sábado, 5 de febrero de 2022

Kairós

Kairós es una palabra griega muy especial para definir el tiempo. Kronos era usado por los griegos para medir el tiempo tal y como nosotros lo medimos hoy. De esa forma sería una medida matemática que divide la vida en segundos, minutos, horas, días, años… Mientras que Kronos es una medida tangible, Kairós es un espacio de tiempo oportuno o adecuado. En la Biblia, Kairós, es un tiempo determinado por Dios. Kairós se refiere a la nueva oportunidad que Dios da a todos aquellos que, por medio de la fe en Jesucristo, han sido salvados del pecado, de la muerte y del infierno.

Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. (1 Timoteo 1:12-13)

El apóstol Pablo se dio perfecta cuenta de la oportunidad que Jesucristo le dio para enmendar su vida y no la desaprovechó. Pablo describe su vida antes de su encuentro con el Señor con palabras que no dejan lugar a dudas de la distancia infinita a la que se hallaba de Cristo. Pablo fue, en sus propias palabras, un blasfemo (sacrílego), un perseguidor (cazador), y un injuriador (agresivo). ¡Y encima lo justificaba pensando que era la mano ejecutora del mismo Dios! Pero el Jesús al que maldecía le salió al encuentro por pura misericordia ante la ignorancia e incredulidad que el apóstol exhibía. No es de extrañar que resumiera su Kronos antes de su Kairós dando primero las gracias a Cristo Jesús por la nueva oportunidad de gastar la vida en lo adecuado que Dios había preparado para él: ser apóstol a los gentiles. De verdugo a libertador.

Querido lector: Hasta los peores podemos disfrutar del Kairós de Dios. Esa nueva oportunidad, ese tiempo adecuado donde podemos hacer las cosas como Dios manda, y nunca mejor dicho. Pablo se reconcilió con Dios gracias a la misericordia de Cristo Jesús. Tú puedes hacer lo mismo. No importa la distancia a la que estés viviendo de Él, tus blasfemias, tus persecuciones y tus injurias contra Él y su pueblo. Lo que realmente importa para recibir el Kairós de Dios es un arrepentimiento sincero de tus pecados ante Dios que te lleven a servirlo dando gracias, como el apóstol, por la nueva oportunidad que Dios le dio, una muestra más de que Dios es misericordioso, perdonador y dador de un nuevo sentido. El Kronos sin el Kairós hace perder el tiempo a una vida entera.

Entra en el Kairós de Jesucristo.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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