sábado, 7 de noviembre de 2020

Levantar las Orejas

La mentira se pasea delante de nuestras narices vestida con sus mejores galas. Los que nos gobiernan, desde el presidente al funcionario, salvo honrosas excepciones, nos mienten. El poder trae consigo la corrupción porque ya se está dispuesto a ser su lacayo. Realmente el poder no corrompe, sino que saca a la luz los más bajos instintos de un tirano que estaba cuasi dormido. Cuando el tirano despierta hace que sus servidores se corrompan. No vayamos a buscar ejemplos lejos porque los ejemplos los tenemos en casa. El gobernante y sus acólitos nos engañan. La mentira está detrás de las fechorías de los gobernantes.


Si un gobernante atiende la palabra mentirosa, todos sus servidores serán impíos. (Pr. 29:12)

 

La raíz hebrea de atender o prestar atención es levantar las orejas. Si el presidente levanta las orejas al que miente, todos los que le rodean se volverán perversos. Si la cabeza está podrida la cola se acabará pudriendo. Un poco de levadura leuda toda la masa, nos diría Jesús. Vemos a un país donde sus gobernantes han oído a todos aquellos que no lo aman y quieren destruirlo con sus mentiras. Así nos va. La mentira ha dividido un país como España en pro de sus gobernantes. ¿Seguiremos cobijando a tales gobernantes? Parece ser que sí. Aún no le hemos visto las orejas al lobo, aunque las haya levantado para atender a la mentira.


Cada día lo tengo más claro. La verdad no es flor de este planeta. Aquí solo crecen las malas yerbas. Esa realidad es tan evidente que cuando Jesucristo vivió entre nosotros, la Verdad personificada, lo matamos por amar más la mentira: Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas (Jn. 3:19). Jesús no condenó a nadie, nosotros nos condenamos por amar más la oscuridad de la mentira que Su luz de la Verdad. Querido lector, si amas la mentira debes saber que el infierno te espera. No lo digo yo, lo dice la Verdad, Jesucristo. Pero si amas la Verdad, a Jesucristo, desterrarás la mentira y alcanzarás la vida eterna prometida a todos aquellos que creen en Jesús. Él se sacrificó en una cruz por nuestros pecados poniéndose en nuestro lugar para que podamos ser salvos. Arrepiéntete de tus pecados, cree en Jesucristo y serás salvo.

No levantes tus orejas a la mentira.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario