sábado, 28 de diciembre de 2019

Necesitas Un Mediador


¿Quién no ha tenido un conflicto con sus padres, hermanos o amigos? Si hay algo de lo que podamos estar seguros es que los conflictos son el pan nuestro de cada día. Más tarde o más temprano, aun en las mejores relaciones, saltan chispas de discordia. Eso es consustancial a nuestra naturaleza caída e imperfecta. Ninguno somos perfectos, por lo tanto, nuestras relaciones van a la zaga. Una vez malogrado el vínculo de confianza que la amistad conlleva, es muy difícil devolver a su estado primigenio los lazos afectivos. Mostrando la cruda realidad podemos afirmar que la confianza se pierde, el cariño desciende y se tiende a buscar otra amistad que supla lo que se ha perdido.
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. (1 Timoteo 2:5-6)
Entre Dios y el hombre hay un conflicto: la Justicia de Dios ha de resolver el pecado del hombre. Es por eso que existe la figura del Mediador en Jesucristo. Él vino a restablecer la amistad que se había perdido por causa de haber sido infieles a las reglas de esa amistad con Dios. El ser humano, representado en Adán y Eva, creyó que Dios los engañaba y decidieron rebelarse, pensando que iban a usurpar el lugar de preeminencia divina, o por lo menos, conseguirían el mismo estatus. Pero Dios no nos creó para perdernos, Él nos creó para salvarnos. Él desea deshacer el conflicto creado por nosotros y restaurar nuestra amistad con Él del mismo modo que la disfrutábamos en el Edén.

Jesucristo es el único Mediador entre Dios y tú que puede hacer plenamente Su función de sanar lo roto entre los dos. Él se colocó entre Dios y tú para pagar la deuda que tienes por haber pecado. Lo hizo en el instante que dio su vida por ti en una cruz. Dios acepto de buen grado Su sacrificio y hoy puedes disfrutar de una amistad plena con Dios. Hoy el conflicto con Dios se torna en paz con Dios por medio de Jesucristo si crees en el resucitado. Reconcíliate con Dios pidiéndole perdón por tus pecados, agradeciéndole que Jesús lo hiciera posible en una cruz y serás llamado, más que amigo, hijo de Dios.

Sólo Jesús media por ti.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 21 de diciembre de 2019

Prepara Tu Navidad III: No Hay Excusas


La gran mayoría corre de acá para allá, como si se fuese a acabar el mundo, en Navidad. Preparan regalos, notas de felicitación, comilonas, paseos para ver las luces de Navidad, etc. Tristemente el mensaje navideño se ha olvidado entre mazapanes y alcohol, entre luces y consumo. Lo paradójico del asunto es que de esa gran mayoría de estresados hay muchos que confiesan que la Navidad los deprime. Por consiguiente, tratan de pasar por ella imitando a la masa o mostrando su rechazo. Claro está que la mano que mece la cuna tiene como prioridad tenernos ocupados en consumir frenéticamente a cada momento. Han plagiado ciertas características de la Navidad real para engañar a la multitud de incautos. Es, ni más ni menos, que una argucia diabólica.

E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. (Lucas 1:17)

Ser engañados, seguir a la masa, hacer oídos sordos, etc., no son excusas para hacerse el sueco ante la verdadera Navidad, aquella que todos conocen e intentan acallar. Dios proveyó información veraz y abundante para que cualquier excusa, por muy fundada que pareciera, quedase sin consistencia. Juan el Bautista fue ejemplo de ello. Él fue enviado delante de Jesucristo para recordar al pueblo la venida del Mesías, para preparar corazones dispuestos cuando Jesucristo apareciese en escena. Por desgracia, la gran mayoría, como tantas veces, lo rechazo. ¿Estás tú entre ellos? Esta semana, conversando con alguien, le aconsejé que invitara a Jesús a la cena de Navidad porque Su nacimiento es lo que celebramos. Me dijo que nunca lo había pensado así y que lo iba a hacer. Noté que lo había captado como un ritual místico más y le comenté que no era ningún ritual mágico sino una experiencia personal que transforma las vidas. En eso se ha convertido la Navidad, en superchería, en rituales y costumbres vacías de contenido y sentido.

Preparar tu Navidad es disponer tu corazón a Jesús. Preparar tu Navidad es arrepentirte ante Dios de tus pecados, que son muchos y llevaron a Cristo a la cruz para librarte de la muerte y el juicio que penden sobre ti. Preparar tu Navidad es estar dispuesto a seguir a Jesús antes que a nadie, obedeciendo Sus órdenes. El mensaje navideño es fácil de entender: salvación al que cree y condenación al incrédulo. ¿En qué grupo estás tú. Ya no tienes excusas. El mensaje ha sido anunciado. Sólo la desidia, seguir a la masa o, en resumidas cuentas, tú incredulidad, son tus verdaderas razones para desdeñar a Jesucristo. Otras excusas no hay.

Ante Jesús no hay excusas.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 14 de diciembre de 2019

Prepara Tu Navidad II: La Voluntad


Hace poco leí sobre grandes personajes de la historia que sufrían su talón de Aquiles. Aunque eran seres dotados de inteligencia y dotes especiales su debilidad les hacía frágiles y quebradizos haciéndolos naufragar. Juan el Bautista tuvo como misión sensibilizar los corazones de los hombres sobre sus pecados relacionales, de padres e hijos, y de su rebeldía a la justa sensatez. Todo ello lo hizo indicando que se acercaba el Mesías anunciado por los profetas y de esta forma preparó el camino del Señor. Si quieres que algo salga bien, prepáralo. Abona el terreno, siembra, riega y espera la cosecha. Eso mismo hizo Dios por medio de Juan el Bautista. Aquel nacimiento del Hijo de Dios tuvo pleno sentido cuando inició Su ministerio avalado por la proclama de Su precursor, Juan el Bautista.
E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. (Lucas 1:17)
Si la primera cuestión para preparar tu Navidad es darte cuenta del corazón pecaminoso que cargas, la segunda cuestión es la voluntad, tu voluntad. Al sensibilizar a las personas sobre sus corazones pecaminosos se estaba preparando para Dios un pueblo bien dispuesto. Es decir, personas con voluntad propia para obedecer a Jesús cuando Él entrase en escena. Ellos reconocerían en Jesucristo Su deidad porque era Dios, Su autoridad porque era el Señor y Su salvación de la muerte eterna porque era el Salvador del mundo. La fe (confianza) nunca ha sido una fe a tontas y a locas. No. La fe en Cristo está ampliamente fundamentada en la profecía, en los evangelios, en los escritos históricos extra bíblicos. Sólo los engañadores, los rebeldes y los cómodos niegan esa realidad.

Por desgracia, Jesús ha quedado muy diluido este tiempo de adviento. Aunque sea una paradoja, es tristemente cierto. Hemos desplazado a Cristo del lugar que merece en nuestros corazones y en nuestra voluntad. Si en tu corazón mandan tus instintos pecaminosos muestras que Jesús no tiene hogar en él. Si caminas por la vida según te dicta tu voluntad recogerás el fruto de lo que siembres. Juan el Bautista puso el estándar de corazón y voluntad a la altura de Jesús. Si no tienes el corazón perfecto de Jesús ni Su voluntad de servir a Dios estás en problemas. Todos estamos en problemas.

Jesús vino para realizar todo aquello que para ti y para mí es imposible: salvarnos con un corazón pecaminoso y una voluntad contraria a Dios. Cristo vino a esta tierra a reconciliarnos con Dios a pesar de que merecemos el mismo rechazo de Dios por nuestros pecados. Jesús murió en una cruz con el fin de pagar nuestras deudas a Dios y tener libre acceso al perdón de Dios por medio del arrepentimiento de pecados y la fe en Jesucristo. ¿Te das cuenta del estado de tu corazón? ¿Notas como tu voluntad es contraria a Dios? Si has captado el mensaje es hora de volverte a Jesús voluntariamente estas navidades.

La Navidad demanda voluntad propia.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 7 de diciembre de 2019

Prepara Tu Navidad I: El Corazón


La esencia de la Navidad ha quedado diluida por un mar de buenos deseos que no se realizan, consumo compulsivo, películas con historias ñoñas, mesas desbordantes de comida y alcohol, calles luminosas con motivos extraños que llevan a las multitudes a cumplir con rituales que no se corresponden en nada con la realidad del meollo navideño. La Navidad en mayúsculas es el Nacimiento de Jesucristo, Dios y Hombre. La Navidad es el primer acto de Dios en la tierra para cumplir con Sus propósitos de justicia, reconciliación y salvación. Es penoso que muchos desconocen la profundidad de lo que se celebra por estas fechas. Viven aletargados por otros mensajes…
E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. (Lucas 1:17)
Juan el Bautista preparó la venida del Señor a Su pueblo, Israel. Por eso es tan necesario, como antaño, hacer lo mismo. Es normal que sigas la corriente del río si nadie te muestra que existe algo mejor. Preparar tu Navidad, en primer lugar, significa reconocer que tienes un corazón rebelde apartado de Dios. Todo tu ser está inclinado a desviarte de Dios y aunque intentes hacer lo bueno en muchas ocasiones (por no decir en todas) fracasas. El orgullo, principio de todos nuestros males, acaba ganando la batalla. El pecado está en el centro de tu corazón y contamina cada actividad que realizas.

Juan el Bautista fue el vocero que anunció la obra que Jesús venía a realizar: cambiar a las personas de su rebelde corazón. Este tiempo es muy especial para examinarte y ver si tu corazón es rebelde y dista mucho de los parámetros divinos. Tómate un tiempo de reflexión en el cual analices tu vida y lo que sale de tu corazón. Recuerda: Jesús vino a cambiar tu corazón pecaminoso en algo bello. Deshazte de las bullas pseudo navideñas, toma el control y piensa en lo que acabas de leer. Te prometo que no perderás tu tiempo.

