El Cristianismo siempre ha sufrido del rechazo de los no
cristianos de formas impensables. El rechazo va desde simples ridiculizaciones
al asesinato. Hace unos días cité la siguiente frase dicha por JESUCRISTO
"Ama a tu prójimo como a ti mismo" y los presentes se incomodaron
manifestándolo con gestos y argumentos budistas. Algo tan normal como el
CRISTIANISMO ya es políticamente incorrecto. ¿Quién es la mano que mece la
cuna?
Todo esto te daré si te postras y me adoras. (Mateo 4:9)
La Biblia afirma que los que no son de Cristo, es decir no
tienen fe en Él real, siguen siendo hijos de Satanás. Mientras que no estás
bajo la influencia de Jesús aún sigues siendo una marioneta en manos del
diablo. Adorar a Lucifer es rechazar al Salvador Jesucristo. Así de simple. Satanás
te ofrece riquezas y posición para cegarte, impidiéndote ver la realidad de tu
necesidad de salvación. ¡Sí!, existe la dualidad bien y mal.
El mal es rechazar a Cristo por la ceguera de creer en
patrañas satánicas y dejarse arrastrar por ellas, dando rienda suelta a nuestra
soberbia y egoísmo. Se puede decir que muchas veces tú mismo le haces el
trabajo al diablo. Él solo contempla lo buen hijo de él que eres. El pecado,
que es actuar en contra de lo establecido por Dios, te delata. ¡Ojo! El pecado
también va en gradación: desde simples ridiculizaciones al asesinato. ¿Cuántas
veces has ridiculizado el nombre de Jesús? ¿Sabes que tú asesinaste a
Jesucristo en una cruz? Todo por perseguir las sobras que este mundo ofrece y
dar la espalda a Dios.
Una de las cuestiones impresionantes de Jesús en la cruz es
que fue un acto voluntario de Su amor por ti. Fue necesario Su sacrificio para
que tuvieses la oportunidad de estar bien con Dios arrebatándote de las fauces
de Satanás y de ti mismo. La visión de Jesucristo en la cruz con Sus brazos
abiertos nos habla de reconciliación, de puertas abiertas, de que hay lugar
para todos. Jesús tiene Sus brazos abiertos para que te reconcilies con Dios y puedas entrar en el cielo donde hay lugar para ti. Pide a Dios que te quite las
escamas que te ciegan y cree en Jesús, arrepiéntete de tus pecados y comienza a
caminar como el hijo de Dios que debes ser. Te convertirás para muchos en
políticamente incorrecto pero recuerda que este mundo verá su fin cuando
Jesucristo regrese.
Cambia de paternidad.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!