sábado, 8 de diciembre de 2018

2. Navidad 2018: Sobre Todos


La Navidad bien entendida es Dios supliendo las necesidades del ser humano. Tanta es la ceguera y la sordera, o lo que es lo mismo, la insensibilidad que tenemos ante nuestra condición espiritual que Dios ha de venir a despertar nuestras conciencias en pro de salvarnos. Mira a tu alrededor, ¿ves gente buscando a Dios? Mírate a ti mismo, ¿estás buscando a Dios? Si las dos respuestas son negativas tienes prueba de que lo dicho es veraz: nadie busca a Dios, a no ser que suceda el milagro.

El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. (Juan 3:31)

El que es de la tierra, es terrenal

Si no se busca a Dios, ¿qué se busca? Lo meramente terrenal. Lo que nuestros ojos físicos alcanzan a ver: un mundo material donde sobrevivir alcanzando los mejores bienes, de la índole que estos sean y en muchos casos sin escrúpulos, para llenar de sentido una vida que acabará en la tumba irremisiblemente. “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Esta frase simplifica el plan de vida por aquí. Lo terrenal por definición no da cabida a lo espiritual, a no ser que suceda el milagro.

No buscar a Dios es la muestra del pecado humano. Claro está que para el terrenal el pecado es una invención para amedrentarnos, sacarnos el dinero y poco más. Razón en cierto sentido no les falta porque la religión terrenal que nos ha influenciado mayoritariamente ha infundido miedo, ha vaciado bolsillos y sigue intentándolo. Jesús desechó tal religión porque Él vino a comenzar una relación íntima con aquellos que pusiesen su fe en Él. Pero esto es imposible, a no ser que suceda el milagro: un despertar divino en nuestra alma.

Terrenal: Insensibilidad a Dios.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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