sábado, 30 de abril de 2016

Hierba Seca

Lo nuestro por estos lares es un paseíto. Cuando niño veía a la muerte como algo muy distante, algo casi imaginario. Hoy en día es más cercana y real. Un día me moriré. Un día te morirás. Se dice en nuestra cultura que la muerte es la única verdad a la cual no tenemos argumentos para rebatir. Estoy convencido que la muerte es la única cuestión que nos hace replantearnos nuestra existencia en términos de valor y propósito.

Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae. (1 Pedro 1:24)

La vida es corta, muy corta. Ayer jugaba con mis amigos y hoy “juego” con las responsabilidades diarias. La Biblia nos afirma que nuestro paso por la vida es efímero. Nos secamos pronto como la hierba. Nos marchitamos rápido como una flor. La vida es como un relámpago y nuestro destello son milésimas de segundo al compararlo con la eternidad.

Hasta el momento de secarnos o marchitarnos tenemos valor y propósito. Dios nos creó, por lo tanto, tenemos propósito en la vida. Dios nos amó, por lo tanto, tenemos valor en la vida. Dios nos ha destinado para un propósito eterno y nos ha amado para darnos valor. Para Dios, tú y yo, somos valiosos.

Gracias (¡y digo gracias!) a que nos secamos y marchitamos Dios nos regala momentos para meditar en Su oferta de salvación. Morimos porque hemos pecado contra el mismo Dios eligiendo nuestras propias formas de actuar, al margen de Su voluntad para cada uno de nosotros. Debido a que nos separamos por voluntad propia de la Fuente de la vida, la perdimos. Pero Dios no se cruzó de brazos…

Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. (1 Pedro 1:25)

Dios no cambia. Él no se seca ni marchita. Él siempre está lleno y vibrante de vida. ¡ÉL ES ETERNO! Muestra de ello es que Sus palabras no han cambiado a pesar de que nosotros sí. Él mantiene Su propósito hacia nosotros y nos sigue dando valor por medio de Su amor. El propósito de Dios es transformarte a la imagen de Su Hijo Jesús y darte valor, amándote por medio de sacrificar en una cruz a Su Hijo por ti. Dios desea compartir Su vida eterna contigo. Dios no quiere que mueras y ha preparado el camino por medio de Jesucristo.

Querido lector, pide perdón a Dios por tus pecados reconciliándote con Él y pon tu fe en Jesucristo, que es el único que te puede llevar al Cielo tan deseado por todos. De esta forma secarse y marchitarse dará paso a la vida, como una crisálida que se trasforma en algo más bello. Si rehúsas la oportunidad te secarás y marchitarás pasando como la hierba y la flor: nadie se acordará de tu paso por aquí y nadie sabrá de tu existencia en el Cielo. Medita seriamente sobre esto.

Somos un suspiro.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 23 de abril de 2016

Apartar la Vista

Me asombra, como cristiano, la facilidad con la cual la gente aparta la vista frente a lo malo, hasta el punto de llegar a justificarlo. Ven la injusticia, la corrupción, la mentira, el fanatismo y mil cosas más pero apartan la mirada y se ven buenos porque ellos “no actúan así”. En definitiva, ven la viga (lo malo) en el otro, y no perciben la que tienen en sus ojos. Cuestión de perspectiva, digo yo.

Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. (Juan 8:7)

Estoy cada día más convencido en cuanto a que dentro de cada uno de nosotros hay un pequeño Hitler deseando mostrarse en toda su plenitud. Quizá no vayamos a iniciar una guerra mundial ni nada por el estilo, pero sí iniciamos peleas y contiendas promovidas por nuestra condición de pecadores. ¡Quién esté libre de pecado tire la primera piedra!, dijo Jesús a una muchedumbre que se creía mejor que una adúltera y que venía dispuesta a lapidarla.

