sábado, 2 de septiembre de 2017

Tristeza Existencial

Cuando me refiero a tristeza no hablo de depresión profunda. Depresión profunda es un estado de tristeza muy elevado. Cuando escribo sobre tristeza es en el plano del vivir diario. No quiero ponerme en el lugar de los filósofos porque no lo soy. Lo que sí puedo ponerme es en el lugar de mi experiencia cuando simplemente me siento triste. Los médicos dirían que la tristeza es por causas exteriores e interiores y esto es solo una forma de explicar el asunto. Hay una tristeza existencial que todos en algún momento hemos o vamos a tener. La palabra propósito tiene todo que ver con ello, me atrevo a afirmar. Algunos científicos dirían que nuestra vida es una consecuencia directa del azar pero eso ha llevado a que la tristeza existencial se multiplique aún más.

Todos, no solo deseamos, sino que también necesitamos llenar de propósito la vida. De lo contrario la existencia carece de significado, o por lo menos, siempre quedan huecos vacíos. Cualquiera puede mostrar la  faz más radiante de cara a la galería y luego, en su soledad, mostrar amargura en el rostro. Nuestros momentos solitarios muestran realmente lo que hay en lo más hondo del ser. ¿Cómo se está llenando la vida de propósito? ¿Con lo efímero o lo eterno?, es el razonamiento a que quiero llegar. Los que se jactan de vivir el momento sin importarles el futuro (por lo menos lo dicen de boca para afuera) parece que han resuelto bien el asunto (habría que ver sus vidas en un microscopio y se vería que no es oro todo lo que reluce). El caso es que de una u otra forma necesitamos tener un propósito.

Yo encontré ese propósito en algo exterior a mí. Fuimos creados para cumplir con un objetivo, por lo tanto, no somos el objetivo per se. La meta que debemos priorizar para cumplir con el propósito no es de este mundo. Muchos buscan en su interior la luz que les dé la paz tan ansiada y lo único que consiguen es ver como enemigos de esa paz quebradiza el mundo que los rodea. Por eso algunos optan por aislarse de la sociedad. El verdadero propósito de la vida del ser humano proviene de Dios que lo creó. Fuimos Su especial invento y, como cualquier inventor que se precie, creó con un fin en mente: Que el hombre disfrutara de la intimidad con Dios por sobre todas las cosas...

…pero el ser creado decidió que se estaba perdiendo otras formas de disfrutar la vida y cumplir con su propósito alcanzando la felicidad. A partir de este punto sin retorno vivimos en el mundo caído que vemos. ¡Hay esperanza! Si algo quiero es acabar con la tristeza existencial. Dios envió a Su Hijo a restablecer esa intimidad perdida y volver a conciliar  a Dios con Su creación especial, el hombre. En una cruz Jesús pago la deuda de nuestros pecados s Su Padre y desde entonces la gracia divina se ha extendido a todo la humanidad, a ti y a mí. Solo cree en Jesús y hallarás que hacer la voluntad de Dios es Su propósito más elevado para ti. Descubrirás que…

El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. (Salmos 40:8)

El propósito verdadero.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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