La Navidad demanda un nuevo corazón.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 30 de noviembre de 2019

Tu Talón de Aquiles


Todos tenemos nuestro talón de Aquiles y como ejemplos hay un buen ramillete de personajes relevantes en la historia que confirman el hecho. Está semana estoy inmerso en la lectura del libro "El talón de Aquiles: Los aspectos más oscuros de la condición humana a través de la historia", del historiador, entre otras disciplinas, Dr. César Vidal. Al igual que Aquiles tuvo su punto flaco, que lo llevó nada más y nada menos que a la muerte, el endiosamiento de Calígula, la intransigencia religiosa de Felipe  II, el alcoholismo de Edgar Allan Poe, la homosexualidad de Oscar Wilde o el odio por el ser humano de Lenin, los llevaron al fracaso personal y de su entorno.


¿Cuál es tu talón de Aquiles? ¿Qué te hará fracasar si no lo sueltas? Es más, ¿reconoces que tienes un defecto, una lacra que te impide el éxito? Los personajes arriba mencionados no se percataron de su propia debilidad por ambición, orgullo o insensibilidad. ¿Padeces tú de esos narcotizantes que te impiden ver tu realidad? En la Biblia el talón de Aquiles es el pecado. De hecho, lo que nos hace fracasar es el pecado en sus muchas formas de hacerse visible. De entre los personajes citados en el libro se halla el escritor ruso Fiodor Dostoievski cuyo talón de Aquiles era el juego. Era lo que hoy en día catalogamos como un ludópata. Su vida estuvo a punto de arruinarse de no ser por el encuentro que tuvo con Jesucristo.


El talón de Aquiles de Jesús fue el pecado. Nuestro pecado. Él no pecó jamás. Cristo entregó Su vida en una cruz para librar a la humanidad de su talón de Aquiles, el pecado. El pecado es lo que produce la muerte de cada uno de nosotros y la muerte no es otra cosa que vivir eternamente separados de Dios. El merecido castigo no recayó sobre nosotros sino sobre Jesucristo. Hoy, al igual que Dostoievski, puedes librarte de tu talón de Aquiles si te arrepientes de tus pecados y pones tu fe en Jesucristo como Salvador, el que te libra de la muerte y del infierno, y como Señor, el que gobierna con autoridad sobre tu nueva vida.

Tu debilidad te mata.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 23 de noviembre de 2019

Tejemanejes


Creo no equivocarme al pensar que todas las personas desean fervientemente vivir en paz, libres, saludables y con sus necesidades cubiertas. Por desgracia, anhelar pasar nuestros días en ese estado de gracia es imposible en medio de tantos tejemanejes, o lo que es lo mismo, los medios poco claros o sospechosos que utilizan las personas para conseguir algo, según la RAE. La humanidad tiende a la insatisfacción y al hartazgo. Esas dos características hacen que siempre se busque remedio a cualquier precio. La expresión más somera de esa búsqueda podría ser la “mentira piadosa” y la más agresiva el asesinato. ¿Quién no ha “mentido piadosamente” para conseguir su objetivo? ¿Cuántos casos en la historia mundial o nacional se conocen de asesinatos por conseguir el poder?

Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. (Génesis 50:20)

Los tejemanejes de los hermanos de José lo llevaron como esclavo a Egipto. Conspiraron contra él hasta que consiguieron su objetivo y fueron tan crueles y cínicos que montaron toda una escena teatral para engañar a su decrépito padre, haciéndole creer que una alimaña había acabado con la vida de su amado hijo. El odio hace imposible una vida de ensueño. Si entre hermanos hay tejemanejes, ¿cuánto más entre amigos, allegados o desconocidos? ¿Qué decir de la patética, interesada y maloliente política de nuestros días? Como dirían Tip y Coll: “Mañana hablaremos del gobierno”.


Dios hizo realidad lo de “no hay mal que por bien no venga”, transformando el tejemaneje maligno que sufrió José en un bien para muchos. La vida de José se asemeja en muchos aspectos a la de Jesús. Cuando Satanás, los religiosos y el pueblo pensaron que le habían dado muerte, Dios llevó a cabo el mayor plan de salvación de la historia entre tanto tejemaneje malvado. En la cruz Jesucristo venció al pecado y a la muerte que nos separaba de Dios. Hoy las puertas del cielo están abiertas para todos aquellos que confían en Cristo arrepintiéndose de sus pecados y caminando de acuerdo al Maestro. En Él no hay tejemanejes, dobleces ni oscuridad porque cumple Sus promesas a rajatabla.

