En la era de lo políticamente correcto la mentira es su sinónimo.
Recuerdo la expresión “desaceleración económica” que Zapatero usó para
enmascarar la realidad de una crisis producida por la burbuja inmobiliaria que
nos venía por la cultura anterior del “pelotazo” ochentero español. Muchos
jóvenes dejaron sus estudios para “forrarse” en la construcción para darse un
batacazo cuando se destapó el espejismo creado. Como si no hubiese un mañana,
la gente fue tras la ambición y el desenfreno a todos los niveles. Estamos saliendo
de aquella crisis pero se ve que lo aprendido ha sido escaso por las tendencias
ambiciosamente desenfrenadas observables.
Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Dios ni hará bien ni hará mal. (Sofonías 1:12)
Los israelitas, el pueblo de Dios, se sumergieron en lo
políticamente correcto, como nuestra sociedad. “Dios es neutro”, o lo que es lo
mismo, Dios se mantendrá al margen, pensaron ellos. Como me decía mi padre, “el
que avisa no es traidor”, y Dios no lo fue. Avisó al pueblo y cumplió el
castigo que los desatinos de Su pueblo merecieron. Esto suena políticamente
incorrecto en grado sumo para los que piensan que Dios no hará nada ante las
injusticias que cometemos de forma mundial, nacional e individual. Unos afirman
que Dios no se meterá en nuestros asuntos porque simplemente no existe (ateos);
otros alegan que Dios es amor y perdona todo, como un viejito bonachón y decrépito
(religiosos, agnósticos e ignorantes).
Pero Dios si ha tomado cartas en el asunto de una forma
inusitada e impensable para nuestras mentes deformes. ¡Dios ha hecho bien! Pudiendo
castigarnos nos ha hecho bien. El juicio ha sido relegado a aquellos que siguen
creyendo en un dios de pacotilla que los deja a su suerte. ¡Jesucristo es el
bien de Dios! Él clavó en una cruz nuestro orgullo e inmoralidad para que
nuestros pecados fuesen perdonados ante Su Padre y comprobemos que realmente
Dios nos ama profundamente y no desea pagarnos conforme a nuestros desaires
hacia Él. ¡DIOS ES BUENO! Deshazte de lo políticamente correcto y cree, no sólo
que Dios actuará imponiendo Su justicia sino que ya lo ha hecho por medio de
Jesucristo, Su Hijo. Arrepiéntete de tus pecados y cree en Jesús. Te librarás
de la mentira de lo políticamente correcto y conocerás la Verdad que te hace
libre en Jesucristo.
Políticamente incorrecto.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!