sábado, 28 de septiembre de 2013

La Red

El ciberespacio, es decir, lo que conocemos como internet, se ha convertido en una gran red que pesca y captura todo lo que se pone bajo su influencia. Todos son bienvenidos. Con esto quiero decir TODOS. Antes se decía que todo estaba en los libros y hoy hay que decir que todo está en internet. Todo lo bueno y todo lo malo, ya que cualquiera puede colgar sus buenas y malas ideas. Creo que todos sabemos de qué estoy escribiendo.


Una red es algo que atrapa a todos sin distinción y en este sentido internet carece, a primera vista, de “racismo”. Pero sí, a Dios gracias, hay algún que otro órgano que vela por la integridad en la información y la ética. Véase la persecución y cierre de páginas con fines piratas y pederastas. Estas páginas son desechadas y perseguidas al punto de que algunos han dado con sus huesos en la cárcel.


La Biblia también nos habla de una red. En esta red son capturados todos los que entran en su radio de acción para después desechar a todo lo malo que ha entrado y quedarse con todo lo bueno.

Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. (Mateo 13:47-50)


Jesús compara el Reino de los Cielos con una red. Esta red es echada al mar, que metafóricamente es la humanidad, y pesca toda clase de personas. Cuando acaba la pesca con red, la llevan a un lugar donde poder analizar lo que han pescado y lo aprovechable lo apartan de lo que no vale. Tiran fuera lo malo para que no pueda contaminar a lo bueno. Según el texto que hemos leído así será el fin de la humanidad: los ángeles harán su labor de limpieza, que consiste en separar a los malos de los justos, lanzando a los malos al infierno, donde ya no habrá esperanza de salvación posible pues la pesca habrá cesado.


Llama la atención que en última instancia a los buenos realmente se les llama justos en oposición a los malos. Esto nos lleva a pensar en lo que realmente es un justo y que no tiene nada que ver con ser bueno. ¿Qué es un justo según el mensaje bíblico? Veamos primero que dice la Biblia.

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 5:1) 
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. (Romanos 5:9)


Los textos nos hablan de paz y de salvación. Paz con Dios por medio de Jesús y salvación de la ira de Dios. Ser justificados, es decir, ser proclamados justos, es el acto divino por el cual adquirimos paz con Dios y somos salvos de la condenación eterna. Esto no tiene nada que ver, como apunté antes, con ser bueno. La justificación bíblica es un acto penal que hace justo al que no lo es porque Jesucristo pagó la deuda o el delito del injusto.


Los malos son todos aquellos que aun entrando en la red, no han abrazado la fe en el sacrificio de Cristo en la Cruz. Los malos son aquellos que por no haber creído están bajo el juicio condenatorio de Dios por sus pecados, entre ellos la incredulidad, que es el pecado que no tiene perdón. Si quieres ser salvo has de creer, y creer en Cristo. Por esto es normal que haya una criba que deseche a los malos. Los malos siguen en su estatus de malos porque no han creído y, por lo tanto no se han arrepentido de sus pecados. Resumiendo: si no has creído en Jesús y no te has arrepentido de tus pecados, serás contado entre los malos.


Al leer esta entrada has caído en la red, pues te he dado a conocer el mensaje del evangelio. Ya no tienes excusa (antes tampoco la tenías por las evidencias de la Creación) ante Dios, el día que estés ante Él. Ya no podrás decirle “es que no sabía que querías salvarme” y otras defensas por el estilo. Lo explico de nuevo: Jesús vivo a salvarte de la condenación eterna en el infierno, a causa de tu pecado y por la fe puesta en que Jesús es el Único que puede salvarte de la ira de Dios, Él te da paz con Dios y salvación eterna. Si rechazas a Jesús sigues condenado a pasar la eternidad en el infierno.


¿Serás contado entre los justos o entre los malos el día que Dios limpie las redes? ¿Dónde quieres pasar la eternidad en la cesta de los justos o en la de los malos? ¿Cielo o infierno?

Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio, también Cristo fue ofrecido en sacrificio una sola vez para quitar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, ya no para cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan. (Hebreos 9:27-28)

Querido lector, la muerte es ineludible. Tú y yo moriremos un día que solo Dios sabe. Después que mueras serás enjuiciado por el mismo Dios. ¿Veredicto? Justo o malo dependiendo de lo que hayas hecho con el ofrecimiento de salvación de Dios en Su Hijo Jesús. Que Dios te ayude a decidir sabiamente. Me encantaría poder tener otro hermano en el Cielo como tú, pescado en la misma red celestial.