Jesús es la Verdad.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 16 de noviembre de 2019

Mentirosos Descarados


La mentira campa a sus anchas de forma descarada. Da igual el estrato social, todos mienten. Se miente para salvaguardar la imagen. Se miente para quitarse la responsabilidad de encima. Se miente para quedar bien. Se miente para lograr los propósitos en mente. En fin, se miente para que el ego engorde. La mentira es el mayor de los pecados de la humanidad. De ella emanan todos los demás. Engañar y auto engañarse es el pan nuestro de cada día cuando se trata de relaciones humanas interesadas y ruines. Si es triste y humillante que se mientan entre sí los ciudadanos de a pie, ¡cuánto más los que nos presiden y gobiernan! El pecado existe y se manifiesta por medio de la mentira.
El SEÑOR detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad. (Proverbios 12:22)
Dios, que es el SEÑOR, es decir, el que manda, odia a la persona que miente. Sí, aborrece al que usa su lengua para mentir. Por el contrario, Dios se complace con los veraces. ¿Has mentido alguna vez? Por supuesto. Entonces no eres libre de culpa. Al igual que los políticos mentirosos que nos presiden hoy engañando a sus electores, tú estás en serios problemas con Dios, el SEÑOR. Dios condena a cada uno de los que mienten: a ti, a mí y a los políticos. La mentira es suficiente demostración para ser condenados ante el tribunal divino. Aquí nos podremos ir de rositas pero ante Dios, no. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí (Romanos 14:12), nos advierte el apóstol Pablo.

Aún hay tiempo para escapar del juicio condenatorio de Dios. Para ello caminó LA VERDAD entre nosotros, JESÚS. Él pagó en una cruz por cada una de las mentiras de la humanidad, tanto las pasadas, presentes y futuras. Todo ha quedado saldado gracias a Su muerte y resurrección. Dios ha recibido con satisfacción el sacrificio de Su Hijo y ahora tenemos vía libre para librarnos de la condenación eterna. Tus mentiras han sido perdonadas y sólo has de acercarte a Jesucristo arrepentido de tus pecados y te acogerás a Su plan de salvación, el único que puede salvarte. Pon tu fe (confianza) en Jesús, los demás te intentarán mentir.

La VERDAD está a tu alcance.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 9 de noviembre de 2019

Sinéad O'Connor y Jesús


La cantante Sinéad O'Connor decayó después de romper una foto del Papa en un programa televisivo. Su gran error fue denunciar lo que ella consideraba como el principio de todos los males, la Iglesia Católica Romana. Quedó claro, una vez más en la historia humana, que oponerse a los poderes establecidos trae la ruina a quienes, como O'Connor, alzan la voz contra esos poderes fácticos. El problema para ella radicó en lo inoportuno de la denuncia al catolicismo romano pues  en esa etapa se estaban fraguando las aberraciones sexuales de sacerdotes católicos en las sombras. Sinéad O'Connor fue una adelantada a su tiempo “profetizando” lo que más tarde se descubrió como otra abominación más del catolicismo romano: la pederastia de sus sacerdotes. En resumen, Sinéad O'Connor fue linchada y relegada al olvido por su denuncia real contra el Papa.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. (Mateo 23:27)
Jesús recibió el mismo trato de los religiosos de Su época. Su crimen: denunciar su hipocresía. De cara a la galería se mostraban inmaculados pero en realidad estaban podridos. Pedían a los demás integridad cuando ellos no lo eran. Y Jesucristo sacó a la luz sus contradicciones personales y religiosas. Cristo vino a decirles algo así como: “Vuestra religión os lleva al infierno y arrastráis a otros al mismo destino”. No nos debe extrañar que igual que Sinéad O'Connor, Jesús fuese desacreditado hasta el punto de llevarlo a sufrir la muerte más vergonzosa y vil de la época, la cruz.

Ahora bien, Jesús no fue un mártir religioso, social o político. Dicho de otra forma, Jesús no fue vencido por los religiosos, la sociedad o la política de Su tiempo. ¡Jesús venció a la religión, a la sociedad y a la política! Él venció porque Sus miras no estaban puestas en agradar a sus contemporáneos sino en la misión que debía llevar a cabo: la salvación de la humanidad de sus pecados. Jesús murió en una cruz por decisión propia para salvarnos de la religión, la sociedad y la política que intentan subyugarnos hasta el punto de hacernos desaparecer. Cada uno de nosotros es importante para Dios y la demostración de ello es el amor demostrado cuando Jesucristo vino a rescatarnos pagando el precio por nuestros pecados. Querido lector, es tiempo de salir de la religión que te aplasta, de la sociedad que te minimiza y de la política que te esclaviza porque Jesús te ama y ha dado Su preciosa vida por ti. Sólo arrepiéntete de tus pecados, cree en Él y serás eternamente salvo.

