sábado, 28 de septiembre de 2019

El Más Difícil Todavía


En una época saturada de ciencia, Dios nos exige el más difícil todavía: FE. Al contrario de lo que se piensa de forma generalizada la fe cristiana no es confianza a ciegas. La fe que Dios espera de aquellos que se acercan a Él tiene una base sólida en la historia, la ciencia y la experiencia personal de cada uno de los creyentes. Llama la atención que los tan aplaudidos griegos no sólo se sustentaban en la física sino que además consideraban muy seriamente la metafísica, es decir, iban más allá de la física. Ellos reconocían que una ciencia sin alma y espiritualidad carecía de vida.
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. (Hebreos 11:6)
El hombre no puede ganar a Dios por medio de sus conocimientos científicos. Dios es el Creador y, por consiguiente, conoce todos, ¡TODOS!, los secretos de la creación. Tú y yo, no. La soberbia del ser humano lo hace afrentar a Dios descaradamente al ponerlo en tela de juicio con su pequeño conocimiento, muchas veces erróneo, del medio que le rodea y de Dios mismo.

Hay dos conocimientos que basan la fe: creer en la existencia de Dios y que Él recompensa a los que desean hallarlo. Por un lado, el conocimiento de Dios es el más alto nivel de sabiduría que una persona puede obtener en esta vida y en la eternidad. Por otro lado, Dios otorga el mayor beneficio a todos los que le buscan porque hallan la salvación en Cristo. Por lo tanto, la fe es creer en Dios y experimentar su salvación. La ciencia es creer en el hombre y experimentar sus contradicciones. Querido lector, elige la inamovible verdad de la fe en Dios y escapa de la inestabilidad de criterio de la ciencia humana. Todo esto acabará pero las promesas de Jesucristo para los que tienen fe en Él son eternas. La muerte de Jesús, Su resurrección y la Biblia dan fiel testimonio de ello.

Menos ciencia y más fe.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 21 de septiembre de 2019

Jesús, Piedra de Tropiezo


El mundo se divide en dos facciones: los que creen en Jesús y los que no creen en Jesús. Ese es el tema crucial y más importante para cada individuo y sociedad. Decir que los problemas se resuelven con políticas de derecha, izquierda o centro, con la educación, resolviendo el cambio climático, etc., es una falacia que ha demostrado el devenir de la historia. Lo que el ser humano necesita no lo puede ofrecer, por mucho que se esfuerce, el propio ser humano… pero se sigue tropezando en la misma piedra…

Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. (1 Pedro 2:7-8)

Aquí se saca a la luz los dos tipos de personas: los que creen tratan a Jesús dándole el valor que sólo Él merece, si algo o alguien es precioso para ti lo cuidas, lo mimas, lo respetas, lo tienes en cuenta… y los que no creen a Jesús, los desobedientes. Para ellos Jesús se transforma en una piedra en el camino que los hace tropezar y caer una y otra vez por su terca desobediencia. Es importante notar que la desobediencia no es por desconocimiento sino voluntaria y acarrea consecuencias: “…a lo cual fueron también destinados”, o como traduce otra versión: “…y por eso se enfrentan con el destino que les fue preparado”.

El destino preparado para los desobedientes a la Palabra de Dios es enfrentarse ante Jesús cuando mueran. Allí tendrán que explicar (si pueden) por qué no creyeron en Jesús y sí en ellos mismos, en religiones, en causas varias, en la ciencia o cualquier otra forma que los apartaba de Jesús. Querido lector, no hagas eso con tu vida. Elige obedecer la Palabra de Dios y Jesús pasará de ser piedra de tropiezo a tu más precioso tesoro. Él te amó de tal forma que se sacrificó en una cruz por ti pagando por tus pecados al Padre. Ya todo está resuelto, el camino libre y puedes acercarte a Dios con plena confianza de no ser rechazado. Cree en Jesús y no seas desobediente.

