sábado, 6 de abril de 2019

Viaje Provechoso


No sé cuántos kilómetros anduvo Jesús en sus tres años de ministerio público pero fueron una infinidad. Él viajó desde el cielo para seguir viajando en la tierra. ¡Eso son muchos kilómetros! Su viaje no fue de placer, fue de negocios: vino a atender los negocios de Su Padre. Por cierto, no vino a enriquecerse pues lo tenía todo, tampoco vino a por fama porque ya era bastante famoso en el cielo, ni siquiera vino para que le amásemos ya que el Padre le amaba más que a nadie. JESUCRISTO VIAJÓ PARA VIAJAR A NUESTRO LADO. Jesucristo siempre da el primer paso al acercarse a nosotros ya que nuestro viaje es en sentido opuesto al Suyo.

Salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samaria. (Juan 4:3-4)

La circunstancia geográfica obligaba a atravesar Samaria. Algo tan normal cambió la vida a muchas personas, al igual que la circunstancia que obligó a Jesús a morir en una cruz transformó la vida a millones de personas. Entre nosotros y Dios está el pecado, un abismo que el hombre no puede franquear exitosamente. Jesús, por medio de Su sacrificio en la cruz, hace de puente para que podamos llegar al Padre. Una vez más Jesús hace un viaje provechoso salvando a todo aquel que toma Su camino para reconciliarse con Dios y hallar el perdón se los pecados.

 ¿Cuántos kilómetros de nuestra vida han servido para algo?, deberíamos preguntarnos. Jesús te dice que los provechosos únicamente los puedes hacer con Él. Al leer estas líneas Jesús se acerca a ti, como lo hizo con tantos otros, deseando que también tu viaje por estos rincones sea provechoso. Sólo escúchalo, está a tu lado y va a entablar una conversación contigo de un momento a otro. ¿Te pedirá agua? ¿Te pedirá que le sigas? Y tú, ¿qué le responderás?

Viaja con Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario