Creo no equivocarme al pensar que todas las personas desean
fervientemente vivir en paz, libres, saludables y con sus necesidades cubiertas.
Por desgracia, anhelar pasar nuestros días en ese estado de gracia es imposible
en medio de tantos tejemanejes, o lo que es lo mismo, los medios poco claros o
sospechosos que utilizan las personas para conseguir algo, según la RAE. La humanidad
tiende a la insatisfacción y al hartazgo. Esas dos características hacen que
siempre se busque remedio a cualquier precio. La expresión más somera de esa
búsqueda podría ser la “mentira piadosa” y la más agresiva el asesinato. ¿Quién
no ha “mentido piadosamente” para conseguir su objetivo? ¿Cuántos casos en la
historia mundial o nacional se conocen de asesinatos por conseguir el poder?
Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. (Génesis 50:20)
Los tejemanejes de los hermanos de José lo llevaron como
esclavo a Egipto. Conspiraron contra él hasta que consiguieron su objetivo y
fueron tan crueles y cínicos que montaron toda una escena teatral para engañar
a su decrépito padre, haciéndole creer que una alimaña había acabado con la
vida de su amado hijo. El odio hace imposible una vida de ensueño. Si entre
hermanos hay tejemanejes, ¿cuánto más entre amigos, allegados o desconocidos? ¿Qué
decir de la patética, interesada y maloliente política de nuestros días? Como
dirían Tip y Coll: “Mañana hablaremos del gobierno”.
Dios hizo realidad lo de “no hay mal que por bien no venga”,
transformando el tejemaneje maligno que sufrió José en un bien para muchos. La vida
de José se asemeja en muchos aspectos a la de Jesús. Cuando Satanás, los
religiosos y el pueblo pensaron que le habían dado muerte, Dios llevó a cabo el
mayor plan de salvación de la historia entre tanto tejemaneje malvado. En la
cruz Jesucristo venció al pecado y a la muerte que nos separaba de Dios. Hoy
las puertas del cielo están abiertas para todos aquellos que confían en Cristo
arrepintiéndose de sus pecados y caminando de acuerdo al Maestro. En Él no hay tejemanejes,
dobleces ni oscuridad porque cumple Sus promesas a rajatabla.
Jesús es la Verdad.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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