Los cimientos que, no hace tanto, daban solidez a nuestras naciones están siendo taladrados a pasos agigantados. Lo que ahora prima es el pensamiento único de los que gobiernan “`por el pueblo” (solo sus votos) pero “sin el pueblo” (solo sus impuestos). Nos tienen enfrentados políticamente, sexualmente, científicamente, moralmente y religiosamente. Ahora ¡los vacunados son los buenos y los no vacunados los malos! La libertad de expresión y la libertad de elección están siendo cercenadas por ideologías cuya finalidad es el poder económico, sin más. Decadencia moral y espiritual es el fruto podrido resultante de una sociedad que ha decidido, de forma muy consciente, quitar a Dios de en medio.
Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley. (Nehemías 8:9)
¡Qué maravillosa escena describe este versículo bíblico! Por desgracia, muy lejano al quehacer de los poderes de hoy. Gobierno, religión y pueblo cada uno cumpliendo su papel, pero unidos por la Palabra de Dios. Todos unidos acababan de reconstruir los muros de Jerusalén, pero eso no bastaba para dar solidez a una nación. Podemos hacer grandes hazañas sin Dios y con Dios, sin embargo, no estamos capacitados para mantenerlas. Lo que hoy comenzamos sin Dios o con Dios, mañana lo acabamos pifiando. Lo bueno lo transformamos en malo. Hay una sola forma de mantener los logros sociales y espirituales: entender la Palabra de Dios. Una nación que posee líderes conforme al corazón de Dios, es una nación bendecida. Ellos harán entender al pueblo la voluntad de Dios hasta el punto de remover sus conciencias y corazones para volverse a Dios.
Por desgracia, sé que lo que hoy vemos y experimentamos a nivel social es solo los primeros dolores de un parto que acabará mal. Noé solo se pudo salvar a sí mismo, a pocos de su familia y a un montón de animales. La sociedad en la que Noé advirtió sobre el juicio que vendría por medio de las aguas estaba demasiado ocupada en el hedonismo a todos los niveles y no estaban dispuestos a creer en algo que no habían visto nunca, la lluvia. Hoy si hemos visto el fuego. El próximo juicio de Dios será por medio del fuego. Aunque sí hemos experimentado el fuego, con todo y eso, este mundo sigue ciego ante el aviso del juicio que Dios tiene para todos aquellos que siguen aferrados a sus pecados.
Como siempre proclamo desde estas letras, aún tienes posibilidades de huir del juicio de Dios. Jesucristo es la única respuesta y la única esperanza. En Su Palabra, la Biblia, se halla todo el conocimiento que necesitas para conocer Su voluntad. Jesús murió en una cruz, resucitó de la tumba para dar gloria a Su Padre y reconciliarnos con Él. Dios quiera que tus ojos se abran te arrepientas de tus pecados y por fe creas en Jesucristo para gloria de Dios y tu salvación eterna. Dios mío, ¿llegaremos a ver algún día a nuestra nación arrodillada ante ti igual que en aquella escena en la cual toda la nación era una buscándote?
Jesús, te necesitamos.
¡QUE DIOS BENDIGA ESTA NACIÓN!
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