Jesús, sólo Jesús, salva.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 14 de septiembre de 2019

Ovejas Entre Lobos


Los lobos trabajan en manada pues realmente son cobardes. Se ceban de su presa, no porque haya sido una incauta, sino por el poder de la masa. No es de extrañar que en tribus ancestrales el poder del colectivo derive en el deterioro físico o el suicidio del maldecido por el chamán. En la actualidad lo llamamos mobbing, si es en el trabajo o bullying, si se produce en la escuela. Habida cuenta de ello dan los medios de comunicación. De una forma o de otra todos hemos sufrido poco o mucho de la presión del grupo. Ser bajitos, gorditos, gafitas, pecositos, tartamuditos u otros “defectos” a los ojos de los “normales” han supuesto verdaderos calvarios.
He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. (Mateo 10:16)
Jesús, el buen pastor, hace algo inusual e irresponsable para el rol protector del pastor: ¡manda a Sus ovejas a ser devoradas por lobos! Sólo les ayuda con dos consejos: prudencia y sencillez. El ejemplo han de tomarlo de la escurridiza serpiente y la inofensiva paloma. Esto no quiere decir que el cristiano es un cobarde o que no preserve su fe. Lo que Jesús trata de enseñarnos es a ser sabios conociendo las intenciones del corazón y defendiendo nuestra fe con amor y paciencia. Jesús conoce el corazón de todos aquellos que no le aman e instruye a Sus hijos para que no pierdan de vista esa verdad. Jesús no fue un cobarde y acabó amorosamente Su obra aunque anduvo entre lobos, por lo tanto, el cristiano no debe ser cobarde y finalizar su obra.

Querido lector, ser cristiano es vivir en el punto de mira de lobos que acechan en busca del más mínimo indicio de fragilidad para atacar y destruir en manada. Así lo hicieron con Jesucristo y lo siguen haciendo. Al que vino a morir por ellos y al que los amó pagando por sus pecados, lo mataron. No lo masacraron por descuido del Señor, Él vino a dar Su vida conscientemente. Lo mataron traicioneramente porque no tenían argumentos para tal fechoría. Para confusión de ellos, Jesús resucitó en cumplimiento de las profecías y de la voluntad de Dios dejando el camino libre para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3.16).

No nos moverán.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 7 de septiembre de 2019

La Verdad Es Una

La verdad se ha convertido en una cuestión de calado personal. Es decir, mi verdad es la verdad verdadera. La razón es que el carácter, las inclinaciones, experiencias y los intereses personales construyen la verdad de cada individuo. Por lo tanto, la verdad es algo interno de cada quien y se rechaza, de forma generalizada, las otras verdades que vienen de afuera. Así se crean los grupos de interés que transitan por la sociedad, llámense religiones, lobbies, ONGs, etc. Cada una de estas entidades carga las tintas en un punto y lo presentan como una cuestión quasi apocalíptica. Ejemplo de ello son el Islam a nivel religioso, presentando un mundo que debe ser exterminado para que su estatus impere; los diferentes lobbies que exprimen a las naciones en pro de que sus ideales sean llevados a la práctica pese a quien pese y cueste lo que cueste, mientras los paguemos los demás; ONGs que trabajan a dos bandos, por un lado haciendo el juego a los políticos de turno y por el otro, cobrando de las mafias que trafican con personas. En fin, sé que hay mucha buena intención que se va por la letrina.
En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía. (Jueces 21:25)
No me canso de usar el anterior texto del libro de los Jueces porque refleja fielmente el espíritu del tiempo que estamos viviendo. Es que la verdad solamente puede ser una y a partir de ella elaborar los pensamientos, razonamientos y acciones. La única verdad que se extrae de este maremágnum ideológico es que todo es relativo porque carecemos de fundamentos sociales y morales. “En el mundo no había ley; cada uno hacía lo que le daba la gana”, sería la expresión que describe la situación social y moral de hoy. No es que no haya ley, es que nos falta obedecerla, diría el juez Calatayud. Pero vencen las tendencias e inclinaciones personales.

Contra el relativismo humano, el absolutismo divino (aquí es cuando me crucifican). Dios nos creó y sabe perfectamente nuestras necesidades sociales y morales. En Dios está la VERDAD mayúscula que está sociedad rechaza en pro de su relativismo a la carta. Más concretamente, la VERDAD no es un concepto, es JESUCRISTO. Si quieres encontrar la VERDAD tendrás que creer a JESUCRISTO. Él vino a llamar a todos aquellos que no encuentran satisfacción en este mundo (si tú estás satisfecho has perdido el tiempo leyendo esto) y han escuchado Su voz, han creído en Su obra en la cruz a favor de ellos y LE OBEDECEN sin cuestionar Sus razonamientos con relativismos humanos. Sí, la VERDAD es una:

¡JESUCRISTO!

¡QUE DIOS TE BENDIGA!