Has caído en la red.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 21 de septiembre de 2013

Pensamientos Cambiantes

Al estudiar la historia del pensamiento humano, no queda más remedio que darse cuenta de lo cambiante que resulta. En unas épocas tempranas no había dudas de la existencia del Dios que la Biblia presenta, de ciertas normas morales y de conducta, en fin, de lo que era bueno y de lo que era malo. Estos conceptos y normas de vida y convivencia fueron cambiando con el trascurso de los años y los acontecimientos históricos y científicos. En vez de acercarnos a Dios y Su Ley, nos fueron alejando progresivamente. Es que es obvio que los pensamientos son cambiantes.


Lo paradójico es que todo a nuestro alrededor no cambia, excepto por la manipulación que ejercemos sobre algunas cosas. La Creación sigue su ciclo y las estaciones se suceden al mismo ritmo debido a los movimientos gravitacionales constantes, la Tierra sigue dando sus frutos a su tiempo, el sol sigue calentando nuestros huesos, la luna no ha dejado de mirarnos, la Vía Láctea sigue siendo el hogar que nos protege de posibles peligros estelares, las leyes universales no cambian y habría mucho más que contar de la estabilidad del universo y su inmutable naturaleza. Esto hace que sea posible la preservación en nuestro planeta azul.


Nosotros sí cambiamos e intentamos cambiarlo todo. No estoy en contra del progreso si este no atenta contra Dios y Su Creación. La ciencia verdadera nos ha beneficiado mucho, el avance en el conocimiento es muy necesario, conocer el entorno en el que vivimos es prioritario para muchos aspectos de nuestra calidad de vida, etc. Todo eso es lícito y bueno. El problema radica cuando ese conocimiento nos aleja de Dios. El ser humano no haya su felicidad en los logros científico-tecnológicos sino en sus relaciones con sus iguales y con el mismo Dios. Somos seres eminentemente relacionales porque el Creador es un Ser relacional.


Hemos pasado de creer en ese Dios, a rechazarlo por completo, y de esta forma volvemos a demostrar que somos nosotros los que cambiamos, y que Dios es inmutable. El rechazo de la Biblia es evidente y cualquier excusa es válida para desautorizarla. La Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo sobre la Tierra, ha pasado de ser el centro de progreso al opio del pueblo, según Marx.


¿Si los seres humanos somos volátiles y cambiantes quién establece lo bueno y lo correcto? ¿Somos nosotros la medida del bien y del mal? Los hechos históricos demuestran a todos los niveles que aunque podamos hacer actos plausibles de bondad, que muestran que aún sigue estando en nosotros la imagen que Dios puso de Él, los actos de maldad superan nuestras bondades. Asómate a cualquier telediario, prensa, lee algún libro de historia o simplemente abre los ojos. Si nosotros somos la medida por la cual guiarnos estamos perdidos. Es como si dejásemos a un bebé al borde de un precipicio. Su concepto del peligro no está desarrollado y sus padres no están para protegerle. El suceso lógico será que el bebé se precipite al vacío.


¿Nos gusta confiar en alguien que cambia más que el tiempo? Después de todo somos desconfiados por naturaleza y esto es una característica que muchas veces nos protege de riesgos innecesarios. La Biblia, que no ha cambiado durante la historia, nos dice lo siguiente.

Así dice el SEÑOR: «¡Maldito el hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza y aparta su corazón del SEÑOR! (Jeremías 17:5)


Si confiamos en que en nosotros está la respuesta, que nuestra fuerza es suficiente y, por consiguiente, no necesitamos a Dios, estamos acarreándonos el mal. Esto se demuestra en las consecuencias adversas de una sociedad que no cuenta con Dios. En ella vivimos y nos movemos y ejemplo de ello es la corrupción a todos los niveles que nos trae la pobreza, el hambre, la crisis, los separatismos llámense estos divorcios entre personas o divorcios estatales…

Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo? (Salmos 11:3)


La época relativista que nos ha tocado vivir es la consecuencia del alejamiento de los fundamentos de una sociedad cristiana a una sociedad eminentemente atea. De un polo nos hemos pasado al opuesto y hoy todo vale con tal de que me convenga, aunque al de al lado no le guste. Quien piense que el hombre no cambia está un poco ciego. El relativismo ha traído absolutismos macabros.


La buena noticia es que Dios no ha cambiado ni un ápice respecto a nosotros y que tampoco ha cambiado la Biblia, Su Palabra que es el mensaje por escrito de Dios al hombre. Nosotros somos los que hemos cambiado respecto a Dios y Su Palabra, haciendo de Él un pensamiento abstracto de la conveniencia humana, y hemos rebajado la Biblia a poco menos que un libro de cuentos chinos.


