Muchos dicen conocer
a Jesús. Afirman que fue un gran maestro, un profeta atípico, un buen líder,
una inspiración fresca, un personaje admirable y, otros, los más atrevidos, se atreven
a designarlo como Dios. Todos los apelativos anteriores dados a Jesucristo, aunque
ciertos, eluden el meollo de quién era realmente Jesús. Cristo es una Persona
tan importante que definirla con un solo adjetivo es quedarse corto. De hecho,
la Biblia le nombra de muchas formas porque es imposible, con lo limitado de
una palabra, acotarlo. Ahora bien, cuando Él decidió pisar esta tierra y caminar
entre nosotros eligió un Nombre: JESÚS. Este Nombre nos mostraría lo que
necesitamos saber sobre Él para tener una relación plena con Dios.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4:12)
Puedes tener un conocimiento teórico exhaustivo sobre quién
es Jesús y no apreciar cuánto lo necesitas. El Nombre de Jesús significa SALVADOR. Tu concepto de Jesús puede
estar bastante cercano a quién es Él pero hasta que no te rindes a la evidencia
de Su misión, tu conocimiento de Él no sirve de mucho. ¿Cuál es Su misión? Salvarte.
Por eso eligió llamarse SALVADOR. ¿Salvarte de qué? De la muerte que causó tu
pecado contra Dios. Pero entender que Él vino para librarte de la muerte y del
pecado tampoco hace mucho por salvarte. Para que Jesús pueda cumplir Su misión
salvadora en ti debes confiar (fe) que Su muerte, que pagó por tus pecados en
una cruz, dejando tu expediente impoluto, es suficiente para salvarte. No hay
otro Nombre en toda la creación que nos pueda salvar de las consecuencias de nuestros
pecados: solo JESÚS, SALVADOR. Arrepiéntete ante Dios de tus pecados con toda
tu mente y con todo tu corazón y Jesús se transformará para ti en un Ser real,
no estereotipado.
Mi madre, mayor y con achaques, encuentra alivio en Jesús. Es
para mí un gozo ver cómo reacciona al leerle la Biblia, la Palabra de Dios.
El Nombre de Jesús resuena en su mente cansada y hace que sus recuerdos vuelvan
por un instante. Le canto canciones de su época que hablan sobre Jesús y ella
escucha. He aquí la letra de una de ellas que exalta, como no podía ser de otra
forma, a Jesús, a quién mi madre y yo amamos profundamente. No se trata de
conocer a Jesús, se trata de amarlo de corazón y proclamar Su Nombre por puro
agradecimiento.
Jesús, Jesús, Jesús.
Es el Nombre que mi corazón ama,
Que mi lengua proclama,
El Nombre de Jesús.
Es el Nombre de un pueblo redimido
Que canta agradecido
Al Nombre de Jesús.
Haz tuya esta canción.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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