La historia de Juan sin miedo de los hermanos Grimm me trae
buenos recuerdos que me llevan a cuando cursaba la EGB. Han pasado muchos años
pero parece como si fuese ayer por lo vívido que me resulta la experiencia
infantil que se desarrolló en torno a este cuento. La maestra me pidió que
leyera el cuento delante de toda la clase y previamente lo leí con el afán de
prepararme y leerlo lo mejor posible. Quería quedar muy bien delante de la maestra
y de mis compañeros de clase. Me puse delante de la clase y comencé a leer el
cuento a mis compañeros. Mientras leía llegó un momento que comencé a reírme
ante todos por el simple hecho de entender lo que estaba leyendo. Todos se
quedaron perplejos ante mi risa. El caso es que en mi lectura previa de ensayo
no había entendido casi nada de la historia. Todo cambió cuando la leí frente a
la clase. Mi entendimiento se abrió, entendí lo gracioso del cuento y no pude
contener la risa.
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. (Salmos 119:105)
Creo firmemente que esta experiencia es la que viven muchos
en cuanto a la Biblia, no por la risa, evidentemente, sino por no entenderla
hasta el momento que algo ocurre al entendimiento y la chispa de la luz hace
mella en la comprensión de ella. Por supuesto, si nunca te has enfrentado a su
lectura nunca podrás acceder a su enseñanza. Por otro lado, si te expones a su
lectura llegará un momento que entenderás su importancia y trascendencia para
tu vida, como ha ocurrido a muchos que honestamente se han acercado a la
Palabra de Dios.
Desde las primeras palabras en Génesis hasta las últimas en
Apocalipsis la Biblia es mono temática. Su protagonista es Jesucristo que por
amor a Su Padre sufrió en una cruz por nuestros pecados salvando a todos
aquellos que con fe le siguen. El punto a entender es la necesidad que tienes
de ser salvado y que la puerta está abierta en Jesucristo para ello. Es muy
sencillo porque hasta un niño como fui lo entendió en su momento. Es más
difícil captarlo cuando los males de la vida han pasado arrollándote. Haz como
yo: sé valiente y lee hasta que entiendas el mensaje de la Biblia. Puede que
tus miedos desaparezcan al contrario que a Juan sin miedo, que finalmente tuvo
miedo y quiso aparentar que seguía sin miedo.
Lee la Biblia hasta que entiendas.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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