El caso es que el pensamiento del ser humano puede cambiar e ir por donde quiera, pero las consecuencias siguen siendo las mismas. El pecado no se minimiza, nuestra responsabilidad ante Dios y los que nos rodean, tampoco. Lo que labramos aquí segaremos en la eternidad. En el punto contrario tenemos a Dios y Su Palabra que no cambian.


Dios exige un pago por haber pecado, que es la muerte. Morimos porque hemos pecado haciendo lo que nos viene en gana, ya que, de pensar que Dios es el Ser Supremo de todo bien, hemos llegado a pensar que el ser supremo de todo bien somos nosotros. Dios ha provisto para que podamos ser salvos, es decir, tenemos un sustituto que ha pagado la deuda de nuestros pecados al Padre, Jesucristo. Su sacrificio en la cruz fue el pago para que tengamos la oportunidad de escoger entre la salvación y la perdición.

Solo únete al pensamiento invariable de Dios creyendo, arrepintiéndote de tus pecados y aceptando por fe la obra de salvación que Jesús hizo por ti, pagando por tus culpas.

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo el Señor. (Isaías 55:8)

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. (Jeremías 29:11)

Fíate del Señor de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. (Proverbios 3:5)

Ten principios con fundamentos divinos no humanos.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 14 de septiembre de 2013

Yo, No III

La película Elysium nos muestra de manera clara lo que Jesús hizo por la humanidad.  El protagonista, Max, se desconecta de la vida. Da su vida para que el resto de los seres humanos tengan la posibilidad de salvarse. Jesús hizo lo mismo desconectándose, voluntariamente, por unos momentos para que la humanidad al completo, tuviese la oportunidad de salvarse. “Él puede salvarnos a todos” es la frase que se usa para atraer al espectador. Una muestra de la efectividad del reclamo son los casi cien millones de dólares que lleva la película recaudados, desde su estreno en agosto de este año.


Todos tenemos un sentimiento interno que nos lleva a una búsqueda consciente o inconsciente de la salvación. Es por esto que cuando se nos habla de fórmulas para vivir mejor, trascender, ser mejores personas, recibir perdón, tener paz y mucho más, ponemos los cinco sentidos en ello. ¿Elysium responderá alguna de mis dudas? El gran problema es que las pócimas mágicas, con sus fórmulas magistrales, son un invento de Hollywood.


Si quieres ser salvo tienes que arrepentirte de tus pecados y creer en Aquel que se desconectó por ti. Has de creer en Cristo. La película Elysium nos muestra una máquina a modo de escáner que sana a las personas de todas sus enfermedades. El escáner es Cristo y cuando te pones bajo Su influencia te va sanando de la enfermedad del pecado, hasta que un día, en el Cielo, seas perfecto, como Él.


Lois Lane, la amada de Superman, preguntó a Clark Kent, que es Superman de incógnito: “¿Quién necesita un salvador?”. Al final se dio cuenta de cuan necesitados estamos todos de ese Salvador.



Si aún no estás conectado a Cristo, si aún no has creído este es un buen momento para hacerlo. No lo pospongas porque quizá dentro de unos minutos puede ser tarde. Simplemente habla con Dios ahí donde estás. Él te escuchará si vas con arrepentimiento y fe. Pasarás de muerte a vida por el hecho de que te acabas de conectar a Jesús, la Fuente de la Vida.




Me preguntó, ya que nos gustan estas escenas de sacrificio por la humanidad, en las películas de la meca del cine ¿porqué rechazamos la verdadera escena de salvación que protagonizó Cristo? Respuesta: Ver cine es solamente un entretenimiento y ver el sacrificio de Cristo es una responsabilidad a la cual respondemos afirmativamente a negativamente. El caso es que el cine está plagado de escenas que recuerdan el sacrificio de Jesús por salvar a la humanidad. La Biblia es también muestra evidente de estos ejemplos que enseñan muy bien del sacrificio de Cristo. Dicho todo lo anterior, a modo de introducción, continúo con las últimas respuestas al lector secreto.

«Si no es suficiente, vamos con la tercera parte: El juez justo permite y consiente un sacrificio humano. Un sacrificio macabro, sangriento y horrendo por el bien de la humanidad que ha pecado, pero que no ha pecado porque la que pecó fue la tal Eva... »


Tu explicación es una verdad a medias. Lo mismo hizo la serpiente (que es Satanás) en el Huerto del Edén cuando consiguió engañarnos: dijo la verdad a medias (Génesis 3). Si buscas en el diccionario el concepto de “verdad a medias” te dirá que es una mentira. Cierto es que Dios permite un sacrificio humano (Jesús es perfecto hombre) pero además consiente con el sacrificio divino (Jesús es perfecto Dios). Este binomio era indispensable para que la humanidad pudiera ser salva. Jesús perdió sus derechos como ser humano al morir injustamente en una cruz y Jesús perdió sus derechos divinos al encarnarse en un ser humano.

La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. (Filipenses 2:5-11)


Tienes toda la razón en que fue un sacrificio macabro, sangriento y horrendo por el bien de la humanidad que ha pecado y Jesús, como has leído en el texto bíblico, lo hizo voluntariamente. Eva pecó y por esto Cristo vino. Si hubiese tenido que venir solo por ella, lo hubiese hecho, por amor. Recuerda que cada uno de nosotros debemos limpiarnos los dientes si no queremos que la dentera nos haga perderlos al final.



«Esto de los sacrificios humanos viene de antiguo, cuando le pide a Abram que sacrifique a su hijo (otro paripé), cuando permite y consiente el sacrificio de la hija de Jefté por su propio padre (si esto no es mala leche, que venga Dios y lo vea)... ¿De verdad crees en esta clase de dios? YO, NO.»

Abraham:

Magnífica elección. Has dado en la clave de una enseñanza que Dios nos reveló por medio de la incongruente, a primera vista, situación en que Dios puso a Abraham y a su hijo, Isaac. Dios buscaba ver de su siervo hasta qué punto le sería obediente y comprobó que Abraham sería fiel en cualquier situación. Dios escenificó por medio de esta historia de un padre con su hijo lo que siglos después Dios Padre haría con Su Hijo, es decir entregarlo en sacrificio por la salvación de la humanidad. En este caso no hubo quien parase los clavos mortíferos de la cruz como Dios paró el cuchillo afilado de Abraham contra Isaac. Otra enseñanza es que Dios proveyó para el sacrificio por medio de un carnero. Siglos después Cristo fue el sacrificio ofrecido en ese mismo monte, en una de sus laderas está el Calvario, llamado Gólgota.

Jefté:

Una promesa a Dios es algo muy serio y Jefté cumplió lo prometido:

Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto. (Jueces 11:30-31)

Su hija aceptó voluntariamente la petición paterna:

Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme. Ella entonces le respondió: Padre mío, si le has dado palabra a Jehová, haz de mí conforme a lo que prometiste, ya que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos los hijos de Amón. Y volvió a decir a su padre: Concédeme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras. El entonces dijo: Vé. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes. Pasados los dos meses volvió a su padre, quien hizo de ella conforme al voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón. Y se hizo costumbre en Israel, que de año en año fueran las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté galaadita, cuatro días en el año. (Jueces 11:35-40)

El sacrificio fue no casarse y mantener la virginidad lo que causó dolor a Jefté y a su hija. Estoy convencido que no cumplir las promesas a Dios trae peores consecuencias. Por ejemplo:

Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. (Lucas 9:62)

Esto demuestran los que prometieron seguir a Jesús y se apartan de la fe: no aptos para el Cielo.

Y por último, dices que "La Creación y Cristo son las evidencias"... La Creación sí es la evidencia de un Creador, pero Cristo, ¿de qué es evidencia?


La Creación nos revela a un Dios Magnifico que es Cristo.

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. (Colosenses 1:16)

Cristo es la evidencia de la revelación del plan de salvación de Dios.

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos. (Hebreos 1:1-4)

Y eso de "Dios te perdonará, recibiéndote en Su familia, como hijo". ¿Cuál es la "familia" de Dios, ¿tu iglesia? Jejejeje, perdona que me ría, no lo tomes como una descortesía, ... Te adelanto que si la tal familia es tu iglesia YO NO QUIERO PERTENECER A ELLA.

No me tomes por descortesía tú tampoco lo que te voy a decir por medio de este versículo.

Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. (1 Juan 2:19)

Él puede salvarnos a todos, a ti también.

¡QUE DIOS TE BENDIGA, QUERIDO LECTOR!

sábado, 7 de septiembre de 2013

Yo, No II

Aunque pudiera parecerlo, mi intención no es convencer a nadie del mensaje del evangelio. Me encantaría tener la facultad de hacerlo, pero, a Dios gracias, no es mi cometido. El trabajo que Dios asigna al creyente es extender el evangelio por los medios que están a su alcance, por lo tanto, intento ser obediente en la medida de mis capacidades y posibilidades. Solo soy como el sembrador que va esparciendo la semilla en este mundo de la información que es internet. Dios es el que hace que la semilla del evangelio brote en las mentes y los corazones de los que leen y escuchan.


