sábado, 6 de junio de 2020

Entre Lobos


Sólo hay dos facciones en la humanidad creada por Dios. Es más, estas dos divisiones humanas son distinguibles de forma inequívoca por sus características contrastantes. Podemos distinguir entre la luz y la oscuridad, entre lo dulce y lo amargo, entre la vida y la muerte, entre la lealtad y la traición, entre la pureza y la corrupción, entre la salud y la enfermedad, entre la riqueza y la pobreza, entre la clase política y la clase obrera. En fin, podemos ver las diferencias fácilmente sin tener que ser genios para percatarnos de ellas. Otra cuestión es que nos hagamos los “suecos” como ocurre al hablar de aborto versus vida, ideologías sexuales versus familia, cambio climático versus sol, etc.
He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. (Mateo 10:16)
Jesús divide a la humanidad entre ovejas y lobos. Él no propone otros colores, sólo dos. O se es blanco como ovejas o se es negro como lobos. O se es inofensivo como ovejas o se es dañino como lobos. O se es cristiano o se es ateo. Para Jesús no hay medias tintas. Al igual que Él vino a vivir entre lobos envía a Sus ovejas a vivir entre ellos. Ahora bien, estas ovejas no deben ser necias descuidadas ¡no! Han de enarbolar la prudencia y la sencillez. La prudencia exigida por el Maestro es sabiduría, sensatez, cordura, sagacidad, juiciosidad, cabalidad, sobriedad. Todo con una buena dosis de lo práctico, es decir, poca teoría y mucha práctica. El cristiano debe rezumar prudencia práctica frente a lobos sedientos de sangre. La sencillez requerida por el Maestro es sin mezclas, pureza, sin doblez, sincera, ver nítidamente entre lo bueno y lo malo eligiendo lo bueno. En resumen, el hijo de Dios ha de ser un sabio práctico y sin mezcolanzas extrañas. Esos conceptos son los que engloban la prudencia y la sencillez que demanda de los cristianos Jesucristo.

Sólo hay dos manadas: ovejas y lobos. ¿A cuál perteneces? Tus frutos te delatan, diría Jesús. Él se humanó con el propósito de convertir a lobos en ovejas. Para el hombre esto es imposible, para Dios es posible. El tránsito de lobo a oveja es un milagro que Dios está dispuesto a realizar en ti. Y lo realiza en base a que tus pecados de lobo fueron pagados en la cruz por Jesús. La deuda está saldada y sólo has de poner la fe en Jesucristo arrepintiéndote ante Dios por tus pecados de lobo. Desde ese momento te convertirás en una oveja de la manada del Maestro. Ellas serán recompensadas con el cielo mientras que los lobos serán recompensados con el infierno. Si dudas en tu elección es que eres un lobo sin remedio.

De lobo a oveja.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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