sábado, 27 de marzo de 2021

Una Mirada Desde la Cruz

¿Qué vio Jesús desde la cruz?



Jesús tuvo una panorámica privilegiada desde la cruz. Como Dios, conocía el corazón humano y como hombre, experimentó lo que muchos no habían experimentado ni experimentarían. Él sabía quiénes eran los que tenía enfrente, pero muchos no lo conocían a Él.

Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. (Juan 19:30)

Jesús vio como algunos que lo amaban estuvieron a Su lado en esos terribles momentos. María, Juan y algunas mujeres lo contemplaron sin conocer el alcance de lo que allí se estaba fraguando. Solo pensaban que su amado Jesús iba a morir injustamente. 

Jesús vio como Sus enemigos se frotaban las manos por haber hecho realidad sus deseos de venganza. Los líderes religiosos manipularon a la multitud para que pidiesen la muerte de Jesús. Solo pensaban que Jesús merecía la muerte.

Jesús vio como el poder político se plegaba ante el religioso llevándolo a la denigrante y horrenda cruz. Ellos estaban ejerciendo el poder y autoridad que les otorgaba el ser el imperio más grande de aquellos tiempos. Solo pensaban que la ejecución de Jesús les traía paz en Israel.

Jesús vio a muchos de Sus simpatizantes una vez más ante Él. Anteriormente le habían seguido por Sus milagros, por Sus enseñanzas y vinieron a verlo por curiosidad. Solo pensaban que quizá Jesús haría otro de Sus milagros y se libraría de la muerte.


Jesús vio a dos ladrones crucificados junto a Él que le hablaron. Uno le habló para su propia condenación y otro le habló para su propia salvación. Así es la humanidad: unos hablan para exponer su condena y otros hablan para exponer su necesidad de salvación. Solo pensaban que su igualdad con Jesús en la cruz les otorgaba otra oportunidad.

Jesús vio desde la cruz una representación de la humanidad que aún sigue vigente hoy. Todavía existen los que lo aman, Sus discípulos. Todavía existen los que lo odian, Sus enemigos. Todavía existen los indecisos, Sus simpatizantes. Jesús habló desde la cruz a todos ellos. Jesús habla también hoy desde la cruz a todos nosotros. Jesús habló y cada uno desde su situación debe responderle. Si eres Su discípulo, sigue amándolo. Si eres Su enemigo, hazte Su amigo. Si eres Su simpatizante, hazte Su discípulo. Jesús vio y Jesús habló. Él pidió por nuestro perdón. Aseguró la vida eterna. Designó el trabajo de Su iglesia. Clamó a Dios en Su necesidad. Mostró sed por las almas. Afirmó haber satisfecho la deuda del pecado plenamente. Por último, se dejó caer en las bondadosas manos de Su Padre entregando voluntariamente Su preciosa vida.

Jesús te vio a ti.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 20 de marzo de 2021

Jesús, el Disidente

Los disidentes están siendo silenciados. Hace poco tecleé en Google “opiniones en contra del calentamiento global” y no hallé nada. Esta semana compartí un par de artículos contradiciendo la eficacia de las vacunas y Facebook me informó, por medio de un desplegable, que estaba a punto de compartir información sobre las vacunas. Por lo menos, en esta ocasión, pude compartir artículos que hoy se tachan de disidentes. Todo lo que no salga del gobierno o las grandes transnacionales es tachado de disidente y se le persigue hasta ahogar su voz. La divulgación del libre pensamiento ya no es políticamente correcta.


No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. (Juan 7:7)


Jesús fue un disidente (aunque fue mucho más que eso) contra el poder religioso. No es de extrañar que lo intentasen matar en diferentes ocasiones, hasta que lo consiguieron (eso creyeron ellos). Todos los que bailan al son que marca la sociedad son bien recibidos, aplaudidos y respetados. A éstos Jesús les dice “no puede el mundo aborreceros a vosotros”. La razón es bien sencilla. Son masa, multitud, tropel, manada… Han perdido la facultad de pensar críticamente. Por el contrario, todos los que bailan a su propio ritmo son mal recibidos, censurados e insultados. Jesús bailaba a Su propio ritmo.


El odio que produce el pensar diferente lo recibió Jesús. Él era muy consciente de ese aborrecimiento cuando dijo “pero a mí me aborrece, porque testifico de él, que sus obras son malas”. Fueron tan malas las obras de sus contemporáneos que cuando lo vieron muerto en la cruz y enterrado respiraron complacidos. A Dios gracias, Jesús es más que un disidente y Sus enemigos no se salieron con la suya. ¡Resucitó de la muerte! Aún hoy Jesús disiente de las obras malas de esta sociedad y da la solución: Arrepiéntete de tus pecados y cree en mí, le dice Jesús.

No seáis cobardes, creed en Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 13 de marzo de 2021

Jesús Es Exclusivo

Diferentes religiones y cosmovisiones se nos presentan como caminos alternativos para salvarse. Pero Jesucristo plantea la salvación humana en términos de exclusividad. Las demás alternativas, sean religiosas, filosóficas o científicas, se caracterizan por ser inclusivas. Jesús enseña que solo Él puede salvar y no los otros. Mientras que los otros proponen que hay muchas formas diferentes de salvarse. Jesús afirma que solo los que creen en Él serán salvos. Los demás dicen que Jesús es una vía más de salvación.

