Todos, en alguna u otra forma,
nos hemos tomado a risa alguna que otra advertencia. "Hijo, no metas los
dedos en el enchufe", y ahí que va el hijo y se da un calambrazo
apareciendo con los pelos de punta y con una estela humeante. "Hijo ten
cuidado con las amistades que te busques", y ahí va el hijo y se
identifica con una tribu friki de holgazanes que se visten como robocop. "Hijo
aprovecha el tiempo y estudia que luego la vida no te dará más
oportunidades", y va el hijo y malgasta el tiempo, los recursos y el amor
de sus padres estudiando pasología[1].
¿Qué sabrán nuestros padres lo qué es la vida? Pensamos arrogantemente con una
risita socarrona en los labios. Claro está que seguramente nuestros padres hayan
hecho lo mismo con los suyos, convirtiéndose esto en una cadena sin fin y quizá
algunos ya han tenido la experiencia de que sus hijos no han hecho caso de sus
advertencias. De estos algunos, habrá quienes capten que están siendo pagados
con la misma moneda que ellos pagaron a sus padres.
Después llegan los ayes y lamentos:
¡Ay, si hubiese hecho caso a mis padres! ¡Ay, si hubiese hecho las cosas bien!
¡Ay, si hubiese acabado mis estudios! ¡Cabeza loca la mía! ¡No hay vuelta
atrás! El desatino se paga más tarde o más temprano. Creo que no estoy
escribiendo de algo que pueda sonar lejano a la experiencia de todos los
mortales. Hasta ahí películas que nos muestran casos verídicos de muertes de
risa. Estas muertes de risa han sucedido por no advertir el peligro de hacerse
el valiente o el gracioso. Hubo una muerte tonta que me impacto especialmente.
Un ejecutivo tenía una oficina acristalada en un rascacielos y tenía la
costumbre de bromear con los que le visitaban por vez primera haciendo como si
se tirara al vacío. En el último momento y ante el horror de sus invitados, el
cristal retenía la caída del incauto ejecutivo. Un buen día, por una circunstancia
que ahora no recuerdo, el cristal se resquebrajó y cayó al vacío ante la mirada
impotente de sus inocentes testigos. No advertir el peligro trae consecuencias
funestas.
La Biblia nos ha advertido a lo
largo de la historia de diferentes peligros que han causado la burla de sus
contemporáneos. El gran problemas para estos burladores fue que vieron cumplirse
las advertencias y entonces sus risas se tornaron en ayes. Claro que, ¿quién le
da hoy su confianza al mensaje bíblico? Muy pocos. Los mismos pocos, como en
antaño, que se librarán de las calamidades que sufrirán los que han
desobedecido al llamado de arrepentimiento para salvación de Jesucristo.
Se rieron de Noé y les sobrevino
el diluvio. Hoy muchos se ríen de Cristo y de sus seguidores pero llegará un
día cuando Cristo regrese y los que hoy se mofan, llorarán. La advertencia que
lleva implícita el mensaje del evangelio de condenación para todos aquellos que
lo rechazan es la misma que en los días de Noé. Como muestra un dicho popular
"no hay más ciego que el que no quiere ver".
Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. (Mateo 24:37-39)
Aún tienes tiempo de creer en la advertencia y escapar del juicio que le espera a la humanidad que sigue tras ídolos de cartón, ideales equivocados y falsas esperanzas. Yo hago mi parte anunciando la mano tendida de Jesús que por amor a sus criaturas pagó el precio de nuestros pecados en una cruz. De esta forma podemos por la fe y el perdón de nuestros pecados tener libre acceso a una nueva relación con Dios.
Dos escenas de la burla que sufrió mi Señor Jesús.
Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte! Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó. (Mateo 26:65-68)
Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio y reunieron a toda la tropa alrededor de él. Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color escarlata. Luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y en la mano derecha le pusieron una caña. Arrodillándose delante de él, se burlaban diciendo: —¡Salve, rey de los judíos! Y le escupían, y con la caña le golpeaban la cabeza. Después de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo. (Mateo 27:27-31)
Una escena del juicio final.
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. (Apocalipsis 20:11-15)
No te lo tomes a risa.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
[1] Ciencia y corriente
filosófica que persigue el bien propio y cuyo pensamiento "paso de todo",
es su más amplia expresión de grandeza. Comenzó en los pasotas años ochenta de
la movida española y aunque solapado en otras intrincadas filosofías
posmodernas, sigue al uso. El pasotismo moderado reconoce que se puede pasar de
todo, menos de curso.
Noo, no te lo tomes a risa. El objetivo de la iglesia, la religión, la biblia y este blog no es precisamente que te rías, sino todo lo contrario. Se trata de acojonarte para someterte, para obtener tu atención, tu tiempo y tu dinero, nada más. Es el típico cuento de "que viene el lobo", y por supuesto que un día va a venir, es ley de vida. Pero no por eso vamos a vivir con el miedo a lo que no existe, dando nuestro tiempo, esfuerzo y dinero a una causa absolutamente inútil y que no sirve absolutamente para nada, como la iglesia, en este caso la iglesia evangélica. Si de verdad crees en Dios y amas al Crador, usa la cabeza y el entendimiento que él te dió, vive la vida que él te da y disfruta los bienes que recibes de él, en vez de hacer lo que te dicen en la iglesia, y sacrificar tu tiempo, tu dinero y tu vida en la iglesia. Si crees en Dios y amas al Creador, no lo busques en la iglesia, porque él es el primero que no va a la iglesia. Doy gracias a Dios por haber despertado del sueño de la iglesia y haber salido para siempre de semajante patraña, quiera Dios que tú hagas lo mismo. Rectifico, Dios SI quiere, tienes que querer TÚ.
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