sábado, 31 de julio de 2021

Corrige Bien, Pero Mira a Quien

Intentar corregir a los burlones y perversos es inútil. Lo único que se te viene encima son insultos y golpes. Aunque tengas razón es mucho mejor callar, no por temor al insulto y las heridas, que también, sino para no caer en la tentación de actuar igualmente como los burladores y los violentos. Ciertamente es más fácil dar lo mismo que uno recibe, pero es de sabios no devolver mal por mal, como enseñaba el Maestro. El silencio es la mejor arma defensiva contra la burla y la violencia. No hay nada más que se pueda hacer contra aquellos que pasan sus vidas entre burlas y palos. Salomón ya lo advirtió en el libro de los Proverbios.

El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta; El que reprende al impío, se atrae mancha. (Proverbios 9:7)

Jesucristo lo tuvo claro: Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca (Isaías 53:7). ¿Para qué iba a defenderse si añadiría más sufrimiento, insultos y violencia hacia Él? No abrir la boca fue Su mejor defensa en aquellos momentos tan humillantes en que los burladores y perversos quedaron retratados perfectamente por sus fechorías y no pudieron acusarle de nada sin recurrir a la mentira, a la manipulación y al soborno de los falsos testigos. Cuando la verdad nos acompaña solo la mentira parece vencer.

Jesús no salió ileso porque ese fue el camino que escogió para glorificar a Su Padre. Él sabía perfectamente el precio que acarrearía vivir entre burladores y perversos, tú y yo. Con todo y con eso, pagó el precio por nuestras ofensas (burlas y violencia) que para nosotros era imposible, dando Su vida en una cruz. Jesús bendijo a quienes lo maldecían dándoles la oportunidad de ser perdonados por sus maldades ante Dios. Tú tienes la oportunidad de oro de ser reconciliado con Dios a pesar de tus burlas y violencias contra Jesucristo y todo lo que tenga que ver con Él. Solo pide a Dios que te perdone y te reciba como al hijo pródigo, aquel que se burló de su Padre malgastando Sus riquezas, y tuvo que arrepentirse de sus pecados volviendo a los brazos amorosos de un Padre que corrió a su encuentro jubilosamente. Hacer lo contrario es acabar con los burladores y violentos en el infierno.

Deja de ser burlador y violento.

¡QUE DIOS TE BENDIGA! 

sábado, 24 de julio de 2021

Altivez

Vivir sin altivos al lado es añadir tranquilidad a la vida. Los altivos son aquellos que saben de todo y esparcen su “sabiduría” por doquier. No dejan hablar a nadie e interrumpen todo el tiempo a los que opinan diferente a ellos. Necesitan, cual pavos reales, mostrar sus plumas al viento pavoneándose de sus opiniones y estatus. Se ufanan de no necesitar a nadie, pero los demás, según sus creencias, sí los necesitan a ellos. No creo en que existan personas tóxicas, solo existen personas que se han intoxicado de ellas mismas al mirarse en el espejo de la bruja de Blancanieves.

Y cantarán de los caminos del Señor, Porque la gloria del Señor es grande. Porque el Señor es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos. (Sal. 138:5-6)

¡Qué diferentes son los humildes! Ellos cantan al Señor porque aman Sus caminos, por la grandeza de Su gloria, porque es excelso y los atiende. Un Dios tan grande los ama, un Dios tan excelso los atiende. Los humildes no hallan por aquí muchos que se fijen en ellos, por eso, cuando se encuentran con Jesucristo, se enamoran de Él. El Señor los escucha y responde a sus necesidades. Entonces los humildes siguen siendo humildes porque reconocen la grandeza de Su Señor y se alejan de los altivos porque le desprecian. Un pequeño test: ¿Desprecias a Jesucristo? Eres altivo. Para que Jesús te mire de cerca, sé humilde.

