sábado, 29 de diciembre de 2018

Esto No Da Para Más


Evidentemente este año 2018 va llegando a su fin. Señores, esto no da para más. Todo lo que no hayas hecho se ha quedado en el tintero (cargado, por cierto) de los deseos y sueños frustrados. El movimiento se demuestra andando, y si no has dado el primer paso esto no da para más. Te quedaste sin tiempo. Procrastinar fue la palabra aprendida este año que me sirvió para un cierto despertar a no postergar mis pensamientos e ilusiones.

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. (Mateo 6:34)

¡Qué importante es realizar el trabajo diario y descansar a continuación! Esa lección es de las más difíciles de aprender por encima de no postergar los quehaceres de la vida. Jesús no está enseñando que la planificación sea mala. Jesús enseña que vayamos paso a paso: un paso a la vez. Eso nos lleva a una planificación seria y eficaz que engloba momentos de meditación, acción y descanso. En el tiempo de meditación planifico las metas, en el tiempo de acción alcanzo las metas y en el tiempo de descanso disfruto los logros.

Afanarse trae consecuencias devastadoras a la mente y al cuerpo. Jesús lo sabía porque conoce nuestras vidas y sabe de qué estamos hechos. Nuestra tendencia deriva en estresarnos, dejándonos llevar por lo inalcanzable por falta de planificación, acción y descanso. Qué bueno es llegar a darse cuenta que esto no da para más y, simplemente, soltar amarras hacia el mar del sosiego. Jesús nos avisó “basta a cada día su propio mal”. No juntes el día con la noche y frena por un lapsus de tiempo prudencial. Mañana, si es necesario, lo retomas. Dios quiera que hoy sea ese momento para muchos de descansar del trabajo y disfrutar de lo conseguido.

Dios descansó al séptimo día de la obra de la Creación. ¿Acaso nos creemos más poderosos que Él? El cuerpo de Jesús descansó tres días en la tumba después de Su obra de salvación. ¿Acaso nos creemos que nuestras obras son mayores? Si andas angustiado ven a Jesús. Él tiene para ti descanso. El descanso de saber que el Ser más grande de la creación sólo nos pide que pongamos la fe en Él. Lo demás se hará pequeño e intrascendente.

Plan, acción y descanso.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 22 de diciembre de 2018

4. Navidad 2018: Sobre Todos


Ya vimos en esta serie navideña que Jesús está sobre todos en todos los aspectos intelectuales y morales porque es perfecto hombre y perfecto Dios. El contraste con el ser humano, nosotros, se hace evidente dado que somos terrenales y, por ende, no podemos hablar nada más que cosas terrenas, es decir, sobre aquello que nuestros sentidos limitados alcanzan. Hay una realidad superior, que si Dios no interviene, no captamos. Esa realidad tiene que ver con nuestra necesidad de salvación, necesidad a la que somos insensibles hasta que el mensaje del evangelio nos alcanza.

El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. (Juan 3:31)

Nuevamente insiste el texto bíblico en recordarnos que Jesús es sobre todos. Él es sobre todos porque, además, viene de una dimensión más elevada, el cielo. Una vez más se hace evidente el contraste entre lo celestial y lo terrenal. En el cielo mora la perfección y en la tierra habita la imperfección. Lo sorprendente es que el ser más importante del cielo se ha acercado a nosotros, simples mortales, para elevarnos a lo celestial. Después de nuestro fracaso, por haber pecado en su contra, no se quedó de manos cruzadas sino que ideó un plan para rescatarnos. Jesús fue ese plan perfecto.

Sólo alguien con las características de Jesucristo, Dios-Hombre, pudo haber realizado tal empresa. Nuestros pecados, debido a Su justicia, debían recibir el castigo proporcional al delito: la muerte, es decir, la separación eterna de Dios. Jesús es sobre todos porque nos salvó venciendo a la muerte y al pecado que nos separó de Él. En estos momentos lo celestial está al alcance de nosotros y sólo falta que reconozcas tus pecados, te arrepientas de ellos, y pongas tu fe en Cristo. Pasarás a formar parte de los hijos de Dios, aquellos que han entendido el evangelio que dice: Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10).

El cielo a tu alcance.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 15 de diciembre de 2018

3. Navidad 2018: Sobre Todos


Como venimos contemplando en estas fechas de Adviento, Jesús es sobre todos porque es Dios y nosotros somos humanos y, por lo tanto, terrenales. Un manzano da manzanas y un peral, peras. Así de simple, así de incuestionable. El fruto de Jesús es la salvación y el fruto humano, la perdición. Jesús descendió de Su estatus y se hizo hombre para relacionarse con cada uno de nosotros porque nosotros no tenemos el poder de relacionarnos con Dios de ninguna forma. Nuestros pecados han creado la separación.

