sábado, 20 de diciembre de 2014

Navidad 2014: Los Ángeles y los Pastores

Estas semanas navideñas hemos hecho un viaje por la narración bíblica de los eventos que ocurrieron alrededor de Jesús. Hoy finalizamos como no podía ser de otra forma: ¡Fiesta! Todo gran evento hay que celebrarlo, y el nacimiento de Jesús no iba a ser menos. Los invitados representan a personas anónimas “los que oyeron” y los trabajadores, en este caso pastores, es decir, todos estamos representados en el portal de Belén. La diferencia, querido lector, es que todos quedaron impactados de tal forma por aquella fiesta que nunca acabo para ellos.

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho. (Lucas 2:8-20)

Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.

Los que publicitaron la hora y lugar de la fiesta fueron personajes de lujo: un ángel, al que le sucedió una multitud de huestes celestiales con los mejores deseos para Dios: SU GLORIA y para toda la humanidad paz y buena voluntad. Este es el primer anuncio del evangelio por boca de ángeles. Dios, por medio de acercarse para salvarte, te muestra todo Su esplendor y Su gloria. Realmente este será el final de toda la historia: Dios será glorificado por todos, tanto los cristianos como los no creyentes. El siguiente texto anuncia este final, en el cual todos reconoceremos la grandeza de Jesucristo para la mayor gloria de Dios.

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:9-11)

La navidad es una invitación a la fiesta del nacimiento de Jesús. No importa tu estatus social, lo que importa es que asistas para que compruebes de primera mano que tienes esperanza en Jesús y que la fiesta puede continuar más allá de la muerte, en el Cielo. Simplemente ponte a cuentas con Dios arrepintiéndote de tus pecados y creyendo con fe en Jesús, que años más tarde pagó por tus pecados en una cruz para que pudieras reconciliarte con Dios.

¿Te vas a perder la fiesta?


¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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