En esta ocasión uno a uno se fue alejando y no llevaron a término su sed de justicia injusta. Ellos también merecían ser apedreados por sus delitos y pecados. ¡Nosotros también merecemos ser apedreados! Todos hemos pecado. Todos estamos condenados. Todos merecemos la muerte. ¡TODOS! ¡SÍ! No hay esperanza, no hay salida, no hay consuelo, no hay amor, no hay refugio…

Pero entra en escena Jesús y quiere protegernos de nosotros mismos. El hombre es mal amigo del hombre debido a la envidia y los celos que nos han llevado y nos siguen llevando por el camino equívoco: la muerte. En Jesús hay misericordia, amor y perdón. En Él no encontraremos ni un ápice de rechazo porque sacrificándose por cada uno en una cruz, estableció la salvación para toda la humanidad. ¡La puerta al Cielo está abierta! Está abierta para todos aquellos que reconocen sus pecados ante Dios, se arrepienten de ellos y siguen a Jesús.

En esta guerra hay dos bandos bien diferenciados. Por un lado están los que vienen a señalar con sus dedos los errores de los demás, y por otro lado, los que, como la adúltera, caen a los pies de Jesús buscando el perdón que nadie más puede ofrecer.

¿En qué bando estás tú?


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 16 de abril de 2016

Lo que Necesitas es Amor

En la década de los noventa fuimos testigos del reality show “Lo que necesitas es amor”. Su misión era unir o reconciliar parejas. Los que deseaban recuperar a la persona amada llamaban al programa, y por medio de la Caravana del amor este último era invitado a encontrarse en el plató televisivo con el que lo o la pretendía. Es cierto que todos necesitamos amor y debemos buscar a la persona amada ofreciéndole el nuestro.  

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. (1 Juan 4:18)

¡El amor es audaz! En el amor nos hay temor, dice la Biblia. Aquí no se está exponiendo un amor mediático con el fin de subir la audiencia o encontrar el amor de otro con ayuda porque nos falta el valor que proviene del temor al fracaso. ¡No! La Biblia nos habla del perfecto amor. ¿Existe eso del perfecto amor? ¡Sí! Lo que ocurre es que no se produce en este planeta, viene del Cielo y estuvo entre nosotros: JESÚS.

Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. (1 Juan 4:19)

¡LO QUE NECESITAS ES JESÚS! Ahí radica el perfecto amor. El amor perfecto no es un sentimiento, no es una decisión, no es un pensamiento… El amor perfecto es una persona: ¡JESUCRISTO! Si tienes temor por tu vida, si no tienes seguridad de qué será de ti, si vives en angustia, si has decidido tirar la toalla, si ya no puedes más es que no conoces el perfecto amor manifestado en Cristo.

Jesús nos amó primero. Él bajó del Cielo porque nosotros lo dejamos de lado haciendo nuestra voluntad y desde entonces vagamos en un destino hacia la condena eterna que nos lleva al infierno. Jesús se humilló por amor a nosotros pagando en una cruz nuestra deuda con el Padre y así tenemos una segunda oportunidad de deshacer lo que nuestros pecados nos hicieron, separándonos de Dios (la verdadera muerte). Tan solo cree en Jesús, arrepiéntete de tus pecados y camina bajo Su señorío y voluntad.

Jesús disipa el temor.


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 9 de abril de 2016

Ciencia o Religión

‒Profe, ¿te puedo hacer una pregunta? (Me dijo un alumno hace unos días)

‒Por supuesto. (Le respondí de forma entusiasta)

‒ ¿Ciencia o religión? (La pregunta me encantó)

‒Es que en la escuela nos han dicho que decidamos si creemos en “el gran Dios” (dijo con voz jocosa) o en la evolución (dijo con voz seria).

Sinceramente, no me extrañó que su tono de voz imitase lo que hoy día la gran mayoría hace: se toma a broma la idea de un Dios creador, y aboga por la idea de millones de años evolutivos. Es obvio que vivimos inmersos en una sociedad proclive a creer que su ciencia es la verdad y Dios un mito del pasado.

‒Ni ciencia ni religión. (Le contesté sin dudar. Reconozco que lo dejé un poco perplejo)

Le expliqué de forma concisa que hay dos tipos de ciencia. Hay verdadera ciencia y falsa ciencia. La ciencia verdadera es aquella que puede demostrar sus ideas empíricamente, es decir, de forma práctica y visible a todos,  y la ciencia falsa es aquella que no puede demostrar sus ideas empíricamente, es decir, de forma práctica y visible a todos. La falsa ciencia es la que proclama que la evolución es la respuesta a nuestros orígenes pero se mueve en el mundo de las ideas y no de los hechos demostrables. La evolución es una creencia, no una ciencia.