Rompe tus ataduras.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 2 de noviembre de 2019

Mentirosos por Herencia


Una verdad a medias es una mentira. En mis años de EGB se nos inoculaba la siguiente mentira marxista: “La lucha de clases es lo que mueve la historia”. Yo, en mi ignorancia juvenil, lo veía muy lógico: “Yo, que soy de la clase trabajadora, aspiro a la clase rica, los que no trabajan y se lo pasan chachi”. Puede que las aspiraciones del ser humano a mejorar muevan la historia pero lo que Marx vendía era pura envidia venenosa para enfrentar a todos. Una verdad a medias, sigue siendo una mentira. Los políticos siguen las mismas prácticas mentirosas tapando, tergiversando y negando verdades como puños. Por desgracia, España está nutrida de estos mentirosos de la historia para escalar los peldaños lucrativos del poder.
No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. (Génesis 3:4-5)
La primera cuestión que la humanidad, representada en Adán y Eva, aprendió es a mentir. Para ello contaron con el mejor maestro del universo: Satanás disfrazado, como no podía ser de otra forma. Según lo califica la Biblia Satanás es el padre de la mentira (Juan 8:44), es decir, el que la inventó. Al momento que creyeron su media verdad, pecaron y perdieron su amistad íntima con Dios. ¿Qué creyeron? Que serían como Dios. Esa y no otra es la mentira que sigue creyendo la humanidad. Nos esforzamos para que otros nos adoren, siguiéndonos. Anhelamos el poder para el bien propio, peleando por alcanzar la divinidad, pero una vez más caemos en la cuenta de que la mentira se ha cebado en nuestras limitadas vidas. Satanás se ha reído otra vez de los que quieren ser como Dios.

De Satanás hemos heredado la mentira por eso Jesús, el Hijo de Dios, se nos presenta como LA VERDAD. “…y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres… Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. (Juan 8:32, 36). La Verdad es excluyente, por consiguiente, sólo hay una Verdad, lo demás son mentiras por muy bonitas que se maquillen. LA ÚNICA VERDAD ES JESUCRISTO. Lo demás son patrañas. El costo de nuestra herencia mentirosa lo pagó Jesús en una cruz porque únicamente Él es la Verdad. Cree en Él y desconfía de los cantos de sirenas que te intentan seducir llevándote al mismo infierno, donde la esperanza ya está perdida. Ahora es el momento de abrirse a la Verdad y desechar la mentira de los hombres. Arrepiéntete de tus mentiras, cree en Cristo y serás salvo eternamente.

Hereda la Verdad: JESUCRISTO.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 26 de octubre de 2019

Un Muerto Muriendo


El 31 de octubre de hace unos años, mientras caminaba del trabajo a casa, recibí un escupitajo de un joven que pasó por mi lado. Lo cierto es que presentí que me iba a hacer alguna broma cuando lo vi unos metros antes. Salió corriendo como lo hacen los cobardes que saben que han hecho mal. Al pobre muchacho le serví de burla y la bravuconada hizo que quedara como un héroe ante su acompañante. En esto deriva Halloween. Todo el que se ríe de la muerte no tiene respeto por la vida, es más, todo el que reverencia a los muertos no tiene amor por los vivos. Al fin y al cabo Halloween es la fiesta que rinde culto a los muertos. Eso hacen todos los que, como marionetas, se divierten “besando” a la muerte.
Los muertos no pueden cantar alabanzas al SEÑOR porque han entrado en el silencio de la tumba. (Salmos 115:17)
En la tumba todo acaba. La riqueza, la pobreza, la etnia, y la alcurnia son dejadas atrás. Por lo tanto, la muerte no es una fiesta sino una pérdida. No me extraña que la mayoría apure sus días de fiesta en fiesta, intentando ser aplaudido o admirado. Todo ello morirá en la tumba. Tú y yo moriremos y nadie podrá impedirlo. ¿Quién celebra la pérdida? Por desgracia todos aquellos que coquetean con la muerte. ¡Qué triste! Los muertos no pueden alabar a Dios porque han perdido esa capacidad. Tú que tienes aún esa capacidad, ¿alabas a Dios?, o, por el contrario, ¿aunque vives estás muerto?

La Biblia describe al hombre sin Dios como muerto. No percibe nada del mundo espiritual, no teme la muerte y relincha contra Dios, afrentándole. ¿Eres tú así? Halloween es otra oportunidad de quitarte la máscara mostrando la real: aunque vives, estás muerto respecto a Dios. La genuina máscara es el pecado. Esa es nuestra realidad por la cual morimos. Ese es el castigo merecido por habernos reído de Dios. El hombre está podrido de la cabeza a los pies, la Biblia lo afirma, y únicamente hay una salida: LA FE EN JESUCRISTO. Él venció a la muerte en una cruz resucitando de entre los muertos. Él dio Su vida en lugar de nosotros en pago por nuestros pecados y la volvió a tomar para certificar esta verdad eterna. Si quieres librarte de la escalofriante separación eterna de Dios, lugar donde no se le puede adorar con canciones, es decir, el infierno, no te queda más remedio que arrepentirte de tus pecados ante Dios y poner la fe en Jesucristo. De lo contrario seguirás siendo un muerto muriendo en lugar de un muerto vivificándose.

Celebra la vida en Cristo.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 19 de octubre de 2019

Sólo en Jesucristo


El cristiano está llamado a exaltar a Jesucristo. Poner en lo más alto a Jesús es nuestro cometido más excelso. Somos como vallas publicitarias a la vista de los transeúntes, puestas en alto para anunciar la salvación de Dios. Ser voceros de las calamidades de esta sociedad es una de las mejores armas para seguir proclamando la necesidad de Cristo en cada vida. Esas calamidades hacen que el mensaje de Jesucristo sea más claro y evidente. Él predicó la necesidad del arrepentimiento de nuestros pecados y de volvernos a Dios con fe. Sólo los ciegos no lo ven… y hay muchos. Tú, quizá, seas uno.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4:12)
“… ningún otro…”, “… no hay otro…”. Contra el relativismo social, absolutismo cristiano. ¡Sólo en Jesucristo hay salvación! El texto citado no deja lugar a la duda: ¡Sólo Jesús puede salvarnos! No busques en la política, en la solidaridad, en el cambio climático y en lo bueno que eres. Nada de eso te librará de lo que te separa de Jesucristo y Su salvación: ¡El pecado! Todo aquello para lo cual Dios no te creó, a lo cual vives aferrado, es tu pecado y necesita del perdón divino. Querido amigo, si no corriges el rumbo tu barco se irá a la deriva. El infierno te espera.

“… dado a los hombres…”. ¡Jesús es tuyo! El que es el dador de la única salvación posible es un regalo llegado desde el cielo para ti. Lo tomas o lo dejas. No hay camino intermedio. No hay medias tintas. Jesús es un regalo tan valioso que desecharlo trae consecuencias horrendas. En cambio, si recibes a Jesús como Salvador y Señor de tu vida serás eternamente salvo, es decir, tu vida será eterna y serás llamado hijo de Dios con plenos derechos. Jesús fue dado a ti y a mí para pagar la deuda del pecado que teníamos con Dios. Él pagó por ellos en una cruz para salvarnos y reconciliarnos con Su Padre. Recuerda: Dios te ha regalado a Jesús. Es toda una responsabilidad.

¡Jesús. Jesús, Jesús!

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 12 de octubre de 2019

Defiende la Paz


La paz es el tesoro humano más anhelado por los habitantes de este planeta. Sin la paz interior las riquezas no son nada, los títulos son vanos, la posición social es un lastre y la libertad inútil. Si quieres la paz, prepara la guerra es el sabio consejo legado por el imperio romano. Si deseas paz haz lo posible por salvaguardarla. ¡Es tu activo más preciado! La falta de paz te roba la vida ennegreciéndola, dejándola sin sabor y carente de motivación. Diariamente podemos observar a personas que no tienen paz. Aparentemente algunas se nos muestran felices, y otras no pueden disimular un rictus de tristeza. De todas formas, un halo de “no paz” los acompaña.
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. (Juan 14:27)
La paz que ofrece la sociedad es quebradiza, muy quebradiza, por eso Jesús tranquiliza a Sus discípulos asegurándoles que Su paz nada tiene que ver con la paz del mundo. La paz del mundo carece de sustancia, solidez o consistencia. Es como humo que se desvanece, agua entre las manos que se escurre o una cerilla encendida que se apaga rápido. La paz que brinda Jesucristo a aquellos que confían en Él va más allá de las circunstancias de la vida, sean éstas buenas o malas, supera la barrera de las relaciones humanas inconstantes y deja atrás la mentira de un mundo mejor por el esfuerzo humano. ¡La paz cristiana es Jesús! Él es consistente, consecuente y persistente. Resumiendo: ¡Él es firme! Lo que promete lo cumple.

La paz de Jesús no es para todos. La paz de Jesús no es una baratija. A Él le costó la vida para poder ofrecerla a Sus amigos. La cruz que padeció es el lugar de paz más grande del universo para el cristiano y para el incrédulo una terrible bofetada (no es de extrañar que la quieran desterrar de nuestra tierra por medio de derribar la Cruz del Valle de los Caídos). En la cruz Jesús defendió la paz, la paz de aquellos que por medio de la fe, le siguen. Querido lector, si quieres la paz de Cristo no te queda más remedio que pasarte a Sus filas. Arrepiéntete de tus pecados, pon tu fe en Él y comenzarás a experimentar Su paz, o lo que es lo mismo, lo experimentarás a Él.

¡No más tristeza ni miedo!

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 5 de octubre de 2019

Aceptación Sin Méritos


Una cuestión fundamental separa al Cristianismo de las diversas religiones que deambulan por el mundo. Mientras que las distintas religiones requieren de méritos propios para ser aceptados, el Cristianismo es aceptación sin méritos propios, como explica a grandes rasgos el profesor de la Universidad de Oxford, John Lennox, en una conferencia en el Ateneo de Madrid. Nos han vendido la película que nos cuenta que para ser aceptados por Dios necesitamos merecerlo, y eso es una mentira burda. Si la salvación se gana por nuestros méritos ¿para qué narices Dios se humanó en Jesucristo y pagó en una cruz por nuestros pecados?
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8-9)
Si  Dios necesita intervenir a favor de nosotros es simple y sencillamente porque nuestros méritos no alcanzan el estándar de Dios para ser suficiente aval a la hora de ser perdonados por los pecados cometidos contra Él y resolver la deuda que tenemos pendiente con Su Justicia. Dios necesita enviarse a sí mismo en Cristo para posibilitar el perdón de nuestros pecados y la reconciliación con Dios sin nuestra intervención, pues carecemos de capacidad para salvarnos a nosotros mismos. La salvación es un regalo que no merecemos (gracia) y nuestras buenas obras para tal fin nos harían pensar que somos buenos, y no lo somos, por lo menos no como Jesús lo fue, que cumplió con todos los estándares de Dios sobradamente.

