sábado, 18 de abril de 2020

Homenaje a mi Madre


Hace una semana que mi madre partió con el Señor. Ella fue una mujer de su familia, de su casa y de su trabajo. Sostuvo a cuatro hijos y un marido ausente, mi padre. Pensando en su vida estos últimos meses concluí que no fue persona con un carácter protagonista, más bien pasó desapercibida. Esa fue su fortaleza. Mientras otros pierden el tiempo en ser vistos, ella se ocupaba de lo importante: su familia. Sus últimos tiempos aquí fueron uno demostración de lo que he dicho. No se quejó, no necesitó de mucha ayuda y se fue con Su Señor con paz y quietud. Sólo “conectaba” cuando leía para ella la Biblia y sufría mi voz cuando le cantaba las alabanzas a Dios que conocía. “Mamá Jesús siempre está a tu lado. Él no se duerme. Él está velando por ti. Háblale en tu mente, con tu corazón, que Él te escucha…”, le decía. Después se sumía en su letargo. Ella facilitó que fuese a la iglesia desde bebé y más tarde ella misma tuvo un encuentro con Jesús. A Dios gracias por encaminarme por medio de ella, entre otros, a la salvación. Resalto un recuerdo: Fue aquel camión de bomberos que me regaló. Me sorprendió de tal forma con ese juguete que jamás he sentido una sorpresa igual. A mi madre le encantaba que sus hijos fuesen felices, aunque ella pasase necesidad. Dios la tiene en Su gloria gracias a los méritos de Jesucristo en la cruz.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! (Lucas 13:34)

Cuando Jesús se compara con la gallina que protege a sus polluelos está diciendo que el amor que nos tiene es un amor maternal. ¡No hay amor más grande que el de una madre!, decimos. Pero realmente sí lo hay y es el amor de Dios por cada una de Sus criaturas. No digamos ya por cada uno de Sus hijos. Mi madre quería mucho a sus familiares pero donde se pusieran sus hijos… no había rival. Es la naturaleza de las cosas. Con Dios pasa eso mismo pero en grado sumo, hasta el punto de dar la vida por toda la humanidad y así alcanzar a los que por la fe en Jesucristo serían salvos. Ahora toda la humanidad, tú incluido, puede salvarse si confía en Jesucristo, que se sacrificó en la cruz para pagar el castigo por sus pecados. Yo tuve que nacer del vientre de mi madre para pertenecer a su familia. Igualmente, si quieres ser hijo de Dios tienes que nacer en Su familia por medio de la fe en Jesús. Arrepiéntete de tus pecados y nace a la familia de Dios. Él es más que una madre. Como dice el salmista: Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, el Señor me recogerá (Salmos 27:10).

A Dios gracias por mi mamá.

¡QUE DIOS TE BENDIGA!

4 comentarios:

  1. Lo siento mucho, pero tenemos la esperanza que nos hace tener fuerzas hasta en los momentos más doloroso, pena es que otros creen que todo termina aquí, nosotros tenemos esperanza en ver a nuestro Dios y vivir eternamente con él y nuestros seres queridos, que Dios te bendiga abundantemente, querido hermano, con la esperanza de que nuestro Señor está al otro lado esperándonos con los brazos abiertos,
    Gracias por tus hermosos mensajes

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  2. Hermoso homenaje a tu madre;como
    madre que soy te diré que si llego al final de mis días en esta tierra y puedo ver a mis hijos entregados al Señor completamente así cómo tú, tendré la satisfacción y la certeza de haber cumplido mi trabajo!. Que bendición y que gran gozo para tu madre haber terminado sus días aquí, sabiendo que el día del Señor podrá volver a verlos y juntos celebrar la vida eterna que Jesús nos ha dado. Aleluya!

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    1. Que Dios cumpla tu deseo de ver a tus hijos en Sus caminos. ¡Que Dios te bendiga!

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