Los detalles cuentan. Son
importantes porque hablan más que las palabras ya que un simple gesto dice, la
mayoría de las veces, todo acerca de las actitudes del corazón. Cuando voy
conduciendo me examino a mi mismo porque el tráfico nos habla claramente de
nuestras actitudes éticas y morales poniendo a prueba nuestro temple, paciencia
y respeto con las normas y con nuestros semejantes. Los buenos conductores son
aquellos que además de protegerse a si mismos, velan por la seguridad de los
otros conductores siendo conscientes del papel que juegan las normas
establecidas para el tráfico. Veamos los siguientes detalles...
1. Aparco el coche sin tener en
cuenta que el espacio ocupado hace que otro coche no pueda estacionar.
2. Cruzo el paso de peatones
aunque vea que hay personas esperando para pasar.
3. Me salto los semáforos en
rojo.
4. Conduzco a más velocidad de la
permitida.
5. Utilizo el claxon
indiscriminadamente al menor atisbo de ser obstaculizado en mi marcha.
6. Me enfado con todos los que no
conducen tan bien como yo.
7. Los demás no cumplen con las
normas de tráfico, yo sí.
8. "Tenía que ser
mujer".
9. "Todos los hombres
conducen igual".
10. Cuando conduzco hago lo que
más me convenga en cada situación.
11. Compro aparatitos que
detecten radares.
12. ....
La Biblia, la Palabra de Dios,
nos muestra que hay buenos y malos conductores. Lee el siguiente texto.
No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6:43-45)
Si eres un buen árbol darás
buenos frutos y si eres un mal árbol darás malos frutos. Lo contrario es
imposible. No podemos, como decimos por aquí "pedirle peras al olmo".
Todos tenemos un depósito de donde sale lo bueno y lo malo. Jesús llama a este depósito "corazón" y dependiendo
de qué lo tengamos lleno dará un fruto bueno o un fruto malo. Si eres bueno es
que tienes el corazón lleno de bondad y si eres malo es que tienes el corazón
lleno de maldad. Claro y meridiano. ¿De qué abunda tu corazón? Observa lo que
te propone la Biblia:
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. (Proverbios 4:23)
Vivimos en una época de grandes
avances tecnológicos y científicos. La información es tanta que nos llega a
saturar. Las prisas nos consumen y la vida pasa ante nuestros ojos sintiendo
que otros nos marcan el paso. ¡DETENTE, PARA, STOP! Analiza tu vida y tómate un
tiempo de descanso para pensar en ti. Guarda tu corazón porque de él brota la
vida. El miércoles vi la triste escena de una joven conductora chillando al
conductor de delante de forma injusta. La señorita mostró lo que hay en su
corazón y si así se muestra en la carretera, me pregunto, ¿cómo lo hará en la
intimidad de su hogar? Si en el corazón hay maldad, saldrá maldad y si hay
bondad, saldrá bondad. El ejemplo del tráfico es para hacernos reflexionar
sobre los diferentes aspectos de nuestra vida. ¿Cómo soy en mi familia? ¿Cómo
soy en el trabajo? ¿Cómo soy con mis amigos? ¿Cómo soy con mis semejantes? Todo
ello es muestra de lo que hay en el corazón.
Al igual que las normas de
tráfico están reflejadas en un libro, las normas para guardar nuestro corazón
están en el libro que es la Biblia y estas normas están grabadas en nuestra
conciencia. Es sorprendente, ya que nadie nos dijo jamás que matar era malo,
que envidiar es pernicioso, que adulterar es horrible y un sin fin de cosas más
y sin embargo, desde que nacemos lo sabemos sin que nadie nos lo enseñase. Dios
ha puesto la conciencia en cada uno de nosotros para distinguir lo que sale de
nuestro corazón, sea bueno o malo. Todos tenemos un Pepito Grillo que nos
alerta.
Dios llama a la maldad de nuestro
corazón PECADO. La Biblia nos dice qué es pecado.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. (Romanos 3:10-12)
Según lo que acabas de leer el
pecado es la falta de justicia, la falta de entendimiento, la carencia de
búsqueda de Dios, el desviarse hacia la inutilidad y la falta de bondad. En el
momento que has obrado de forma injusta hacia algo o alguien, te has dejado
llevar por tu falta de entendimiento, vives sin buscar a Dios, caminas hacia lo
inútil y eres malo estas pecando porque vives infringiendo las normas de Dios.
Las infracciones de tráfico hay que pagarlas y lo mismo pasa con las
infracciones cometidas contra la Ley de Dios: HAY QUE PAGARLAS.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 6:23)
Como dice el versículo el pago de
nuestras infracciones (pecados) es la muerte. Tu y yo morimos porque hemos
desobedecido a Dios. No supimos guardar nuestro corazón y perdimos la vida.
Pero hay esperanza. El versículo nos habla del regalo de Dios: CRISTO JESÚS.
El amor de Dios nos habla por
medio de Jesús. Él pagó nuestras infracciones poniéndose en nuestro lugar.
Jesús se sacrificó por ti en la cruz para que tú pudieses salvarte de la muerte
eterna. Este es el regalo que Dios te hace. Es gratuito para ti. Pero para
Jesús fue costosísimo. Él murió injustamente por nosotros, pecadores.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8)
Deja que Jesús te salve pues Él
es la única posibilidad de guardar tu corazón para que de él brote la vida.
Serás un árbol coherente dando buenos frutos porque del tesoro de tu corazón
saldrá lo bueno que Dios va a plantar en ti. Arrepiéntete de una vida al margen
de Dios. Cree en Su Palabra escrita en tu conciencia y en la Biblia. Comienza a
caminar de acuerdo a las normas de Dios. Jesús nos aclara...
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. (Mateo 11:29-30)
El yugo es para que dos bueyes
trabajen juntos. Jesús y tú iréis juntos por la vida aprendiendo de Él,
encontrando el descanso deseado y dándote cada día más cuenta de que Él lleva
el peso de la carga. La vida no es fácil, pues tiene sus dificultades, pero
Jesús promete estar de tú lado.
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
(Romanos 8:31)
Solo arrepiéntete de tus pecados,
cree en Jesús y síguelo.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
no tenéis ni idea
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