La sociedad, en general, se ríe de los mensajes
apocalípticos. Es más, esos mensajes con un final nada halagüeño para la humanidad son denostados y burlados como
simples cuentos para asustar al personal. La contrapartida es evidente: la
burla y el desprecio no hacen que el final preparado por Dios para la humanidad
mengue en absoluto. Etiquetadme como ave de mal agüero o adjetivadme como
gustéis porque prefiero pasar por eso que por mal amigo. Sí, un mal amigo es el
que calla y deja que te estrelles por temor a tus represalias. Por lo tanto, un
buen amigo te avisa del peligro informándote y hasta impidiéndote que cometas
errores por los cuales pagarás caro.
“…y no escaparán.” 1 Tesalonicenses 5:3
Pablo recuerda a los cristianos, los que han confiado en
Cristo, sobre el regreso por segunda vez de Jesús a este mundo reconociendo que
están preparados para tal magno evento. Asimismo, profetiza que los demás, los
que no han confiado en Jesucristo, no escaparán de Su venida. Los creyentes velan
esperando al Señor mientras que los no creyentes, duermen. ¿Velas o duermes?
Esa es una diferencia evidente para conocer tu estado delante de Dios. Si velas
la salvación de Jesús te alcanzará. Si duermes la ira de Dios será la que te
alcance. No hay medias tintas, atajos ni puertas giratorias. Ni siquiera plan
B. Los que duermen no escaparán al juicio de Dios. El mensaje apocalíptico para
los que dormís es una serie de juicios y castigos que culminarán en un
veredicto de culpabilidad y un castigo que se pagará eternamente en el
infierno. Puedes despreciarme o reírte de mí pero recuerda: soy tu amigo. Los demás
sólo te ríen las gracias.
¡PERO! Todavía puedes despertar de tu sueño de Morfeo y
salir de la hipnosis que te provocas al vivir según los parámetros de
pensamiento y acción de un mundo narcotizado por Satanás y sus propios pecados.
Escapa del sueño y te encontrarás con el amor de Dios. Un amor que llevó a
Jesucristo a la cruz por ti y por mí en pago por nuestros pecados. La cuenta
con Dios está saldada, tan sólo debes creer y arrepentirte de tus pecados y
Dios amorosamente te adoptará como Su hijo. Consejo de tu amigo: si velas,
vivirás; si duermes, morirás. ¡Vela!
¿Velas o duermes?
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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