Me encanta la llamada música clásica.
Pero siempre, por lo menos desde que recuerdo, hay muy poca programación televisiva
en este país que se pueda disfrutar. La que hay es a horas intempestivas y es mejor para dedicar al sueño. No es para extrañarse que este tipo de música
parezca tener pocos adeptos ya que "somos lo que vemos". Y, ¿qué
vemos?
Novias a dieta, D. Lujo, El
vestido de tu boda, Me cambio de familia, Sálvame, Saber vivir, La ruleta de la
suerte, Supernnany, Gran hermano, Operación triunfo, Cuatro astros, Mujeres y
hombres y viceversa, Minutos mágicos, Teletienda, Crímenes imperfectos...
¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Mateo 12:34)
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6:45)
¿Qué hay en tu corazón, querido
lector? ¿Cómo y con qué estás alimentando tu mente y tu espíritu? Mucho me temo que estás influenciado por el medio ambiente en el que te mueves. No puedes escaparte. Desde que te levantas hasta que te acuestas, los mensajes que ves y llegan a tus oídos, no tienen nada o poco que ver con lo realmente importante. Eres machacado por anuncios que te tientan a consumir, y lo consiguen. Eres arrastrado a creer que lo normal es lo que te cuentan los programas y series de más audiencia, y te lo acabas creyendo. Por consiguiente, vives con los parámetros morales y éticos de una sociedad que absorbe lo que unos pocos dictan. Yo entiendo que te pase esto. Cuando los fundamentos son derribados lo que queda es algo vacío, vano, superfluo, sin profundidad. Sálvese quien pueda. Si llenas tu corazón de frivolidad, no lo dudes serás frívolo. La Biblia nos dice:
Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo? (Salmos 11:3)
¿Dónde está Dios en esta
sociedad? Date cuenta de que en tu vivir diario no aparece, porque nada de lo
que ves, escuchas y haces tiene que ver con Él. ¿Dónde están tus intereses?
Allí estará tu corazón. Este mensaje es para aquellos que están cansados de vivir vidas frívolas y vacías de contenido. Para aquellos que se dan cuenta de que tiene que haber algo más profundo, algo con verdadero fundamento. ¿Cuáles son los fundamentos éticos y morales? Los que vemos en la Biblia. El libro de Génesis es el libro de los principios, de hecho este sería su nombre en castellano: PRINCIPIOS.
DIOS ES EL CREADOR
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (Génesis 1:1)
DIOS CREA AL HOMBRE: VARÓN Y
HEMBRA
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. (Génesis 1:27)
DIOS DA TRABAJO AL HOMBRE
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. (Génesis 2:15)
DIOS ESTABLECE EL MATRIMONIO
Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. (Génesis 2:23-24)
EL HOMBRE PECA
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida. (Génesis 3:1-24)
Y el pecado, desobedecer a Dios,
nos llevó a morir física y espiritualmente. Desde que esto pasó tenemos crisis
de todos los colores. Crisis de la edad, crisis de identidad, crisis
matrimoniales, crisis mentales, crisis económicas, crisis morales, crisis de fe,
y millones de crisis más.
Permíteme, estimado lector, la
siguiente expresión: a Dios le salimos rana. A Dios le fallamos, pecamos contra
su voluntad haciendo lo que no le agradaba. Nos dio libertad para escoger y
escogimos mal. Billones de veces hemos escogido mal desde entonces. ¿A ti no te
ha pasado? Seguro que sí.
La solución la inventó el mismo
Dios por amor a nosotros. Esta sociedad no te informa porque te ama sino porque
quiere el contenido de tus bolsillos. Dios te informa de la solución, por medio
de la Biblia, que nos narra lo que Jesús hizo para reconciliarnos con Dios
porque te ama profundamente. Él te creó, ¿no te va a amar? Cristo resolvió la cuenta pendiente que dejamos por pagar en la cruz. Ni tú ni yo poseemos la cantidad necesaria para resolver el entuerto que provocó la fatalidad de haber pecado. Ni tú ni yo podemos hacer lo más mínimo para ganarnos el favor de Dios. Sin Cristo estamos perdidos.
¿Qué pasos debes dar? Volvamos a
la Biblia.
ARREPENTIRSE Y CREER EN EL
EVANGELIO
El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. (Marcos 1:15)
Arrepentirse es dar la espalda a
todo aquello que te aparta de Dios y su Palabra. Es reconocer que hay pecado en
tu vida y pides a Dios, a ningún otro, perdón. El evangelio significa "buenas noticias". Las buenas noticias son que gracias a la muerte y resurrección de Cristo podemos tener acceso a una reconciliación total con Dios. Creer en el evangelio es creer en que la obra de Cristo es el único medio de salvación de la muerte eterna.
Te reto a que te arrepientas y
creas en el mensaje del evangelio. Si no lo haces te espera el Juicio de Dios.
Si no te arrepientes de tus pecados y crees en el evangelio, cuando te
presentes delante de Dios, ¿crees que lo podrás impresionar con tus logros?
¿crees que conmoverás su corazón con tus excusas? No juegues a la ruleta rusa
con tu salvación. Dios no se tomó como un juego que tuvieses la oportunidad de
volver a restaurar la amistad con Él.
No dejes que te coman el coco.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!