En mis caminatas hacia el trabajo observo como multitud de
personas (vosotros mismos podéis constatarlo) están conectadas a sus móviles
por medio de los cascos. Está claro que vivimos en la era del ocio y el último
gran invento es el móvil, centro de ocio por excelencia, que facilita a grandes
y chicos a pasar el tiempo sin más. He intentado varias veces conectarme al
móvil pensando en aprovechar la oportunidad y así escuchar música que aún no
había escuchado (eminentemente clásica). He durado, a lo más, tres días
conectado. ¡Prefiero escuchar el mundanal ruido! Me incomoda profundamente ir
por la vida desconectado de lo que me rodea.
Para algunos seré un carca, carroza, cavernícola,
retrógrado, anticuado, raro… pero un signo más de los tiempos que vivimos es
esa desconexión “movilística” que sufrimos. La consigna: Pasar el tiempo lo más
chupi posible sin importar el mundo que me rodea. ¡EXAGERADO! Sí, sí, sí… las
maquinitas nos han atrapado con sus reclamos de diversión y cada vez menos
disfrutamos de las personas que amamos. Exagerados los que usan estos cacharros
para apartarse del mundanal ruido.
Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te
alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino
como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. (Efesios
5:14-16)
Muchos viven tan distraídos que olvidan lo realmente
importante. Tienen que despertar de sus letargos ociosos, que los hacen vivir
moribundos por el despropósito de vida que reflejan, y poner oídos a las cosas
espirituales. Buscar a Cristo es el antídoto para dejar de llenar la vida con
cosas que simplemente la queman sin ninguna ganancia eterna. Este autoexamen debe
hacerse con rapidez, sin lugar a la necedad para que nuestra introspección sea
sabia. El apóstol Pablo nos anima, como fin del consejo, a aprovechar bien el
tiempo, porque los días son malos. Parafraseándolo: Desconéctate, sal de la moda, y Jesús te hablará. Examínate
inteligentemente, aprovecha tu vida, porque la cosa está muy mal.
La mejor forma de aprovechar tu vida es conocer al Autor de
la Vida: JESUCRISTO. Él posee los secretos del arte del buen vivir. Dios nos
creó para vivir bien pero hicimos mal uso de la confianza que depositó en
nosotros. ¡Pecamos creyendo que podíamos usurpar Su lugar! Desde entonces
muchos duermen anestesiados para las cuestiones espirituales. Si deseas dejar
de estar adormecido, sé sabio, y arrepiéntete de tus pecados ante Dios, cree en
Cristo como tu Señor y Salvador porque pagó por tus pecados en una cruz, haciendo
posible la reconciliación con Dios.
Desconéctate para oír.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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