El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. (Juan 3:31)

Uno de los pecados que han separado a los hombres de Dios, quizá el que dio lugar a los demás, es lo que hablamos. Por nuestra boca salen los pensamientos más oscuros que denigran al ser humano y al mismo Dios. Jesús lo refirió en una ocasión: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. (Mateo 15:11). El habla humana contamina al propio hombre, en resumidas cuentas. Cuando pecamos nos sobrevino la desgracia de perder la sal y la luz, la bendición de hablar lo bueno, lo justo y lo verdadero. En el fondo y en la superficie al final todos buscan sus propios intereses… y sálvese quien pueda.

Jesús se presenta a nosotros como el Verbo hecho carne, a lo que es igual, la Palabra de Dios en persona: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios (Juan 1:1). La Palabra (Jesucristo) es eterna, en comunión con Dios porque es Dios. Una vez más se deja en evidencia que Jesús es sobre todos. Nosotros no somos eternos, no estamos en comunión con Dios y no somos Dios. Nuestra única esperanza de redimirnos es acudir a Jesús porque Él ya lo hizo primero. Él nos dará la vida eterna y nos pondrá en comunión con Dios restableciendo la imagen de Cristo en nosotros. Si quieres que eso suceda sigue a Jesús.

Habla contaminada.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 8 de diciembre de 2018

2. Navidad 2018: Sobre Todos


La Navidad bien entendida es Dios supliendo las necesidades del ser humano. Tanta es la ceguera y la sordera, o lo que es lo mismo, la insensibilidad que tenemos ante nuestra condición espiritual que Dios ha de venir a despertar nuestras conciencias en pro de salvarnos. Mira a tu alrededor, ¿ves gente buscando a Dios? Mírate a ti mismo, ¿estás buscando a Dios? Si las dos respuestas son negativas tienes prueba de que lo dicho es veraz: nadie busca a Dios, a no ser que suceda el milagro.

El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. (Juan 3:31)

El que es de la tierra, es terrenal

Si no se busca a Dios, ¿qué se busca? Lo meramente terrenal. Lo que nuestros ojos físicos alcanzan a ver: un mundo material donde sobrevivir alcanzando los mejores bienes, de la índole que estos sean y en muchos casos sin escrúpulos, para llenar de sentido una vida que acabará en la tumba irremisiblemente. “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Esta frase simplifica el plan de vida por aquí. Lo terrenal por definición no da cabida a lo espiritual, a no ser que suceda el milagro.

No buscar a Dios es la muestra del pecado humano. Claro está que para el terrenal el pecado es una invención para amedrentarnos, sacarnos el dinero y poco más. Razón en cierto sentido no les falta porque la religión terrenal que nos ha influenciado mayoritariamente ha infundido miedo, ha vaciado bolsillos y sigue intentándolo. Jesús desechó tal religión porque Él vino a comenzar una relación íntima con aquellos que pusiesen su fe en Él. Pero esto es imposible, a no ser que suceda el milagro: un despertar divino en nuestra alma.

Terrenal: Insensibilidad a Dios.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 1 de diciembre de 2018

1. Navidad 2018: Sobre Todos


La Navidad bien entendida es la grandeza de Dios acercándose a nosotros. De hecho, uno de los nombres de Jesús es Emanuel que significa “Dios con nosotros”. ¡Dios de nuestra parte! ¡Dios a nuestro lado! Para tal fin descendió y no tiene que ver con que bajó de una torre más alta o de una cumbre más elevada. La razón de su descenso es que se alejó del cielo, Su hogar, se quitó Sus vestiduras reales vistiéndose de piel humana y habitó entre nosotros como un igual.
El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. (Juan 3:31)
El que de arriba viene, es sobre todos

Juan el Bautista dejó claro a su audiencia que Jesús está sobre todos. Este “sobre todos” alcanza todas las esferas de autoridad en los cielos y en la tierra. Como Creador Su creación está bajo Su autoridad; como Rey todos los reinos del mundo están bajo Sus leyes; como Salvador todos Sus hijos han de obedecerle; como Señor todos han de darle cuentas. Nada escapa a Su autoridad. Ni tú ni yo. Si el que viene de arriba (Jesús), es sobre todos, esto nos incluye a ti y a mí.

¿Es Jesús el que gobierna tu vida? Si Él no es tu Señor, ¿quién o qué lo es? Por desgracia, no se puede ser aséptico en este aspecto. Si no gobierna Él, otro lo está haciendo. Puede ser una pasión, una religión, el dinero, la fama, las posesiones, etc. Dios descendió y con humildad demostró estar sobre nosotros en humanidad, espiritualidad, perdón y misericordia. Nunca pecó, nunca fue soberbio, nunca pensó mal. Nosotros, por el contrario, si pecamos, somos soberbios y pensamos mal. Jesús se puso sobre todos al nacer, pero también al morir, cuando fue clavado en la cruz y puesto en alto para que tuviésemos que elevar nuestras miradas y contemplar nuestra bajeza.

Su humildad es autoridad.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!