Todo se dispone a subir de precio a finales de año para que
el nuevo año nos “regale” bolsillos más estrechos porque ya no se necesitarán
tan amplios, pues no hay mucho que meter en ellos, económicamente hablando. La luz,
el gas, la basura, el agua y la mala gestión económica de nuestros gobernantes
se ceban con los susodichos bolsillos del contribuyente, tú y yo. En este mundo
no se halla de forma natural lo gratuito. Es más, tendemos a desconfiar de lo
gratis por, al menos, dos razones. Primera razón: “Si es gratis no puede ser
bueno”. Segunda razón: “Si es bueno no puede ser gratis”.
Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. (Juan 1:9)
Las cuestiones que verdaderamente importan no están al
alcance de una chequera. El amor no se puede comprar, la paz no es una ganga, la
vida solo nos atrevemos a quitarla, la libertad no se encuentra ni El Corte
Inglés… ¡La salvación eterna tampoco! Ningún multimillonario de este mundo
puede pagarla. ¿Por qué? Nosotros no somos generadores de amor, paz, vida, libertad
o salvación. El generador de todo ello y más es Jesucristo. Él trajo la Luz que
alumbra a todo hombre de forma gratuita, como las cosas realmente valiosas que
no nos ha costada nada pero podemos disfrutarlas.
Dios, por medio de Jesucristo, quiere alumbrar tu mente y
corazón. Todo hombre, es decir, la humanidad al completo tiene el privilegio de
entender el mensaje del evangelio. El evangelio es Dios hecho carne a través de
Jesucristo. No es una idea, es Cristo. El reto de estas navidades: Date la
oportunidad de confiar en la Luz que Jesús te ha dado y comienza a seguirle
poniendo tu confianza (fe) en Él. Reconoce tus pecados y arrepiéntete de ellos.
Jesús, a lo largo de la historia, ha dejado un buen reguero
de personas que han recibido Su Luz y le han seguido pagando el precio por ser
luz de la Luz. Cuando Jesús te da Su Luz te conviertes en luz para otros. Jesús
dijo a los cristianos: Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un
monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un
almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mateo 5:14-16).
El costo de la Luz de Cristo es gratuito para ti. A Él le costó la vida en una
cruz para darte el amor, la paz, la vida, la libertad y la salvación que
merecen la pena y no se pierden. Seguirás en tinieblas si sigues la corriente
de la sociedad que vive de espaldas a la Luz.
La verdadera Luz es gratis.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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