Este nuevo año, que estrena decenio, trae consigo incertidumbres a nivel político, social y moral. Los fundamentos de siempre,
por lo menos desde que el Cristianismo hizo su presencia en escena, están
siendo directamente bombardeados por aquellos, que por motivos de soberbia,
ansia de poder y falta de escrúpulos, detentan el poder. La política se ha
centrado en la obtención del poder dejando atrás su papel de servicio al
pueblo; la sociedad está enfrentada por los políticos que la dirigen; la moral,
al perder su base cristiana, muta hacia los intereses personales de cada
momento.
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. (Mateo 7:12)
Aún tenemos, Dios mediante, la oportunidad de mejorar
nuestro estado actual. Te invito a que pongas este 2020 en práctica la regla de
oro que Jesús nos enseñó de forma escrita y vivencial. Jesús nos dice que el
meollo de Su mensaje no está centrado en tu bienestar sino en el de los demás. La
regla es simple: trata a los demás como quieras ser tratado. A veces es
difícil, hay que reconocerlo, pero la dificultad no es un obstáculo que justifique
el maltrato. ¡Cuántas veces he mordido el polvo por no tratar a los demás como
quiero que me traten ellos!
Sigamos el ejemplo de Jesús. Él se dio por nosotros aún
cuando lo odiábamos. Sufrió la cruz por causa de nuestras rebeliones y nos amó
de forma incondicional, abriéndote un camino de reconciliación con Dios por
medio del arrepentimiento de tus pecados y la fe en Él. Ante Su ejemplo cualquier
sacrificio que hagas en hacer el bien que quieres que te hagan, es una pequeñez.
Jesús hizo por ti lo que no puedes hacer por ti mismo: salvarte del pecado, del
infierno y de la muerte. Sólo ven a Él este nuevo año y comienza a seguir Su
ejemplo de amor y entrega por los demás, sin pedir nada a cambio.
Siegas lo que siembras.
¡QUE DIOS TE BENDIGA!
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