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; Nadie viene al padre, sino por mí. (Jn. 14:6)

El budismo intenta eliminar el sentimiento de anhelo porque es la fuente del sufrimiento humano. Para ello propone el “noble sendero óctuple” que son ocho maneras de vivir correctamente, a saber: opinión justa, aspiración justa, hablar justo, comportamiento justo, ocupación justa, esfuerzo justo, pensamiento justo y meditación justa. El islam predica que solo hay un dios, y es Alá. Jesucristo fue un gran hombre y un profeta menor que el profeta Mahoma. La salvación se gana por el esfuerzo propio. El catolicismo romano enseña la Biblia es la Palabra de Dios, pero solo ellos tienen la autoridad de interpretarla. Afirman ser la iglesia verdadera y fuera de ella no hay salvación. María es Co-Redentora y Mediadora junto con Cristo para la salvación. Los sacramentos salvan. El liberalismo cristiano mantiene que la Biblia solo tiene interés histórico y cultural, pero su mensaje está obsoleto. Dios es una energía positiva, solo dice cosas bonitas y nunca se enfada con nadie. El ser humano es bueno, pero la sociedad lo corrompe. Jesús resucitó, pero en el corazón de Sus discípulos. La salvación viene por medio de la educación. Los ateos no creen en la existencia de Dios. Para ellos solo existe la materia, es decir, lo que ven. Creen en base a lo evidente y no en base a la fe. Promueven el amor a uno mismo y al prójimo. Buscan la felicidad en ser oídos y en la defensa de los derechos humanos para hacer un mundo mejor. Creen en la fuerza interna para vivir y disfrutar al máximo.

Todas estas religiones y formas de ver el universo tienen como centro el esfuerzo humano para alcanzar la salvación o la felicidad. El hombre se labra su futuro con un poco de ayuda externa, llámese el destino, las obras o la inteligencia. Ya se ha dicho que Jesús se diferencia de todas las corrientes de pensamiento occidental u oriental, por la exclusividad con que se presenta a todos. “O Jesús fue un loco, o un mentiroso, o era lo que dijo que era, Dios”, como C.S. Lewis formuló en su trilema. Jesús es el Camino, y la Verdad, y la Vida de aquellos que somos Sus discípulos. Los que rechazan a Jesús van rumbo al infierno por creer la mentira debido a que están muertos. Dicho de otra forma: Satanás es el camino, la mentira y la muerte de los que le siguen. Jesús es exclusivo, al contrario que diferentes religiones y cosmovisiones que creen en un dios bonachón o inexistente y una humanidad buena que se salva por sí misma. “Nadie viene al Padre, si no es por mí” es la frase de Jesús que ha de retumbar en los oídos de los que no son Sus discípulos. Como discípulos de Jesús glorifiquemos a Dios por habernos dado a Jesús, aquel que es la encarnación del Camino que nos da salvación, la Verdad que nos da libertad y la Vida que nos da eternidad.

Solo Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 6 de marzo de 2021

That's The Problem!

Localizar la fuente del problema siempre trae beneficios. Por lo menos para todos aquellos que sinceramente quieren resolver dichos problemas. El escollo más insalvable que las personas encuentran para poner la fe en Jesucristo es Su deidad. Creer que Jesús es el Pan de Vida, la Luz del Mundo, la Puerta, el Buen Pastor, el Camino, la Verdad y la Vida, y la Vid Verdadera, aunque muestran diferentes facetas de la labor de Dios, no son concluyentes para designar a Jesús como Dios para aquellos que se resisten a creer.

Yo soy la resurrección y la vida; El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? (Juan 11:25-26)

Las implicaciones de la afirmación de Jesús abarcan dos cuestiones principales: primera, Él tiene poder para resucitar cadáveres física y espiritualmente y, segunda, Él tiene poder para preservar a los creyentes que no han muerto físicamente en Su segunda venida. El que se acerca a Jesús ha de creer en Su afirmación para beneficiarse de la resurrección prometida por Jesús. El reto está en cómo respondemos a la pregunta: ¿CREES ESTO?  Después de preguntar, Jesús resucitó a Lázaro. Con esa resurrección, y otras, Jesús demostró que era Dios porque solo Dios tiene poder sobre la vida y la muerte.

Si no crees tus ojos espirituales no percibirán el poder de Jesús. Los fariseos veían Sus milagros y decían que los hacía por Satanás (Mt. 12:24). La razón era que veían con sus ojos físicos mientras que sus ojos espirituales estaban cegados. Si todavía no has creído que Jesús es Dios espiritualmente sigues muerto. Vives separado de Dios y entrarás a la eternidad en esa misma condición de separación de Dios. Cree hoy. Mañana puede ser tarde. Tu problema es no creer que Jesús es Dios y no puede resucitarte. Él sufrió la cruz por ti. Su humanidad murió y Su deidad lo resucitó. Cree esto y vivirás.

A los creyentes en Cristo: Estamos en manos de quien tiene el poder de resucitarnos igual que Él se resucitó a sí mismo de la muerte. Su promesa es que si morimos físicamente en Él o vivimos cuando Él regrese, resucitaremos para vida eterna junto a Él. ¡Aleluya!

Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. (Apocalipsis 21:4)

¿Crees esto?

¡QUE DIOS TE BENDIGA!