En mi época de estudiante de música me enseñaron sobre “la
música de las esferas”. Una música que hay que escuchar de forma especial pues
es la banda sonora que acompaña al universo, desde su creación. Esta música tan
especial es el resultado del movimiento armonioso de todo lo que existe en
dicho universo. La buena música es sincronía y armonía, la buena música es un
sin fin de elementos que se ponen de acuerdo para realizar una acción que da
como resultado una belleza inigualable: la música. De esta forma se puede
ampliar el concepto de música a eventos que sean sincrónicos y armónicos.
¿Está tu vida en sincronía y armonía con el Creador? No
deseo parecer ni de lejos un místico al uso, pretendiendo unirte a lo creado,
pues el Creador está por encima de Su Creación. ¡Muy por encima! La creación es
una muestra de la belleza sincrónica y armónica de Dios. Todos los que abogan
por el azar creador están desafinando constantemente en este universo armónico.
Todos los que no tienen en cuenta a Dios están desacompasados. Estorban a la
armonía y no van a tempo con la
orquesta.
Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia
la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche
declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. (Salmos
19:1-3)
La naturaleza nos habla directamente de la grandiosidad de
Dios. No tenemos excusas ante tanta evidencia visual, táctil, olfativa,
degustativa y sonora. Dios nos regaló nuestros cinco sentidos para experimentar
Su gran obra creativa. Por lo tanto, hay que tener mucha más fe para creer en
los pensamientos de hombres que se ponen la bata de científicos, que para poner
la fe en la evidencia de un Dios creador. Pero, ¿por qué hay muchos que no
creen? La Biblia, la Palabra de Dios, nos lo muestra de forma clarividente.
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad,
se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido
a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se
envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. (Romanos
1:20-21)
Todos hemos tenido una revelación de Dios por medio de Su
creación, pero muchos deciden no dar a Dios el lugar que le corresponde en sus
vidas, al contrario, les parece que su raciocinio es el adecuado y, por eso,
viven en la más densa oscuridad. Vivimos tiempos desacompasados, con
disonancias más que notorias y nadie busca a Dios porque no escuchan la música
que acompaña sus vidas ya que no tienen sus cinco sentidos, dados por el mismo
Dios, entrenados para escuchar Su melodiosa voz.
Jesucristo vino a salvar a los que creyesen en Él,
perdonándoles los pecados para así dirigirlos al Padre como un gran coro que
reconociese Su grandeza, belleza y armonía. ¿Quieres ser parte de esa gran
orquesta celestial? Cree en el sacrificio que por ti hizo Jesús en una cruz y
comenzarás a vivir afinado y acorde con los propósitos de Dios para ti. De otra
forma estarás desafinando todo el tiempo y al final te darás cuenta que te han
borrado de la partitura.
Jesús marca el compás.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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