“No hay mal que por cien años dure ni cuerpo que lo aguante”. 2020 se fue y parece que duró cien años. 2021 comienza heredando los males que malograron el anterior año. Ejemplos: el coronavirus y sus incertidumbres, la política y sus intereses, las ideologías y sus aberraciones y el desplome económico y sus aprovechados. Un amigo de Facebook ha compartido un artículo con una estadística terrorífica: cada dos horas y media se suicida una persona en España.[1] Diez personas deciden dejar este mundo de forma abrupta. Es tan escandaloso el hecho que ya no pueden esconderlo más aquellos que enarbolan la bandera de lo políticamente correcto.
¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros. He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia. (Santiago 5:1-6)
Todos los males intentan maquillarse para que luzcan menos feos y hasta se nos muestren con un rostro cuasi bello. De mientras, a las personas les sangra el alma y a los poderosos les resuman los bolsillos. 2021, por desgracia, seguirá padeciendo de los mismos males que 2020. Llámame pesimista que yo me llamaré realista. Dedico este escrito a todos aquellos que, siendo privilegiados, no han movido aún un dedo por su prójimo. ¡Todavía estás a tiempo de ser mejor! Si no hacéis nada un día lloraréis aullando como desesperados porque habéis amasado riquezas injustas esclavizando a vuestros trabajadores. Habéis malgastado vuestras riquezas injustas en vicios y orgías hasta tal punto que vuestras manos están rezumando sangre de los justos que habéis asesinado porque no pudieron con vuestro poder. ¡TODAVÍA ESTÁS A TIEMPO DE SER MEJOR!
Imitad a JESÚS que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos (2 Corintios 8:9). Jesús amó a las personas, ámalas tú. Jesús se hizo pobre, siendo rico, para que los demás nos enriqueciésemos. Hazte pobre para enriquecer a todos los que puedas. Pero antes enriquécete con la verdadera riqueza con la que el Señor Jesucristo quiere que seas rico: Su perdón de tus pecados y Su salvación de la muerte eterna. Su pobreza llegó a tal extremo que en una cruz murió como un paria para pagar el precio de nuestros errores. Privilegiado, sea cual sea tu nombre o tu estatus, arrepiéntete de tus pecados, pon la fe en Cristo y Él será tu única riqueza. Lo demás compártelo con el necesitado.
Aún hay
tiempo.
¡QUE DIOS
TE BENDIGA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario