la evidencia de un Creador, tú ya estúpido corazón se tornará más lóbrego
hasta que se endurezca como una roca infranqueable, y morirás sin esperanza… Todo
por haber ninguneado el Evangelio.
Ningunear el Evangelio, en resumen, es ni más ni menos que
rechazar a Jesucristo y, por ende, a Dios mismo. Jesucristo es el evangelio
hecho carne. Él es la Esperanza que el ser humana necesita a gritos. Él es el
amor personificado. Y más, mucho más. Por medio de Él Dios tiene Su mano
extendida a cada uno de nosotros aún en este tiempo donde el ninguneo es por
decreto legal en algún sitio que otro. Eso sí, Él no abre Su mano por nuestros
méritos sino porque cumple Sus promesas. Da un giro integral a tu vida poniendo
la fe en Jesucristo para que seas eternamente salvo del juicio de Dios que te
llevaría al infierno sin lugar a dudas.
Si le ninguneas te pierdes.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario