sábado, 4 de mayo de 2013

A la Carta


Una de las mejores cosas de la vida es poder elegir "a la carta". Te dan un montón de opciones y tú eliges conforme a tus gustos. Esta es la práctica en un buen restaurante. Reservas una mesa, te sientas felizmente, llega el camarero, y te dice: "La carta, señor. ¿Qué desea beber el señor?" A lo que contestas con aire aristocrático: "¿Qué me recomienda?" .-"Un espumoso, reserva de 1492, el favorito de Cristóbal Colón". "Ese mismo", contestas con cierto desdén. Cuando abres la carta te das cuenta de que tendrías que haber aprendido idiomas, pero sigues adelante. Finalmente confeccionas el menú que más te gusta o el más raro para probar nuevas experiencias con tu paladar. No debemos olvidar que hoy casi todo se puede elegir a la carta. Televisión a la carta, viajes a la carta, diversión a la carta, amor a la carta, y la carta que más me llama la atención: RELIGIÓN A LA CARTA. Saber en qué consiste esa modalidad religiosa es fácil. Hago un batiburrillo de las prácticas, normas y tradiciones que me gustan y me hacen sentir bien e intento vivir dentro de esos parámetros que algunas veces (pocas, poquísimas) son estrechos, o vivo como (la mayoría, la gran mayoría) holgadamente pues, en el fondo, yo soy mi propio dios.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. (Mateo 23:27)

Jesús no tenía pelos en la lengua como podéis observar. Los religiosos "a la carta" de su época eran artificiales. A ellos solo le interesaban los gestos cara a la galería. Se religión "a la carta" no servía para lo realmente importante: vidas transformadas desde dentro hacia fuera. Eso mismo pasa hoy con los que se inventan una religión que cubre los intereses personales. Por esto todas las religiones son FALSAS. Querido lector, el hombre no puede proporcionarse salvación así mismo. Por más religiones "a la carta" que invente para acallar su conciencia solo hará que esta empeore haciéndola entrar en un letargo eterno. Jesús lo dijo. Por fuera se puede aparentar belleza, pero por dentro hay basura. Los nichos pueden verse pulcros pero dentro hay un cadáver pudriéndose. Lo terrible del asunto es que Jesús se lo estaba diciendo a personas físicamente vivas. Es que Jesús ve más allá de lo que tú o yo podamos llegar a ver. Él ve el interior de las personas y no se le escapa detalle. Podemos engañar a todos con nuestras mejores galas pero a Dios, jamás. Jesús mira donde nadie puede mirar, el corazón de cada persona. Ahí ve las motivaciones personales de cada uno, es decir, porqué quiere aparentar lo que no es, es más porqué quiere aparentar lo que, ante Él, no puede aparentar.

La verdad es que nos encanta quedar siempre bien y si para eso tengo que idear mi propia religión "a la carta" bienvenida sea. Hoy me hago musulmán con mis conocidos musulmanes. Mañana soy un católico apostólico romano (aunque sea de Tucumán). Un poco más tarde hago alardes de la comprensión especial que tengo del budismo y lo defiendo a capa y espada (aunque mi cultura está en las antípodas). Después consulto a los gurús y hechiceros de turno. Perdóneme, señor, pero esto no es serio. NADA SERIO. El caso es que, aunque no es serio el tema, todos tienen su religión "a la carta". ¿Porqué? Porque de esta forma no tienen que darle cuentas a nadie, solo a ellos mismos, y como tienen la manga más ancha que la Manga del mar Menor, es fácil seguirse a sí mismo. Vivo y dejo vivir; no he matado a nadie; total, es un pecadillo de nada; siempre tengo la razón de mi parte; Dios es un bonachón; el Cielo debe ser muy aburrido; Jesús fue un buen hombre; todo depende del punto de vista; no soy religioso pero he bautizado a mis hijos y han hecho la comunión; tengo el Cielo ganado. ¿Piensas que esto te da vía libre para seguir con el juego? Lo patético es que tú sabes que no te está funcionando tu pseudoreligión. Por fuera aparentas, pero tu interior está vacío. Vives en un mundo ficticio.

El único camino al Cielo es Cristo. Si quieres alcanzar la meta de ir al Cielo no te queda más remedio que seguir a pies juntillas las normas que Él ha establecido para entrar en ese lugar. Las normas básicas son dos, por un lado, creer el mensaje del evangelio, y por otro lado, arrepentirte delante de Dios de todos tus pecados. El evangelio nos enseña que un día decidimos pecar contra Dios y esto creó una separación insalvable entre Él y nosotros. La muerte, que es la separación eterna de Dios, fue el castigo por nuestros pecados. La única manera de satisfacer a Dios es pagando con nuestras vidas. Quizá te veas saludable y en tus mejores años pero sabes que dentro de ti está el germen inexorable de la muerte. Un día moriremos como consecuencia de nuestro agravio contra Dios, que nos creó. El evangelio también nos enseña que Dios es amor y por esto envió a su Hijo Jesucristo a pagar el precio muriendo en una cruz que nosotros debíamos al Padre. Jesús murió como pago por nuestros pecados ya que somos incapaces de pagar una deuda tan grande. Dios te llama a creer con tu mente intelectual y con tu corazón sentimental. Todo tu ser debe estar involucrado. Esto no es religión "a la carta" pues tú no eliges las condiciones. El cristianismo es una relación íntima con Dios. No sigas aparentando, sigue a Cristo. La otra norma básica, es arrepentirse de los pecados que has cometido a lo largo de tu vida pidiendo perdón sincero por ellos a Dios.

El asunto es serio. Darte cuenta que tu religión "a la carta" no te lleva a ningún lado puede ser esclarecedor y al mismo tiempo chocante y hasta desanimante. A nadie nos gusta cambiar de la noche a la mañana. Pero es muy necesario el cambio porque te va la vida en ello. Si el que cree en Jesús va al Cielo, el que no cree en Jesús va irremisiblemente al infierno. No la digo yo, lo dice la Biblia.

¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? (Mateo 23:33)


Solamente se escapa del infierno por medio de Jesucristo. Cree en Él y arrepiéntete de tus pecados. Empieza a caminar conforme a esta nueva relación con Dios. Él te bendecirá con Su salvación pasando a ser su hijo eternamente.


Jesús no salva "a la carta".

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

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