George Orwell, en su novela 1984, describe un mundo dominado
por el gobierno donde el Gran Hermano los vigila las 24 horas del día. Sus
doctrinas se resumen en estas tres máximas: La guerra es la paz; la libertad es
la esclavitud; la ignorancia es la fuerza. Por lo tanto, nos encontramos en una
sociedad esclava, donde no existe el libre pensamiento. Por así decirlo, es la
cultura del contrasentido lo que han creado los poderosos. El contrasentido se haya
en obligar a creer que guerra es paz, libertad es esclavitud e ignorancia es
fuerza. Resumiendo, dos más dos no son cuatro, es otra cosa dictada por el Gran
Hermano.
Orwell, en su ficción, no estuvo desacertado. No estoy
diciendo que fuese un profeta, un iluminado ni nada por el estilo, sino más
bien que reflejó el comportamiento histórico de la humanidad y su propio tiempo.
Me imagino que pensó “si esto ocurrió en el pasado y ocurre hoy, ocurrirá en el
futuro”. Un amigo me comentó hace pocos días que el mundo está basado en
relaciones, y tiene toda la razón. El lado oscuro de las mismas es intentar
manipular hasta el extremo de que nuestra voluntad sea hecha anulando al otro.
¿Quién de nosotros no sea ha observado a sí mismo intentando manipular y
gobernar al de al lado? Si somos honestos reconoceremos afirmativamente nuestra
tendencia innata a ejercer dominio sobre los demás.
El marido intenta manipular a su esposa, y viceversa. Los hermanos
se manipulan unos a otros. Un amigo desea que su amigo piense como él. Los jefes
quieren manejar a sus empleados, y viceversa. Los gobernantes hacen lo mismo
con los ciudadanos. En el fondo subyace el complejo de dios que todos llevamos
dentro y que aflora por medio de buscar que las personas hagan nuestra voluntad
haciendo creer que dos más dos no son cuatro, es otra cosa.
¿Qué nos intentan hacer creer hoy los manipuladores? Tres
doctrinas: Aberración sexual es libertad. Abortar es dominio. Gobernar es
educar. Toda tendencia sexual es buena porque hace al ser humano libre y los
que piensan diferente son perseguidos y ridiculizados. El aborto es un derecho
donde se ejerce el dominio del fuerte sobre el débil. Los gobernantes se
arrogan el derecho de qué pensar, qué decir y qué hacer dentro de lo
políticamente correcto. Resumiendo, dos más dos no son cuatro, es otra cosa. Lo
triste es que cada día se suman más individuos a este pensamiento irracional.
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si
vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (Juan 8:31-32)
El hombre, en su busca incesante de la verdad, ha errado el
camino infinidad de veces. La medida de la verdad no es el hombre, es Dios.
Jesús plantea que se puede llegar objetivamente a conocer la verdad, es decir,
que la ansiada verdad existe. Jesús también asevera que esa verdad hace libre
al que la conoce. Lo que sucede es que no se busca en la dirección correcta. Para
hallar la verdad hay que permanecer en la Palabra de Jesucristo, o lo que es lo
mismo, creer en Sus Palabras. Esa permanencia demostrará que somos sus
discípulos o seguidores reales, llegando a conocer la verdad que liberta.
Creer en Jesús es la verdad que liberta. Querido lector, hay
que creer en Jesús no en las palabras de hombres que hoy piensan esto y mañana
aquello. Somos seres volubles y manipulables. El único valor que no se deprecia
es Jesucristo. Él vino a morir por tus pecados y los míos pagando por ellos en
una cruz. La muerte que nos correspondía a nosotros la sufrió Él amorosamente
para que pudiésemos tener paz con Dios. Indaga en la Biblia, busca a Dios,
arrepiéntete de tus pecados y cree en Jesús. Él no te fallará ni te manipulará,
sino que recibirás gozo, paz y amor genuinos.
Dos más dos, cuatro, volverá a tener sentido pleno.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!