Jesucristo, siendo Dios, se humilló. Dejó el cielo y vino a la tierra. Dejó Su gloria y belleza y se confinó en un cuerpo de hombre. Dejó la adoración celestial que merecía y recibió los insultos que no merecía. Murió en una por la altivez de la humanidad el más humilde de los hombres. Todo por una panda de altivos entre los que estuve yo. La humildad es una gran cosa. Si la humildad hace que Dios se apiade de mí es la mejor cosa que podamos tener. Sé humilde y Dios pondrá Sus ojos en ti. Si eres altivo Jesús está muy lejos de ti y un día, cuando menos lo esperes, habrá una distancia infinita entre Dios y tú, el infierno que los altivos se niegan a ver. Sé humilde, arrepiéntete de tu altivez de corazón y sé humilde. Dios, el Ser más excelso del universo, se agradará de ti.

La altivez es mortal.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 17 de julio de 2021

Tiempo de Actuar

Hay momentos críticos en la vida en los que hay que ponerse manos a la obra de forma radical. Hay que actuar con métodos más invasivos. Todos los medios posibles se pusieron en práctica hasta agotarlos, pero dieron escasos o nulos resultados. ¿Qué hacer cuando se ha hecho todo? ¡Clamar a Dios! El último recurso de esta humanidad caída es Dios. Él es la única bala en la recámara, la única respuesta al caos y la única posibilidad de salvación. Ante tanto descaro por vivir alejado de las leyes de Dios, ¿estará dispuesto Dios mismo a arremangarse y actuar convenientemente?

Tiempo es de actuar, oh Señor, Porque han invalidado tu ley. (Salmo 119:126)

El salmista clama a Dios para que haga algo debido a que los hombres han pisoteado Sus leyes imponiendo las propias a su antojo. Esta es una época donde se aplican leyes para todo en un intento de coartar la libertad de las personas. Las leyes de los hombres siempre han sido injustas si su procedencia no ha sido la ley de Dios escrita en la Biblia. De hecho, las naciones más prósperas son las que han desarrollado leyes basadas en las Escrituras. ¿Qué hace Dios con las naciones que no atienden a Su ley? Como alguien dijo, Dios les da gobernantes injustos.

Dios ha actuado por medio de Su Hijo Jesucristo. Él es la respuesta radical de Dios a la insubordinación del hombre. Al igual que al soldado desertor le espera un tribunal militar, a cada persona pecadora le espera el Tribunal de Cristo. En ese Tribunal los que hayan sido rebeldes a la ley de Dios serán severamente castigados con justicia. Jesucristo, por medio de Su sacrificio en la cruz, estableció nítidamente dos bandos: los injustos, aquellos que siguen con sus vidas de espaldas a Jesucristo y con la fe en el hombre, y los justos, aquellos que viven por la fe en Jesucristo, que los ha salvado del infierno y de la muerte eterna. Dios actuó en Jesucristo, por lo tanto, hay esperanza para el que acata Sus leyes y desesperanza para el que las desobedece. Arrepiéntete de tus pecados y confía en Jesús.

Jesucristo es el acto último de Dios.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 10 de julio de 2021

Duda Resuelta

Aunque Juan el Bautista tuvo como misión preparar el camino al Señor, llegado el momento (y no fue un momento de simple dejadez espiritual) dudó de que Jesús fuese el Salvador que había de venir. Desde el sufrimiento carcelario que Juan padecía no es de extrañar que las dudas le asaltasen. Mandó a que le preguntasen a Jesús: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? (Mateo 11:3). Cuando era un adolescente alguien muy especial me dijo que la duda no es un problema, el problema es callarse la duda. Eso mismo hizo Juan: no se calló la duda. Pero lo más importante es que fue al único que podía resolverla totalmente, Jesús. Veo muchos que dudáis sobre quién es Jesús, y eso en sí no es malo. Lo terrible es que preguntáis, si es que preguntáis, a los que tampoco saben nada sobre Él.

Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí. (Mateo 11:4-6)

Jesús tuvo la respuesta acertada para un afligido y dubitativo Juan. Él también tiene respuesta para ti, querido lector. Juan necesitaba saber que Jesús hacía lo que estaba profetizado en cuanto a Él. Los discípulos de Juan fueron testigos en cuanto a que las palabras de Jesucristo eran ciertas. Juan estaba a punto de ser decapitado y seguro que pensó “ha merecido la pena mi sacrificio”. Sí, merece la pena darlo todo por Jesús si tus dudas han sido resueltas por Él mismo. ¿Cómo le preguntas directamente a Jesús? Por medio de la oración. Toma unos minutos en quietud. Apártate a un lugar sin ruido. Exprésale tus dudas más íntimas en cuanto a Él. Después mantente en silencio y Jesús hará Su parte.

Jesús hizo lo que nadie ha estado dispuesto a hacer por ti: dar Su vida para rescatarte de la muerte eterna por tus pecados. Si hizo lo más grande, ¿no te responderá las dudas? Otra cuestión es que el orgullo y la soberbia, tan arraigados en el ser humano, no te dejen oírlo. En la cruz hay respuestas para cada persona. Solo hay que acercarse y humildemente pedir respuesta. Jesús te dirá que Su amor por ti lo llevó a sacrificarse, que ya te puedes reconciliar con Su Padre porque la deuda de tus pecados está saldada, que ya no tienes por qué ir al infierno, que tu destino puede ser el cielo. La fe que necesitas es la confianza de saber que Jesús tiene las respuestas a tus dudas y, sobre todo, que las contestará a su debido tiempo.

Pregunta a Jesús.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

sábado, 3 de julio de 2021

Loca Soberbia

En tiempos de Daniel hubo un rey que se volvió loco. La causa de su locura fue la soberbia sin límites que desplegaba en todo lo que hacía y decía. Aunque comprobó que ciertos israelitas, el pueblo de Dios, eran más sabios que los sabios de su reino, aunque experimentó como acertaban e interpretaban sus sueños por inspiración de Dios, es más, aunque vio con sus propios ojos que Dios liberó a tres de un horno de fuego extremadamente calentito, su soberbia crecía como las indestructibles hormigas de mi cocina. El rey en cuestión fue Nabucodonosor, rey de la perversa Babilonia, por más señas.

Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia. (Daniel 4:37)

Si la soberbia puede desembocar en la locura, la locura puede derivar en la cordura. Daniel vuelve a interpretar un sueño que ha angustiado a Nabucodonosor. En resumen, el rey iba a enloquecer, Nabucodonosor se vería abocado a la soledad, a vivir con las bestias del campo, a comer hierba y a ser bañado por el rocío por nada más, y nada menos, que siete años. El fin de su locura llegaría en el mismo instante que reconociera que el Dios de Israel gobierna. Así sucedió al cabo de esos siete años (¡qué soberbia ciega!). Dios bendijo a Nabucodonosor restaurando su mente y devolviéndole el reinado de Babilonia.

El apóstol Pablo nos recuerda que la cruz de Cristo es locura para los que se auto destruyen. Pero eso que ellos catalogan como locura es lo que Dios utiliza para destruir la sabiduría de los sabios y desechar el entendimiento de los entendidos (1 Co. 1:18-19). La soberbia humana piensa que el evangelio de Jesucristo es locura, aunque, como Nabucodonosor, tienen pruebas de un Dios Altísimo que los llama a arrepentirse de su loca soberbia, continúan en sus trece locamente. Jesucristo es la gran locura de Dios a ojos de los que se pierden. Querido lector, no es de locos seguir a Jesús. Más bien lo contrario es la locura disfrazada de soberbia. Esa soberbia que te tiene a las puertas del infierno si no clamas a Dios para que te dé luz, te arrepientas de tu soberbia y comiences a caminar por la senda de la humildad que camino Jesucristo el cual, siendo Dios, se humilló a sí mismo hasta llegar a lo más bajo, muerte de cruz, pero Dios lo exaltó hasta el lugar más elevado de la creación para que todos doblemos nuestras rodillas ante Su presencia (Filipenses 2:5-11).

Deja la locura.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!