sábado, 28 de diciembre de 2013

Navidad 2013: ¿Camelot o Camelo?

El sincretismo es una mezcolanza de superchería, toda clase de religiones y el cristianismo. Es como una gran tabla de salvación donde poder asirse ya que si un lado falla, el otro “seguro” que sirve. “Por si las moscas”, diríamos. ¿Por qué tener fe en una sola creencia si podemos creer en todas al mismo tiempo? Ahora bien, si todas las creencias son verdad no existe la mentira, y por otro lado, si no existe la mentira cómo sé lo que es la verdad. Vuelve a leer, querido lector, la anterior frase si te ha resultado algo farragoso. La verdad es siempre una en exclusiva y la verdad “con matices” no existe, ¿me sigues?


Viendo estas navidades la película Excalibur me vi ante uno de estos ejemplos del sincretismo cultural que nos invade. En este largometraje podemos observar ejemplos de hechicería, religiones paganas y cristianismo. Desde la espada creada por los dioses al Santo Grial, es decir, la copa en la que supuestamente Cristo celebró la última Cena con sus discípulos y que según la superchería religiosa daría poder a aquel que lo poseyera. ¿Te das cuenta que hacemos de simples objetos la fuente de la vida, la verdad y el poder?


Camelot es el ideal para los hombres: Un Reino, un Rey. Camelot es la ciudad donde reinan la paz y la justicia. Camelot es el lugar donde se da vida a las más altas aspiraciones humanas. Camelot es el Reino bondadoso con un Rey bondadoso que vela por sus vasallos siempre por medio de sus bondades. Pero recuerda que todo esto simplemente es ficción y no realidad porque aunque existe un Reino está corrompido y aunque existen Reyes están igualmente corrompidos. Ve y lee la prensa, ve y mira la televisión. En Camelot todo parece ir a las mil maravillas hasta que los intereses humanos, por así llamarlos, se enfrentan y llegan a destrozar las más altas metas de pensamiento y hecho que el ser humano pueda pensar y llevar a cabo. En resumidas cuentas, todo se va al garete.


En el tiempo de navidad también recordamos que habrá una segunda venida de Jesús. La primera venida fue como siervo y la segunda será como Rey. Vendrá a esta tierra e instaurará un tiempo de mil años donde imperará la justicia y la paz. Cristo gobernará como lo que es, un Rey y todos se postrarán ante su presencia reverenciándolo como solo Él se merece. La profecía bíblica así lo dice.

Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. (Apocalipsis 19:11-16)


Tal será la visión que los que habiten este mundo en ese preciso instante tendrán de Jesús. Ya no será el niño vulnerable de Belén sino el Rey de todo lo que existe y hará justicia contra los que lo han agraviado. En ese tiempo habrá un Reino, donde todos peregrinarán para recibir justicia y sanidad y un Rey, Jesucristo, que hará justicia y sanará a todas las naciones.
 Al finalizar estos mil años nuevamente saldrá a la luz lo que hay en la oscuridad del corazón humano y se reunirán junto con su rey Satanás para luchar contra Jesucristo y sus elegidos. Todo acabará en un abrir y cerrar de ojos por causa del poder infinito de Jesús.

Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. (Apocalipsis 20:7-15)


¿Estás inscrito en el Libro de la Vida? Solo estarás inscrito por medio de creer con fe en Jesucristo y arrepentirte de todos tus pecados cometidos contra Dios. Para esto vino Jesucristo agregando a su naturaleza divina la naturaleza humana pagando así, con su sangre derramada en una cruz, por tus pecados dándote la oportunidad de ser eternamente salvo. Él es el puente de salvación para que pueda Dios inscribirte en ese Libro tan codiciado. Si deseas ir al Cielo tiene que ser anotado tu nombre y de esta forma quedar registrado y asegurado tu acceso a tal lugar sin par en la creación. De lo contrario, ya has leído lo que te ocurrirá.

No te dejes camelar con camelos.


¡QUE DIOS TE BENDIGA EN ESTAS NAVIDADES!

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