Continué explicándole que la religión es el intento del hombre por acercarse a Dios por medio de ritos inventados y, por lo tanto, eso a Dios no le interesaba. Yo prefiero el cristianismo porque no tiene nada que ver con la religión ya que es una relación íntima de cada cristiano con Jesucristo. La religión ata y la relación con Jesús libera.

Acabé mi explicación argumentándole dos cuestiones: Detrás de un invento hay un inventor. Si cuando vemos un reloj rápidamente sabemos que una persona lo inventó ¿por qué cuando contemplamos la naturaleza pensamos que fue el azar evolutivo? ¡Absurdo! Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos (Salmos 19:1). La evolución degrada a las personas y el cristianismo da valor a las personas porque su esencia es el amor. Si somos origen del azar, ¿Qué valor tenemos? ¿Quién dicta lo bueno y lo malo? Todo es relativo y… ¡sálvese quien pueda! El amor de Dios por nosotros se demostró de la siguiente forma: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).

‒ ¿Tú por cual te decidiste? (Esta vez pregunté yo)

‒Uhmmm…profe…aún no lo sé. (¡Bien! Hay esperanza, pensé para mis adentros)

¿Hay esperanza contigo?


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 2 de abril de 2016

Todos Tienen Su Fe

Todos tienen su fe En despertarse cuando van a dormir, en que recibirán su sueldo al siguiente mes, en que aprobarán los exámenes después de finalizados, en que no les sucederá nada malo en el trascurso del día… Todos usan su fe, o lo que es lo mismo, tienen esperanza en lo que son, confían en lo que tienen, se alegran en lo que lograrán. Fe es confianza en que todo saldrá de acuerdo al guión que establecemos para nuestras vidas. Esa fe es terrenal y morirá con nosotros. Nos puede llevar a la cúspide pero no sirve para ganar la aceptación de Dios. El siguiente pasaje bíblico nos dice qué es la fe que nos catapulta al cielo.

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

La fe es la garantía de lo que esperamos (sabemos lo que esperamos): Nuestra salvación en Cristo. La fe es una prueba de lo que no vemos (sabemos lo que no vemos): Nuestra salvación en Cristo. Por lo tanto, LA FE QUE SALVA ES LA PUESTA EN JESÚS porque solo Jesús salva. Cuando crees con fe en Jesús muchas cosas suceden y para que estas cosas sucedan hay que reconocer nuestra situación de pecado ante Dios porque todos tenemos…

La mancha imborrable: el pecado
El pecado nos separa de Dios, no podemos limpiarlo nosotros mismos, no puede quitarla ningún ser humano. Solo Jesús puede borrar la mancha que ha dejado en cada uno de nosotros el pecado. Solo Jesús puede perdonar nuestros pecados.



Ahora que he creído…
Mis pecados han sido perdonados por la fe en Cristo. Desde el momento en que confié en Cristo, Dios perdonó mis pecados. El perdón es posible porque Cristo murió en la cruz ya que Dios hizo que Jesús pagara la deuda de mis pecados. Jesús me compró porque dio Su vida por mí en la cruz. Cristo limpió mis pecados por su muerte y todo el que pone su fe en Jesús, recibe el beneficio del perdón

El perdón divino es completo, final y un acto de la gracia de Dios
Perdón completo: Dios promete que nunca más se acordará de mis pecados: Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades (Hebreos 8:12). Perdón final: Todo blanco: Venid luego, dice el Señor, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana (Isaías 1:18). Todo perdonado: Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados (Colosenses 2:13). Perdón por Gracia: No por mis méritos sino por los méritos de Cristo son perdonados mis pecados: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios (Efesios 2:8).

Ahora no tengo que sentirme agobiado por el peso de la carga de mi pecado
Antes éramos esclavos del pecado: Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia (Romanos 6:20). Ahora somos libres en Cristo: Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres (Juan 8:36). Cualquier persona que viene a Cristo por la fe, recibe ese perdón completo, final y por gracia. Ahora que he creído Él ha limpiado mis pecados, soy libre en Cristo y mi obligación y mi gozo es obedecerle a Él.

Pon tu fe en Jesús.


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

Extraído del libro AHORA QUE HE CREÏDO, E. L. Carballosa