sábado, 20 de junio de 2020

La Verdad que Libera


Oír de boca de algunos diputados españoles pasajes bíblicos me alegra, como no podía ser de otra forma. Las Verdades bíblicas se han acallado en este país de forma sistemática y directa. De hecho, se viene creando una nueva moralidad que vaya en contra de todo lo que tenga un tufo bíblico o cristiano. El resultado es lo que llamo “nueva inmoralidad” frente a la “nueva normalidad” debido a que, por mucho que se empeñen, el tiro siempre les saldrá por la culata al intentar saltarse a la torera los preceptos vertidos en las páginas de las Escrituras, que por algo son santas y justas.

Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (Juan 8:31-32)

El versículo anterior es el más usado en el Parlamento. Me imagino que la causa es tanta mentira que quieren filtrar por verdad. La mentira esclaviza, la verdad libera. El problema interpretativo es el uso sesgado de las palabras de Jesús ya que se “comen” cómo se conoce la Verdad y qué es la Verdad. Jesucristo da un aviso a aquellos que habían creído en Él instándoles a ser constantes seguidores de Su Palabra. Ese seguimiento fiel mostraría que son Sus discípulos reales. Sólo ellos conocen la Verdad y reciben la libertad que ella otorga. En resumen, la Verdad son las palabras de Jesús (¡Él mismo!) siendo ellas entendidas por aquellos que lo siguen verdaderamente. Por consiguiente, la Verdad en mayúsculas no tiene que ver con las palabras humanas, dichas por hombres injustos y caídos por sus pecados. La Verdad mayúscula tiene que ver con las palabras divinas, dichas por Jesucristo Justo y Santo.

¿Cómo se sigue a Jesús verdaderamente? Obedeciendo Su Palabra. En este mundo no hay verdad que salve del infierno que los seres humanos se han ganado por sus pecados contra Dios. El hombre no puede salvarse asimismo porque es pecador. Ha delinquido contra Dios y ha de pagar el precio de sus desprecios. La única salida es la Verdad que encarnó Jesucristo. La única tabla de salvación es asirse a Jesucristo. La única salida es creer en Él con fe en medio de tanta mentira que envuelve todo lo que oímos, respiramos y digerimos diariamente. Todos mienten todo el tiempo y sólo Cristo habla la Verdad todo el tiempo. Su Verdad, la Única Verdad la firmó con Su sangre en una cruz en beneficio de aquellos que crean con fe en Sus palabras. La fe en Jesús salva. La fe en el hombre condena. Tú eliges.

La Verdad es Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario