sábado, 6 de octubre de 2018

Testigo de Jehová


Ayer tuve la visita, no inesperada, del técnico del gas. Ni que decir tiene que hizo bien su trabajo y después me saqueó el bolsillono él sino Repsol por lo que, a mi humilde juicio, pude haber hecho yo mismo. Lo interesante de la situación vino después del cobro. Mi esposa y yo tenemos la costumbre de regalar un evangelio a todos aquellos que visitan nuestra hogar, y en esta ocasión no iba a ser menos. Mi sorpresa fue que se quedó mirando el evangelio en sus manos y comentó que se había dado cuenta, por los símbolos y frases bíblicas que había en las paredes, que éramos creyentes. Conozco un poco el mundillo de los Testigos de Jehová y a su modo quiso darme a entender que para ser salvo era necesario pertenecer a un pueblo, queriéndome llevar, sin decirlo, a que ese pueblo privilegiado no era otro que los Testigos de Jehová.

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. (Juan 1:12)

Antiguamente se enseñaba que todo español es católico por el mero hecho de haber nacido en España y haber sido bautizado. Es como un plus de beneficio que tenemos los españoles. Por lo tanto, ser español te catapulta al cielo. Los Testigos de Jehová restringen la pertenencia a su religión el tener el privilegio de ser salvos. Por lo tanto, si quieres salvarte apúntate a los Testigos de Jehová. ¿Realmente la entrada al cielo es por pertenecer a una nación, una religión o haber efectuado aunque sus enseñas sean cristianas? No me canso de explicar que el Cristianismo no es patrimonio de una casta privilegiada (ahora que se ha puesto tan en boga la frase). El Cristianismo es Cristo y tú, Cristo y él, Cristo y yo. Ser salvo implica recibir a Jesús y creer en Él. Ipso-facto Dios nos adopta como hijos y pertenecemos a Su pueblo. Es decir, no por pertenecer a una nación, religión o cumplir con un rito se va al cielo. Se va al cielo al poner nuestra fe en Jesucristo que murió en una cruz por los pecados de la humanidad, por los tuyos y por los míos, para que creyendo en Él podamos ser salvos.

Es la fe en Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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