Querido amigo, el ofrecimiento de salvación de Dios por los méritos de Jesucristo no es, ni de lejos, como un anuncio publicitario que al rechazar la oferta no tiene consecuencias dramáticas. Rechazar a Cristo es confirmar que nuestro lugar de destino eterno será el infierno. ¡Huye! Te va la vida en ello. ¡Tiembla! Los horrores de ese lugar son indescriptibles. Sólo tienes esta vida para confiar (fe) en que los méritos del sacrificio de Jesús en la cruz por ti son suficientes para librarte del infierno que supone la separación eterna de Dios, Su amor, Su misericordia y Su gracia, Arrepiéntete de tus pecados ante Dios y comienza tu vida con Jesús que te acepta por Sus méritos y no por los tuyos. 

¡Qué descanso! No es por ti ni por mí, es por Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 28 de septiembre de 2019

El Más Difícil Todavía


En una época saturada de ciencia, Dios nos exige el más difícil todavía: FE. Al contrario de lo que se piensa de forma generalizada la fe cristiana no es confianza a ciegas. La fe que Dios espera de aquellos que se acercan a Él tiene una base sólida en la historia, la ciencia y la experiencia personal de cada uno de los creyentes. Llama la atención que los tan aplaudidos griegos no sólo se sustentaban en la física sino que además consideraban muy seriamente la metafísica, es decir, iban más allá de la física. Ellos reconocían que una ciencia sin alma y espiritualidad carecía de vida.
En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. (Hebreos 11:6)
El hombre no puede ganar a Dios por medio de sus conocimientos científicos. Dios es el Creador y, por consiguiente, conoce todos, ¡TODOS!, los secretos de la creación. Tú y yo, no. La soberbia del ser humano lo hace afrentar a Dios descaradamente al ponerlo en tela de juicio con su pequeño conocimiento, muchas veces erróneo, del medio que le rodea y de Dios mismo.

Hay dos conocimientos que basan la fe: creer en la existencia de Dios y que Él recompensa a los que desean hallarlo. Por un lado, el conocimiento de Dios es el más alto nivel de sabiduría que una persona puede obtener en esta vida y en la eternidad. Por otro lado, Dios otorga el mayor beneficio a todos los que le buscan porque hallan la salvación en Cristo. Por lo tanto, la fe es creer en Dios y experimentar su salvación. La ciencia es creer en el hombre y experimentar sus contradicciones. Querido lector, elige la inamovible verdad de la fe en Dios y escapa de la inestabilidad de criterio de la ciencia humana. Todo esto acabará pero las promesas de Jesucristo para los que tienen fe en Él son eternas. La muerte de Jesús, Su resurrección y la Biblia dan fiel testimonio de ello.

Menos ciencia y más fe.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 21 de septiembre de 2019

Jesús, Piedra de Tropiezo


El mundo se divide en dos facciones: los que creen en Jesús y los que no creen en Jesús. Ese es el tema crucial y más importante para cada individuo y sociedad. Decir que los problemas se resuelven con políticas de derecha, izquierda o centro, con la educación, resolviendo el cambio climático, etc., es una falacia que ha demostrado el devenir de la historia. Lo que el ser humano necesita no lo puede ofrecer, por mucho que se esfuerce, el propio ser humano… pero se sigue tropezando en la misma piedra…

Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. (1 Pedro 2:7-8)

Aquí se saca a la luz los dos tipos de personas: los que creen tratan a Jesús dándole el valor que sólo Él merece, si algo o alguien es precioso para ti lo cuidas, lo mimas, lo respetas, lo tienes en cuenta… y los que no creen a Jesús, los desobedientes. Para ellos Jesús se transforma en una piedra en el camino que los hace tropezar y caer una y otra vez por su terca desobediencia. Es importante notar que la desobediencia no es por desconocimiento sino voluntaria y acarrea consecuencias: “…a lo cual fueron también destinados”, o como traduce otra versión: “…y por eso se enfrentan con el destino que les fue preparado”.

El destino preparado para los desobedientes a la Palabra de Dios es enfrentarse ante Jesús cuando mueran. Allí tendrán que explicar (si pueden) por qué no creyeron en Jesús y sí en ellos mismos, en religiones, en causas varias, en la ciencia o cualquier otra forma que los apartaba de Jesús. Querido lector, no hagas eso con tu vida. Elige obedecer la Palabra de Dios y Jesús pasará de ser piedra de tropiezo a tu más precioso tesoro. Él te amó de tal forma que se sacrificó en una cruz por ti pagando por tus pecados al Padre. Ya todo está resuelto, el camino libre y puedes acercarte a Dios con plena confianza de no ser rechazado. Cree en Jesús y no seas desobediente.

