sábado, 28 de noviembre de 2020

Zacarías y Elisabet


Adviento es venida o llegada. En estas fechas recordamos la venida de Jesucristo a este mundo. Jesús se llegó a nosotros con un propósito bien definido: Satisfacer los requisitos de Su Padre para salvarnos. La Biblia está llena de profecías y datos que apuntan al nacimiento de Jesús, Su vida y Su obra de manera minuciosa. Jesús vino y Su contexto nos lo anuncia de formas maravillosas e insospechadas. Uno de los medios que apuntan al advenimiento del Mesías son los nombres de los personajes que Dios usó cuando Su Hijo se hizo Hombre.


Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. (Lc. 1:5)


El matrimonio formado por Zacarías y Elisabet, padres de Juan el bautista, son los primeros que, por medio de sus nombres, nos expresan algo de lo que significa la época de Adviento. Zacarías significa Dios se ha acordado. Dios se ha acordado de Sus promesas de salvación y las ha cumplido. Dios se acordado de Su pueblo enviando a Jesús. Dios se ha acordado de ti individualmente. Elisabet añade riqueza al tiempo de Adviento porque su nombre tiene tres significados: Dios es mi plenitud, juramento y de Dios. Dios fue su plenitud, su promesa y a quien pertenecía.


Sus nombres nos hablan de Jesucristo porque apuntan a la obra de salvación que recaía sobre Sus hombros. Él fue la promesa de salvación de la que Dios se acordó y la cumplió en una cruz. Su sacrificio fue por todos aquellos que con fe creerían en Él, Su pueblo. Jesús pensó en ti para salvarte de tus pecados cargando tu condena y librándote de una muerte segura en el infierno. Él es tu plenitud, Él es el que jura y cumple la promesa de salvarte. Si vas a Él arrepentido de tus pecados te acoge en Su familia y pasas a pertenecerle.

Jesús se acordó de ti.

¡QUE DIOS TE BENDIGA! 

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