Solo hay un evangelio por el cual los hombres pueden ser salvos y este es: JESUCRISTO. Solo hay un Creador el cual está revelado en la Biblia. Entonces, cuando no se cree en ellos, ¿en quién o quiénes se está creyendo? El mundo espiritual está plagado de peligros y solo está conformado por dos bandos. Jesús dijo en cierta ocasión:

El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama. (Lucas 11:23)


Jesús no se andaba con chiquitas, al contrario, era bastante claro en sus afirmaciones. Jesús te dice que si no estás por Él estás por el Diablo. No hay término medio, no hay otro bando, no hay más opciones, no existe la neutralidad en esta guerra espiritual. Es más, puede ser que sientas que estás en la luz y “liberado de Dios” porque el propio Satanás se viste como ángel de luz. El Diablo es el engañador y su misión es hipnotizarte con creencias y prácticas que pudieran parecer hasta pías, es decir, buenas y plausibles. Quiero recordar que parecer, no es ser.


Uno de los indicativos de que alguien está errado en cuanto a sus creencias en la Palabra de Dios es su uso de ellas. Esto es el indicativo de la paternidad espiritual que tiene y sigue, aun sin darse él mismo cuenta.





Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. (Juan 8:44)

Cuando Satanás tentó a Jesús en el desierto usó la Palabra de Dios con textos sacados de su contexto. La utilizó de forma errática para que dijera aquello que le convenía para tentar a Cristo. Jesús le respondió con la misma Palabra, poniendo en evidencia los desatinos del enemigo (Mateo 4:1-11). Este es mi gran ejemplo: si Jesús usó sus propias Palabras para responder a los ataques, yo he de hacer lo mismo utilizándolas sabiamente, con amor pero con autoridad.

Hay una regla de interpretación de textos básica. Sin esta regla llegaríamos a verdaderos desatinos históricos, científicos y espirituales. Reza como sigue:

«UN TEXTO SIN SU CONTEXTO ES UN PRETEXTO»

Querido lector e inspirador de esta segunda contestación por parte mía, eso es lo que has hecho: sacar los textos de su contexto y desarrollar así pretextos con el fin que a ti te pudiera convenir. Continuemos con la segunda pregunta que me has hecho.


2º ¿De verdad crees en esta clase de dios? YO, NO.

El primer prolegómeno, antes de la pregunta anterior es como sigue:

«La segunda parte también es severa: "El ser humano se reveló contra Dios desobedeciéndolo, y pecó. De esta forma rompió su amistad con el Creador". Todo porque la tal Eva se comió una manzana!! Pero si tu libro dice que si los padres comen las uvas verdes, los hijos no tendrán la dentera. Entonces... alguien miente.»

No voy a explicar la primera frase entrecomillada pues se explica por sí sola siendo cierta y comprensible. Lo que he querido decir ha quedado dicho. Lo que me llama la atención es, como apunté antes, la salida interpretativa de la Biblia que haces.

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá. (Ezequiel 18:1-4)

En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera. (Jeremías 31:29-30)


Estamos ante un refrán dicho por los israelitas. Si elevas el refrán a Palabra de Dios estás sacando el texto de su contexto y creando un pretexto que te está sirviendo para alejarte de Dios. Ahora bien, Dios lo usa para explicar que las consecuencias del pecado son particulares de cada ser humano. Tú tienes que dar cuenta un día por ellos al igual que yo, con la salvedad de que los míos ya han sido perdonados por Cristo. Jesús ya ha dado cuenta por ellos y yo solamente tuve que arrepentirme de mis pecados y creer en el evangelio.

Tú, como cada ser humano, tiene la responsabilidad de ponerse a cuentas con Dios antes de morir. Dios quiera regalarte ese entendimiento que te llevará al Cielo, pues el Infierno es la consecuencia de querer ser obstinado, la incredulidad.


El mundo tiene muchas “clases de diosecillos”. Hay tantos diosecillos como personas. Yo todavía tengo que liberarme de muchos pero lo puedo conseguir porque tengo de mi parte al ÚNICO DIOS VERDADERO que es ni más ni menos el revelado en la Biblia. Amigo, ten cuidado en dónde te metas, con lo que estés dando cabida en tu mente, espíritu y hogar. Cuando Jesús hablaba hacía que las personas reaccionaran positiva o negativamente. Si mi soliloquio no te hace reaccionar pido a Dios nuevamente que te ilumine y redirija a los caminos que ya conociste de pasada y que tu mirada y coqueteo con el mundo te hizo ser deslumbrado artificiosamente.

De verdad creo en esa clase de Dios.


¡QUE DIOS TE BENDIGA, QUERIDO AMIGO!