Jesús, sólo Jesús, salva.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 14 de septiembre de 2019

Ovejas Entre Lobos


Los lobos trabajan en manada pues realmente son cobardes. Se ceban de su presa, no porque haya sido una incauta, sino por el poder de la masa. No es de extrañar que en tribus ancestrales el poder del colectivo derive en el deterioro físico o el suicidio del maldecido por el chamán. En la actualidad lo llamamos mobbing, si es en el trabajo o bullying, si se produce en la escuela. Habida cuenta de ello dan los medios de comunicación. De una forma o de otra todos hemos sufrido poco o mucho de la presión del grupo. Ser bajitos, gorditos, gafitas, pecositos, tartamuditos u otros “defectos” a los ojos de los “normales” han supuesto verdaderos calvarios.
He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. (Mateo 10:16)
Jesús, el buen pastor, hace algo inusual e irresponsable para el rol protector del pastor: ¡manda a Sus ovejas a ser devoradas por lobos! Sólo les ayuda con dos consejos: prudencia y sencillez. El ejemplo han de tomarlo de la escurridiza serpiente y la inofensiva paloma. Esto no quiere decir que el cristiano es un cobarde o que no preserve su fe. Lo que Jesús trata de enseñarnos es a ser sabios conociendo las intenciones del corazón y defendiendo nuestra fe con amor y paciencia. Jesús conoce el corazón de todos aquellos que no le aman e instruye a Sus hijos para que no pierdan de vista esa verdad. Jesús no fue un cobarde y acabó amorosamente Su obra aunque anduvo entre lobos, por lo tanto, el cristiano no debe ser cobarde y finalizar su obra.

Querido lector, ser cristiano es vivir en el punto de mira de lobos que acechan en busca del más mínimo indicio de fragilidad para atacar y destruir en manada. Así lo hicieron con Jesucristo y lo siguen haciendo. Al que vino a morir por ellos y al que los amó pagando por sus pecados, lo mataron. No lo masacraron por descuido del Señor, Él vino a dar Su vida conscientemente. Lo mataron traicioneramente porque no tenían argumentos para tal fechoría. Para confusión de ellos, Jesús resucitó en cumplimiento de las profecías y de la voluntad de Dios dejando el camino libre para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3.16).

No nos moverán.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 7 de septiembre de 2019

La Verdad Es Una

La verdad se ha convertido en una cuestión de calado personal. Es decir, mi verdad es la verdad verdadera. La razón es que el carácter, las inclinaciones, experiencias y los intereses personales construyen la verdad de cada individuo. Por lo tanto, la verdad es algo interno de cada quien y se rechaza, de forma generalizada, las otras verdades que vienen de afuera. Así se crean los grupos de interés que transitan por la sociedad, llámense religiones, lobbies, ONGs, etc. Cada una de estas entidades carga las tintas en un punto y lo presentan como una cuestión quasi apocalíptica. Ejemplo de ello son el Islam a nivel religioso, presentando un mundo que debe ser exterminado para que su estatus impere; los diferentes lobbies que exprimen a las naciones en pro de que sus ideales sean llevados a la práctica pese a quien pese y cueste lo que cueste, mientras los paguemos los demás; ONGs que trabajan a dos bandos, por un lado haciendo el juego a los políticos de turno y por el otro, cobrando de las mafias que trafican con personas. En fin, sé que hay mucha buena intención que se va por la letrina.
En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía. (Jueces 21:25)
No me canso de usar el anterior texto del libro de los Jueces porque refleja fielmente el espíritu del tiempo que estamos viviendo. Es que la verdad solamente puede ser una y a partir de ella elaborar los pensamientos, razonamientos y acciones. La única verdad que se extrae de este maremágnum ideológico es que todo es relativo porque carecemos de fundamentos sociales y morales. “En el mundo no había ley; cada uno hacía lo que le daba la gana”, sería la expresión que describe la situación social y moral de hoy. No es que no haya ley, es que nos falta obedecerla, diría el juez Calatayud. Pero vencen las tendencias e inclinaciones personales.

Contra el relativismo humano, el absolutismo divino (aquí es cuando me crucifican). Dios nos creó y sabe perfectamente nuestras necesidades sociales y morales. En Dios está la VERDAD mayúscula que está sociedad rechaza en pro de su relativismo a la carta. Más concretamente, la VERDAD no es un concepto, es JESUCRISTO. Si quieres encontrar la VERDAD tendrás que creer a JESUCRISTO. Él vino a llamar a todos aquellos que no encuentran satisfacción en este mundo (si tú estás satisfecho has perdido el tiempo leyendo esto) y han escuchado Su voz, han creído en Su obra en la cruz a favor de ellos y LE OBEDECEN sin cuestionar Sus razonamientos con relativismos humanos. Sí, la VERDAD es una:

¡JESUCRISTO!

¡QUE DIOS TE BENDIGA!